La gripe aviaria ya obligó a sacrificar 266.200 aves en seis granjas de España
GANADERÍA
Tres explotaciones de Huelva, una de Segovia, otra de Valladolid y otra de Sevilla se vieron afectadas por la enfermedad y tuvieron que deshacerse de todo el censo de animales, tal y como establece la normativa
11 feb 2022 . Actualizado a las 13:32 h.Fue el pasado 18 de enero cuando en España se detectó el primer foco de gripe aviar en una granja profesional. Hasta entonces, todos los casos habían sido hallados en aves silvestres, lo que obligaba a elevar la vigilancia sobre la zona en donde aparecían, pero poco más. En los brotes en explotaciones, en cambio, se hace preciso tomar una serie de medidas, como poner en marcha una investigación epidemiológica para tratar de conocer el origen del brote o sacrificar a todo el censo de aves. Desde entonces, se ha confirmado la presencia del virus hasta en seis granjas distintas, tres en Huelva, una en Segovia, otra en Valladolid y otra en Sevilla. En todas ellas se ha hecho preciso sacrificar a todos los animales que allí se estaban criando. Esto significa que, hasta el momento, en España se han matado 266.200 aves por culpa del virus. 130.000 de estos animales se criaban en una granja de Valladolid y su sacrificio fue documentado por Greenpeace, que ha aprovechado para denunciar que las macrogranjas suponen «una auténtica bomba de relojería, que ponen en jaque la salud del planeta y de las personas», asegura el comunicado oficial.
Todos estos brotes tienen muchas cosas en común. Primero, que todas las explotaciones se ubican en zonas de especial riesgo o de especial vigilancia de la enfermedad, además de que en algunos casos los focos se sitúan en las inmediaciones de otro que se registró primero, como los tres de Huelva, que están en un radio inferior a los 10 kilómetros. En segundo lugar, la enfermedad fue detectada por los responsables de las explotaciones tras darse cuenta de que se estaba produciendo un incremento anormal de la mortalidad entre sus animales. Otra característica común es que se cree que el virus llegó a estas explotaciones a través de aves silvestres, si bien el origen de la enfermedad todavía se está estudiando.
Una granja de pavos ubicada en Fuenterrebollo, en la provincia de Segovia, fue la primera en detectar la enfermedad el pasado 18 de enero. Hasta entonces, el virus solo se había encontrado en aves silvestres de Lérida, Ávila y Palencia. En esta explotación se estaban criando 18.900 pavos de 10 semanas de edad, que tuvieron que ser sacrificados. Unas dos semanas después, el 2 de febrero, apareció un nuevo caso en Villarrasa, en la provincia de Huelva. Fue en una granja con 41.000 pollos de seis semanas de edad. Desde entonces, la presencia del virus se ha expandido por las explotaciones españolas. El 6 de febrero se registraba un nuevo brote en Niebla, en Huelva, en una granja con 39.500 pollos de dos semanas de edad. Y el siete saltaban otros dos casos en explotaciones cercanas, ubicadas en los municipios de Trigueros y Carmona. Ambas eran granjas de engorde de pavos que criaban a 8.000 y 28.800 animales, respectivamente. Ese mismo día también se dio la alerta en una explotación de Íscar, en Valladolid, hasta ahora la de mayor tamaño en la que se ha colado el virus. Allí había 130.000 gallinas ponedoras en jaula.
Siempre que se detecta un brote en una explotación avícola, el protocolo establece que se tomen una serie de medidas. La primera pasa por inmovilizar de forma inmediata la explotación, desde el momento en el que se sospecha del foco. Posteriormente se realiza una encuesta epidemiológica con el objetivo de conocer el origen del brote y saber si hay otras explotaciones que puedan estar en riesgo por el movimiento de personas y vehículos. Además, es preciso sacrificar a todo el censo de las explotaciones afectadas, destruyendo los cadáveres, el pienso y demás materiales que pudieran actuar como transmisores del virus. Esto significa que, hasta ahora, en España se han matado 266.200 aves por este motivo. La última medida prevé establecer una zona de restricción, en un margen de 3 kilómetros desde el foco, y otra de vigilancia, en una radio de 10 kilómetros.
En cuanto a los focos en aves silvestres, también se han detectado nuevos casos en las últimas semanas. Hasta ahora, se ha confirmado la presencia del virus en un total de doce espacios naturales en las provincias de Girona, Lérida, Ávila, Palencia, Segovia, Valladolid, Huelva, Sevilla y Cádiz.
Greenpeace alerta de los problemas que el virus puede ocasionar en macrogranjas
La organización ecologista fue testigo de cómo se destruían los cadáveres de las gallinas afectadas por el brote de gripe aviar en la granja de Íscar y ha aprovechado esta circunstancia para criticar, de nuevo, la existencia de las macrogranjas. En su opinión, explotaciones como la de Íscar, «son el entorno perfecto para la proliferación de este tipo de virus», porque considera que suponen un riesgo para la salud humana al ubicarse en una de las zonas de mayor producción avícola de todo el país y estar situada a escasos mil metros del centro urbano de esta localidad. «La expansión desmesurada y descontrolada de la ganadería industrial tiene muchos efectos negativos y este es uno mas», añade la organización.
Según los datos del Ministerio de Agricultura, añaden en Greenpeace, en Castilla y León había censadas, a enero del 2021, 58.212101 aves de corral, siendo la cuarta comunidad autónoma con mayor número de aves. Esta lista la encabeza Galicia, donde entonces se criaban 108 millones. Es más, insisten en que el censo de gallinas para consumo humano ha crecido un 33 % en los últimos años. Buena parte de estos animales se crían en explotaciones de gran tamaño, que es donde la organización ecologista quiere centrar el debate. Granjas como la de Íscar, que criaba a 130.000 gallinas, «son el entorno perfecto para la proliferación de este tipo de virus», afirman. Porque allí «individuos genéticamente muy similares se ven obligados a vivir hacinados», a ello hay que sumarle que son animales que se trasladan grandes distancias, lo que «facilita la propagación del virus».
«En Europa, este devastador virus ha llevado a que se exterminen millones de animales y esperamos que España no tenga que seguir este camino», afirma Luis Ferreirim, responsable de la campaña de Avicultura de Greenpeace. Pide a quien salga elegido el próximo domingo en las elecciones de Castilla y León que afronte el problema con valentía y decrete una moratoria regional a la ganadería industrial. A pesar de estar en contra de este sistema de cría, la organización quiso mostrar su máxima solidaridad con los ganaderos afectados, «muchas veces empujados hacia este sistema industrial por las grandes empresas que buscan la máxima rentabilidad al más bajo coste».