Las medidas por la gripe aviar causan rechazo: «Se non hai animais, as feiras son 'mercadillos'»

GANADERÍA

Organizadores de certámenes de la Terra Chá creen que las restricciones restarán afluencia de público
11 mar 2025 . Actualizado a las 17:50 h.La orden de la Consellería de Medio Rural de impedir la presencia de aves en las ferias, consecuencia directa de la gripe aviar, ha causado un notable malestar en la Terra Chá. La animación de algunas ferias está directamente relacionada con la presencia de vendedores que llevan productos de agricultura y de ganadería, algo que destacan organizadores de esas citas: hay que subrayar que una de las ferias más concurridas de la comarca chairega, la de Parga, está organizada por la asociación de propietarios del campo de la feria, donde se colocan los vendedores, y otra recuperada el año pasado tras un largo paréntesis, la de Momán (Xermade), vive una nueva etapa impulsada por la Sociedade Cultural e Recreativa de Momán.
«Se non hai animais, as feiras son ‘mercadillos'». Así se expresaba este lunes Tino Fernández, presidente de la citada sociedad. En esa localidad está fijada feria mensual para el próximo domingo, y se teme que la falta de aves acabe por marcar una tendencia a la baja. Fernández subrayó que la ausencia de vendedores de aves podría tener dos consecuencias: por un lado, que los vendedores de otros productos también dejasen de ir por observar menos ambiente: «Se non vai o da carne, para que queremos o pan? Vai todo unido», reflexionó; por otro, que los vecinos del municipio xermadino y de otros cercanos encontrasen menos alicientes en la feria y no se animasen a ir. Fernández recordó este lunes, como muestra del interés que había despertado la feria de Momán tras haberse emprendido su recuperación, que uno de los vendedores habituales de aves iba con su mercancía desde Ferrolterra.
Una reflexión parecida fue la de Xesús Barreiro, presidente del colectivo de propietarios del campo de la feria de Parga. En este caso, además, el malestar se acrecentó porque la presencia de puestos con aves se notaba favorablemente en las dos ferias mensuales de la villa: «Estábase vendendo ben», recordó Barreiro.

La asociación incluso envió un escrito a la Xunta para expresar su contrariedad. En ese sentido, en el documento se recoge que las aves comercializadas en la feria proceden de pequeñas explotaciones del municipio de Guitiriz y de otros vecinos —Vilalba y Friol— y no de concellos en los que se notificaron casos de gripe relacionados con aves marinas; y también se detalla que se tomaron medidas de bioseguridad como, por ejemplo, la colocación de una malla antiaves.
Críticas de vendedores
El malestar no se limita a los organizadores, temerosos de que las ferias acusen la prohibición de la presencia de aves. Incluso criadores que acuden a esta y a otras citas aprovecharon la feria de anteayer en Parga para divulgar folletos con su postura. En su opinión, la prohibición va más allá de una situación concreta y supone un golpe más a la vida en pequeños núcleos rurales.
Los vendedores recuerdan que los organizadores de la feria de Parga se preocuparon de tomar medidas de vigilancia, entre las que estaba el funcionamiento de sendos registros de entrada y de salida. «Se non se poden levar animais, as feiras que queden serán un ‘top manta'», dijo este lunes una vendedora que acude habitualmente a esta feria chairega.
Los vendedores comprenden además que las ferias dan a muchas localidades una animación de la que carecen habitualmente, y avisan de que la prohibición de vender animales tendrá otros efectos: la gente dejará de criarlos, y si eso ocurre, el abandono de la tierra irá a más. Tras lo ocurrido este domingo, no se descarta exponer el mismo malestar por este asunto en otras ferias que se celebren en la zona en las próximas semanas.
Previsión de alguna postura común en defensa del rural
Xesús Barreiro afirmó este lunes que la asociación había solicitado reuniones con los grupos presentes en el Parlamento gallego para exponer la situación creada. Por otro lado, explicó que se estudiaba la celebración de algún encuentro con entidades que se encuentran con el mismo problema. Para Tino Fernández, el problema va más allá de una localidad o de una comarca, y se necesitan medidas para conservar «a cultura galega das feiras».