El decano de la Facultad de Veterinaria de Lugo avanza que hay que investigar los animales confirmados en la Península e insta a notificar cualquier caso sospechoso. La patología no supone un peligro para los humanos
27 oct 2023 . Actualizado a las 17:52 h.Los ganaderos quieren saber qué está pasando con la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE), una patología que se detectó por primera vez en la UE en noviembre del año pasado y que en las últimas semanas no ha hecho más que dejar huella en granjas de bovino de Andalucía, Extremadura, Castilla-la Mancha, Madrid, Murcia, Castilla y León o de las provincias de Ávila, Salamanca, Segovia, Soria, Valladolid y Zamora. Pero no solo se conforman con tener información sobre una patología vírica transmitida por insectos culicoides (un mosquito diminuto que se reproduce en zonas donde hay materia orgánica y humedad), también exigen al Ministerio de Agricultura que convoque una reunión urgente con el sector para elaborar un plan de control urgente tras determinar el alcance que tiene hasta el momento y detener su propagación. Al menos es lo que reclama la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) en un comunicado donde el responsable del sector vacuno de carne de COAG, Joaquín Gargallo, dice que «esta enfermedad tiene graves repercusiones económicas para los ganaderos porque las vacas disminuyen su producción y provoca pérdidas por abortos e infertilidad. Además, supone un significativo aumento de los gastos veterinarios». Y desde UPA, que ya había pedido una reunión con el Ministerio la semana pasada, este martes han pedido un plan con ayudas para los ganaderos porque «está causando complicaciones y pérdidas económicas a los ganaderos. Aunque no se transmite a humanos ni afecta a la calidad de la carne, la EHE provoca problemas y mortandad sobre todo en el vacuno».
Aunque de momento no se han registrado casos en Galicia, el decano de la Facultad de Veterinaria del Campus Terra de la Universidade de Santiago (USC), Gonzalo Fernández, pide que se comunique cualquier caso sospechoso e invita a los cazadores a notificar sobre cualquier animal muerto, especialmente corzos en Galicia, que encuentren en el monte para hacer una analítica de bazo y conocer el alcance. Al mismo tiempo, recuerda que no se transmite a humanos, mientras que tampoco hay peligro por consumir carne de animales que pudieran padecerla.
¿Cómo detectar posibles síntomas?
Gonzalo Fernández explica que los síntomas son muy parecidos a los de la lengua azul, pero a diferencia de lo que ocurre con esa patología que afecta principalmente, por este orden, al ganado ovino, vacuno y después los animales salvajes, esta toca sobre todo a «los ciervos, luego al ganado vacuno, la incidencia en ovino es de más del 70 %, mientras que el ganado caprino es más resistente». Lo que produce son cuadros respiratorios y afecta también al aparato reproductivo de los animales derivando en abortos o en el nacimiento de animales más delicados. «Lo habitual es que en el caso del bovino los cuadros sean leves». De todas formas, añade que hay que investigar cómo se está comportando la enfermedad en Europa después de haber detectado algún supuesto caso de muerte de animales.
El problema, a diferencia de la lengua azul, es que para esta patología con incidencia elevada en países africanos o en Estados Unidos (ahí es común entre ciervos de cola blanca) es que no hay vacuna. La solución entonces es extremar la vigilancia y tratar de que no se extienda mientras los animales están en fase virómica (cuando el virus está en sangre).
Según la última actualización publicada por el Ministerio de Agricultura el pasado día 22, desde la anterior actualización sobre la enfermedad realizada el pasado 7 de agosto, el Laboratorio Central de Veterinaria (LCV) de Algete, laboratorio nacional de referencia para esta enfermedad, ha confirmado 19 nuevos casos en las comarcas de Campiña y Campo de Gibraltar (provincia de Cádiz); Cartaya (provincia de Huelva), Posadas y Valle de Guadiato (provincia de Córdoba); El Condado, Cazorla, Linares y Úbeda (provincia de Jaén); Alhama de Granada (provincia de Granada); Mérida y Azuaga (provincia de Badajoz); Plasencia, Coria y Valencia de Alcántara (provincia de Cáceres); Colmenar Viejo y Buitrago (Provincia de Madrid); Barco de Ávila (provincia de Ávila y Zamora (provincia de Zamora). Además, se han confirmado dos focos en Murcia en ciervos silvestres en dos cotos cercanos.