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El proyecto que permite poner precio a los créditos de carbono en la agricultura: 30 euros por hectárea

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

AGRICULTURA

Maruxa Alfonso

Francesc Font presenta en Expo Agritech una iniciativa piloto en la que están trabajando para medir la cantidad de gases de efecto invernadero que retiene el suelo al acometer prácticas de agricultura regenerativa

29 nov 2024 . Actualizado a las 12:24 h.

Desde hace unos años, la agricultura regenerativa se ha puesto de moda. Cada vez son más los agricultores que se apuntan a unas técnicas que pasan por el mínimo laboreo del suelo, la siembra directa o el uso de fertilizantes orgánicos y naturales, entre otras cuestiones. Sus promotores aseguran que, entre otras ventajas, este sistema permite una mayor captura de carbono en los suelos. Ahora, un proyecto liderado por The Regen Academy quiere ayudar a medir y poner precio a esos créditos de carbono. Se trata de una iniciativa pionera en la península Ibérica y que utilizará el estándar VERRA, que es el más empleado para este cometido. La iniciativa fue presentada en el marco del congreso Expo Agritech, que estos días se celebra en Málaga.

Los beneficios de la agricultura regenerativa centraron varias de las ponencias de esta feria del campo, en la que se han dado cita más de ocho mil profesionales. Sobre este tema habló Julio Román, Coordinador de Proyectos de la Federación Europea de Agricultura de Conservación, para afirmar que «el 60-70 % de los suelos están deteriorados. Solo en España se pierden anualmente 1.500 millones de toneladas de suelo por erosión». Por eso considera fundamental cambiar a prácticas agrícolas que preserven su estructura natural. «No hay agricultura 4.0 sin suelos sanos. Debemos reducir el laboreo, utilizar materia orgánica y proteger la biodiversidad», reiteró. 

Por su parte, Francesc Font, agricultor y responsable de The Regen Academy, una entidad especializada en impartir cursos de este tipo de agricultura para todo tipo de cultivos, presentó un proyecto pionero en España que permitirá medir y comercializar los créditos de carbono que captura el suelo con estas prácticas. Font explicó que «el suelo es el sumidero de carbono mas importante del planeta» y que en los suelos y las plantas está la solución a los problemas que ocasiona el cambio climático «porque no hay tecnología que sea capaz de poner el carbono en el suelo».

Sostiene que un agricultor que realiza prácticas de agricultura regenerativa es capaz de capturar entre una y dos toneladas de carbono por hectárea y año. Esto significa que «si el 70 % de la superficie agrícola del mundo se cultivara mediante técnicas regenerativas, acabaríamos con la crisis climática del mundo porque captaríamos más carbono del que emitiríamos», añadió. 

Poner un valor económico a esa captura de carbono es el objetivo del proyecto que The Regen Academy ha puesto en marcha en España. «Tenemos en marcha un proyecto piloto en el que participan 5.000 hectáreas de cultivos de toda España», explicó. Su labor es medir el carbono que tienen estos suelos agrícolas antes de poner en marcha prácticas de agricultura regenerativa, Y volver a tomar los mismos datos dos años después. «Con esos valores se generan los créditos de carbono, que se pondrán vender», añadió.

Cada tonelada de carbono que capture ese suelo generará un crédito que, calcula Font, puede alcanzar en el mercado un precio de 30 euros. «Hay más gente queriendo comprar que vender carbono, añadió, al tiempo que calculó que una hectárea de cultivo podría recibir unos ingresos de 60 euros por esos créditos. «Nadie se va a hacer rico, pero es una gratificación más para el agricultor», explicó.

El proyecto está ahora en fase de expansión, es decir, está abierto a la participación en el mismo a todos los agricultores que estén interesados. Los interesados deberán tener una cantidad mínima de terreno, aunque también pueden participar de forma agrupada con otros agricultores. Además, rige el principio de adicionalidad, es decir, aquellos agricultores que ya practican una agricultura regenerativa pueden sumarse al mismo si hacen prácticas adicionales. Los que no estuvieran cultivando con este sistema, tendrán que pasarse a él. «Además, los créditos que se generen en este proyecto solo se podrán comercializar a empresas que demuestren que están reduciendo sus emisiones», añadió. 

En el proyecto actual participan entre doce y quince agricultores, pero la idea es que este número vaya creciendo. «La agricultura regenerativa está en auge y alcanza ya el 15 % de la superficie del planeta. Y la prueba de que está funcionando es que en ella se están involucrando las grandes empresas de alimentación», añadió. En su opinión, esta forma de cultivar es la que hace «que el agricultor pueda vivir mejor, que las personas puedan comer mejor y que el planeta pueda respirar», concluyó. 

El proyecto de EIT Food para promover la agricultura regenerativa

Lograr una agricultura más respetuosa con el medio ambiente es algo que también preocupa en Europa. Por eso EIT Food, la comunidad de innovación más grande y dinámica, que cuenta con el apoyo de la Unión Europea, lleva ya un tiempo trabajando para implantar la agricultura regenerativa. «El 39 % de la superficie de la tierra en Europa es agrícola y tenemos una importante carga de residuos de pesticidas, ademas de que el 10 % de los gases de efecto invernadero provienen de la agricultura», explicó Begoña Pérez, portavoz de esta comunidad en uno de los foros de Expo Agritech. La agricultura regenerativa se erige así como una alternativa que es más beneficiosa para el medio ambiente.

EIT Food puso en marcha hace ahora cuatro años un programa para apoyar la transformación de la agricultura. Y lo hizo de la mano de grandes empresas de la alimentación, que querían apostar por producciones más sostenibles. Este consistió en formar a más de 1.220 agricultores en prácticas regenerativas, para dar a conocer este método. También se puso en marcha un programa de apoyo individual que seleccionó a sus participantes entre aquellos agricultores que querían dar el salto. Durante tres años recibieron apoyo y formación.

Los resultados son que se han conseguido transformar ocho mil hectáreas de cultivos en toda la península y que el 38 % de los participantes abandonó el laboreo profundo, sustituyéndolo por prácticas más respetuosas con el suelo. Además, un 17 % abandonó el uso de fertilizantes minerales y un 12 % los químicos. Todo esto ha provocado que un 60 % de los agricultores que participaron en esta iniciativa mejorasen su nivel de materia orgánica en el suelo y un 68 %, el de carbono.

Al mismo tiempo, esta comunidad cuenta también con una iniciativa para promover la agricultura regenerativa en Navarra. «Es un proyecto pionero que surgió porque Danone compra en Navarra la avena para su bebida Alpro y quería reducir sus emisiones», explicó Amparo San José, también de EIT Food en el mismo foro. En su opinión, «las grandes empresas pueden ser el motor para que se produzca esta transición». Y el mejor ejemplo son proyectos como este, que ha sido bautizado como Navarra 360.