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Antonio Jarrín, dueño de una tienda agraria de Ponferrada: «Viene gente de Galicia a comprar gallinas porque allí no las venden sin estar dado de alta el corral»

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS LUGO / LA VOZ

GANADERÍA

El vendedor Antonio Jarrín, en su tienda de Ponferrada, en la que vende gallinas y pollos
El vendedor Antonio Jarrín, en su tienda de Ponferrada, en la que vende gallinas y pollos ALBERTO LÓPEZ

Comercios del Bierzo venden aves sin los registros burocráticos que se aplican en la comunidad gallega

15 mar 2024 . Actualizado a las 12:24 h.

Comprar gallinas o pollos más allá de Pedrafita do Cebreiro se está convirtiendo en algo relevante en las últimas semanas. Dueños de tiendas agrarias situadas en el Bierzo afirman que tienen gallegos entre sus clientes habituales, pero en las últimas semanas está aumentando en algunos casos. «Viene gente de Galicia a comprar gallinas porque allí no las venden sin estar dado de alta el corral», decía este jueves Antonio Jarrín, dueño de un establecimiento situado en Ponferrada.

En Galicia desciende la venta de gallinas y de pollos, como explican los dueños de tiendas, preocupados por la disminución de la facturación y molestos con la Xunta por las exigencias impuestas, que derivan de un real decreto aprobado por el Ministerio de Agricultura. En Castilla y León, en cambio, los compradores se mantienen, y si disminuye el número, es por razones ajenos al deber de inscribir los gallineros en un registro que cada administración autonómica controla en su comunidad. De hecho, en la mañana de este jueves fue posible comprar dos gallinas en una tienda del Bierzo sin que el dueño pusiese pega alguna. El precio total de las dos fue de 14,60 euros.

El responsable de ese negocio, que no quiso dar su nombre, afirmó que tenía clientes de municipios lucenses cercanos y que la obligatoriedad de la inscripción de los corrales de Galicia no le había supuesto por ahora un descenso de las ventas. «Tengo clientes de Galicia que siguen viniendo», afirmó. En la misma comarca berciana, en Villamartín de la Abadía, Pilar Alonso, dueña de un establecimiento similar, reconoció que vendía menos gallinas y pollos que hace años, pero por razones ajenas a las cuestiones burocráticas de estas semanas: «Los mayores lo van dejando, los jóvenes no quieren comer pollo casero...», explicó. Ella solo despacha las aves que los clientes le van encargando; ahora vende unas 40 por semana, apenas la quinta parte del volumen de hace años.

También el ponferradino Antonio Jarrín ha visto que su negocio, que se fundó en 1883 y en el que representa ya la quinta generación, funciona ahora con un volumen de ventas menor que el de hace años. Vendía unos 1.500 pollos por semana, nada que ver con los 200 o 300 que despacha ahora. La comparación entre las cifras lo lleva a una conclusión rotunda: «Eso, ahora, es impensable», decía este jueves. Los tres comerciantes visitados este jueves en la comarca berciana coincidieron en que la Junta de Castilla y León no les había comunicado ningún aviso para empezar a actuar de una manera diferente. De todos modos, no descartan que las nuevas circunstancias que se aplican en Galicia generen un efecto dominó que les entrañe más exigencias. 

El redactor de La Voz Xosé María Palacios, tras haber comprado las gallinas en El Bierzo
El redactor de La Voz Xosé María Palacios, tras haber comprado las gallinas en El Bierzo ALBERTO LÓPEZ

Quienes acuden, porque se trata de una costumbre arraigada o porque la situación en Galicia ha cambiado, a comprar aves al Bierzo son dueños de gallineros de autoconsumo. Según el citado real decreto del Ministerio de Agricultura, entran en ese apartado los corrales que no tienen más de 30 animales. Precisamente por eso, un comerciante como Antonio Jarrín critica que se apliquen criterios burocráticos a criadores que cuidan sus pollos y sus gallinas sin ningún ánimo de lucro: «Un señor que tiene cuatro gallinas lo hace para consumo propio... Son cosas que no se entienden», manifestó.

Los pollos que vende suelen costar de 2,90 a 3,50 euros; las gallinas, en torno a 8,50 euros. Él, un poco escéptico sobre el futuro del negocio, teme que las trabas burocráticas acaben siendo un golpe demasiado fuerte para una actividad en la que el relevo generacional ya le parece de por sí complicado: «El problema es qué vamos a hacer», reconoce. Su escepticismo es tal que hasta parece capaz de imaginar su tienda sin aves ni pollos: «Le digo a la gente: 'Aprovechad ahora para verlos porque, a lo mejor, dentro de dos años tenéis que ir al zoológico'», afirma.

Por otro lado, recalca que un descenso de ventas de aves en comercios como el suyo tendrá consecuencias en otros sectores: «Es una rueda. Si no vendo pollos, no vendo pienso; si no vendo [pienso], no compro a la fábrica», asegura. Según datos aportados este jueves por la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, en Castilla y León hay actualmente registradas 8.255 explotaciones avícolas de autoconsumo.

Comerciantes de Galicia preparan protestas

Por su parte, los dueños de tiendas de Galicia que venden aves preparan protestas. El colectivo, creado en semanas pasadas para exteriorizar el malestar por la situación creada en la comunidad, prevé realizar concentraciones en distintas localidades y también manifestarse en Santiago de Compostela. La necesidad de dar de alta los gallineros para poder comprar aves ha desatado la inquietud en Galicia, y los propietarios de tiendas admiten que el descenso de ventas es preocupante.