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La lluvia retrasa las primeras cortas de hierba y la siembra de patatas en Galicia, mientras ahoga las lechugas en Murcia

M.C. REDACCIÓN

AGRICULTURA

Imagen tomada este lunes de un campo anegado en Matodos, Terra Chá
Imagen tomada este lunes de un campo anegado en Matodos, Terra Chá Óscar Cela

En zonas como Terra Chá pueden verse campos anegados donde crecen las ramas secas del maíz

25 mar 2025 . Actualizado a las 16:23 h.

Las lluvias registradas en lo que va de marzo han tenido un impacto bien diferente en los cultivos de las distintas comunidades. Mientras en unas 44 provincias sobre todo  Sevilla, Córdoba y Murcia el agua ha provocado daños en unas 10.000 hectáreas de cultivos que van desde lechugas a brócoli o coliflor, en base a datos de Agroseguro recogidos por Efe; en el este y sur de la Península «han supuesto un alivio significativo a la sequía» arrastrada en los últimos tiempos, según dicen desde COAG. En Galicia, donde la lluvia no es novedad, su impacto es menor. Lo que está pasando es que se están retrasando en zonas como Terra Chá y Mondoñedo el trabajo de preparación de los terrenos para echar cultivos como patatas o esa primera corta de hierba que las granjas lácteas solían hacer en el mes de marzo. «Polo de agora non digo que iso sexa bo ou malo, só que a primavera parece que ven un pouco retrasada», explica el Román Santalla, que después de estar durante tres décadas en Unións Agrarias está ahora centrado en su ganadería Agrosilva SC, en la comarca de Deza.

No hay más que darse un paseo por las zonas más llanas de la comunidad como Terra Chá para comprobar como el agua acumulada impide el paso de la maquinaria en campos anegados donde todavía se pueden ver las ramas secas del maíz: «Hai zonas nas que aínda non puideron entrar para fertilizar con químicos pola auga, logo como fai frío tampouco medrou a herba todo o que debería para este tempo. Pero non é para preocuparse de momento», añade. Lo habitual es que en marzo algunas ganaderías comiencen a realizar ya las primeras cortas de hierba. El grueso del trabajo llega luego, en los meses de abril y mayo. Pero este año todo va con entre 15 y 20 días de retraso. 

Javier Miranda, de Hortícolas Javier Miranda, comenta que «os campos están coma unha sopa», lo que está retrasando la entrada en las fincas para realizar labores como el abonado o el encalado previo a echar cultivos como las patatas: «Hai que agardar, peor sería que esta auga e frío viñeran cando xa está todo botado».

No pueden decir lo mismo otras zonas de la Península donde predominan los cultivos de huerta al aire libre e incluso en invernadero. Según COAG, las pérdidas estimadas en Murcia alcanzan unos 10 millones de euros al verse arrasadas unas 5.000 hectáreas de lechugas, brécol o coliflor. Desde esta misma organización agraria también explicaron en un comunicado lo que ocurre en comunidades como la andaluza: «En Sevilla, cultivos de secano como girasol o garbanzo aún no se han podido sembrar y cultivos de invierno como los cereales están sufriendo enfermedades fúngicas y asfixia radicular por el exceso de agua. En el Bajo Guadalquivir son muchos los cultivos que se van a perder, o se han perdido ya, como es el caso de los guisantes que ahora mismo están teniendo problemas por las enfermedades radiculares que ocasionan la podredumbre de las raíces», comentan en el comunicado. Ahí también explican que «el exceso de lluvias también está afectando a cultivos como las brásicas (coliflor, brócolis, repollo, grelo…) que tendrían que estar recolectándose ya, pero es que ni maquinaria ni trabajadores pueden entrar en el campo sin atascarse».

Los frutos rojos también están sufriendo lo suyo en Huelva, donde el exceso de humedad está afectando a la fresa que, «aunque ha subido el precio no compensa las pérdidas», según COAG. La provincia no escapa tampoco al viento porque no hay que olvidar que este ha causado daños en más de 200 hectáreas de invernaderos de esta provincia.

En la provincia de Almería, los cultivos afectados son el brócoli, pepino, pimiento o sandía y melón, que están viendo el impacto de plagas como la botrytis o el mildiu, dando paso así a síntomas de pudrición en las plantas. Aunque están en plena polinización, la sandía y melón también sufren.