La Festa da Malla nació cuando un grupo cazadores decidieron plantar trigo en los noventa para que pudieran comer las perdices. El evento es ahora Festa de Interese Turístico Galego.
15 ago 2019 . Actualizado a las 16:16 h.Los que deseen recordar cómo era una malla, ver de nuevo trabajos comunes del campo que quizá incluso realizaron cuando eran niños, o aquellos que quieran saber cómo se obtenía grano de trigo para elaborar harina y forraje para los animales tienen una cita en Meira este domingo. En esa localidad lucense tendrá lugar la Festa da Malla , que cumple 28 ediciones y cuenta con la condición de Festa de Interese Turístico Galego.
Los actos empiezan por la mañana. En la Praza Maior de la localidad se colocan las máquinas y vecinos de la localidad realizan las tareas. Si son decenas los que colaboran en los trabajos, por miles pueden contarse los que pasan por Meira en un día como el domingo, pues las labores, tanto las manuales como las que requieren maquinaria, se efectúan en el centro de la localidad. Y si antaño las mallas solían acabar con una comida o con una merienda en la que anfitriones y ayudantes reponían fuerzas tras una jornada agotadora, ahora suele haber alguna degustación para todos los que se acercan a ver cómo se trabajaba antes.
Evolución
El programa incluye exposición de artesanía y de maquinaria antigua, así como la actuación de varios grupos musicales. Para entender mejor la importancia de este festejo, hay que recordar que está organizado, en colaboración con el Concello, por la Asociación de Amigos da Malla de Meira. La fiesta empezó, a principios de los noventa, cuando unos cazadores decidieron cultivar trigo para que las perdices dispusiesen de alimento. Con el cereal ya maduro, surgió la idea de mallarlo. Lo que entonces fue una propuesta de unos pocos hoy es un espectáculo para muchos.