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Adiestradores y etólogos, sobre el ataque mortal de cinco perros en Zamora: «El pastor podría haberlo evitado o reducido la gravedad»

María Guntín
María Guntín LUGO / LA VOZ

GANADERÍA

De izquierda a derecha, Mariano Chico, adiestrador canino profesional y Ángela González, veterinaria especialista en medicina del comportamiento
De izquierda a derecha, Mariano Chico, adiestrador canino profesional y Ángela González, veterinaria especialista en medicina del comportamiento M. Míguez / Ó. Cela

Los profesionales coinciden al decir que es necesario que se identifiquen las zonas con animales sueltos para evitar sucesos como este, que acabó con la vida de una joven de 27 años

27 oct 2023 . Actualizado a las 17:17 h.

El ataque mortal de cinco perros a una mujer de 27 años en Zamora sigue generando debate entre los expertos, que piden herramientas que faciliten la convivencia con los animales que cuidan del ganado. En este caso, los animales implicados son tres mastines y dos pastores leoneses o de carea. Esta segunda raza es poco frecuente en Galicia, pero los mastines sí son habituales en las explotaciones gallegas por ser un método eficaz para prevenir ataques de lobo. Muchos son cruces, y numerosos expertos y veterinarios alertan del peligro que suponen estos mestizos de gran tamaño al desconocer su procedencia y el carácter de sus padres.

«Es imposible eludir un ataque con cinco perros, da igual la fuerza y los conocimientos que tengas», explica Mariano Chico, adiestrador canino profesional y director de una escuela de formación en A Coruña.

Sobre los animales implicados en el suceso mortal ocurrido en Zamora hace unos días, Chico explica que en ambos casos se trata de animales de trabajo: «El mastín es un perro de guarda, cuya misión es proteger al rebaño, por lo que cualquier intrusión que haya dentro o por proximidad hace que alerte, ladre y, si tiene que atacar, ataque. Son perros seleccionados para eso».

Asimismo, mastines y pastores leoneses pueden llegar a atacar a personas o ciclistas por considerarlos intrusos. Sin embargo, los carea no son de guarda, sino que trabajan como guías: «Se encargan de recoger el rebaño, son valientes, pero no tienen tanto potencial como el mastín. SI se crían juntos hacen manada e interactúan porque las conductas instintivas de los perros son todas iguales, aunque algunos las tengan más o menos potenciadas».

¿Podría haberse evitado un ataque así?

Según Chico, es «inviable» eludir un ataque como el que sufrió la joven de Zamora, cuya autopsia reveló más de 100 mordeduras. «Aunque seas un profesional o tengas fuerza, si estás solo no puedes con cinco perros. En este caso, creo que se activó el instinto de predación, que encadena al de guarda. Los gritos potencian la excitación de los animales y activarían a los careas. Los sonidos potencian mucho la agresión del perro, que pasa de tener un instinto de guarda al de predación. Es un ciclo que se va cerrando», desgrana.

Asimismo, el adiestrador profesional recuerda que el Seprona sigue investigando, «también para saber si ese instinto predatorio pudo ser consecuencia de cómo estaban alimentados». Chico es claro con sus conclusiones: «Son animales que, en muchas ocasiones, solo socializan con los corderos y con su pastor, que debería tener control sobre ellos. Si él hubiese estado allí, seguramente se podría haber evitado la muerte de la joven, o los hechos no habrían revestido tal gravedad. Si el pastor interviene, los perros suelen retirarse».

Los perros de trabajo

Según Mariano Chico, los perros de trabajo son muy diferentes de los de belleza o los que sirven de compañía. Se seleccionan por genética, y en ellos se busca un carácter fuerte, sin importar el físico. «Esto implica que puedan tener predisposición para atacar, sobre todo los mastines, es algo natural para ellos».

Estos perros de trabajo se introducen en el rebaño con dos meses de edad, inicialmente con los corderos, «se crían con ellos y por esto desarrollan un instinto de guarda que ya tienen, pero que potencian mucho más que lo que pueden hacer otros perros», añade.

Sin embargo, es frecuente que estos perros no interactúen en su etapa de socialización con nada que vaya más allá de ganado y pastor, con los problemas que esto implica. «Hay otras formas de adiestrarlos, pero sería con el coste de no potenciar esa conducta instintiva. Entonces, no serían buenos perros de guarda o de pastoreo», asegura Mariano, que también habla de la importancia que tiene la socialización de los cachorros y la concienciación ciudadana.

«Si ves un rebaño de mastines, tienes que apartarte», asegura el experto. Los perros hacen un primer aviso a través del ladrido, pero pueden llegar a morder. «Debería haber identificativos en zonas con mastines y ganado, alertando de que hay perros sueltos», propone.

Ángela González, etóloga: «Si tienes suelto un perro de gran tamaño, puede ocurrir algo así»

La experta en comportamiento del Hospital Universitario Rof Codina de Lugo, Ángela González, recuerda que ninguna raza tiene por qué ser especialmente agresiva, incluidos mastines y pastores leoneses. «El efecto manada pudo ser evidente en un caso como el de Zamora. Aquí, en Galicia, es tradicional que los mastines duerman con las ovejas para socializar con ellas y protegerlas del lobo. Sin embargo, si esto les provoca una falta de socialización con las personas pueden ocurrir desgracias como esta».

González recuerda que el período de socialización de los cachorros va de las tres semanas a los tres meses de edad: «Durante ese tiempo deben ver todo lo que van a considerar normal en su vida. Un ataque como el que sufrió esta chica mientras paseaba puede ocurrir, hay riesgo porque son perros de gran tamaño que están sueltos».

Hasta la consulta de Ángela no suelen llegar casos de ganaderos que tengan problemas con sus mastines: «Los que llegan son de compañía. Aun así, entiendo que es complicado porque la intención de los perros de trabajo es que no vayan detrás de la gente que pase a su alrededor y dejen al ganado, pero esto también provoca problemas. Es complicado dejar un perro suelto y creer que no va a pasar nada nunca».

«Esto no lo han provocado los lobos»

El alcalde de Roales del Pan, localidad vecina a la que ocurrieron los hechos, vinculó el suceso con la proliferación de lobos en la zona y los acusó de alterar el comportamiento de los perros ganaderos. A esto, Ángela responde tajantemente: «Una cosa no tiene nada que ver con la otra. Las agresividades hacia otros animales y las agresividades hacia personas son cosas bien distintas. Los perros se pondrían nerviosos si ven al lobo, pero esto no puede justificar este ataque».

La veterinaria especialista en medicina del comportamiento aconseja, en situaciones en las que aparezcan animales sueltos y rebaños, dar la vuelta con tranquilidad y, en caso de que haya otros perros, atarlos. «Es importante no gritar ni hacer movimientos bruscos, y tampoco coger a nuestro perro en brazos. La probabilidad siempre es que lo ataquen primero a él, pero si lo cogemos, nosotros corremos un riesgo enorme. La recomendación es no interferir en una pelea entre perros. De tener agua a mano, esta puede disuadirles, al igual que el ruido de una bocina», abunda.

Asimismo, la veterinaria del Rof Codina considera que sería interesante desarrollar una aplicación que permita saber las localizaciones en las que hay ganado con perros sueltos.