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Premian en Allariz a una firma que aprovecha los residuos de la ganadería para energía o fertilizantes

Uxía Carrera Fernández
UXÍA CARRERA ALLARIZ / LA VOZ

SOSTENIBILIDAD

Empresarios reconocidos en los premios Emprendemento Rural Innovador en Allariz
Empresarios reconocidos en los premios Emprendemento Rural Innovador en Allariz cedida

Agrolinera, de Asturias, se llevó el premio Emprendemento Rural Innovador

14 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Allariz ejemplificó el buen hacer entre los empresarios del rural con la entrega de los primeros premios Emprendimiento Rural Innovador 2024. Cinco proyectos estrenaron este viernes el galardón reconocidos por su innovación y su impacto positivo en el entorno, cuatro de ellos gallegos y uno asturiano. Fue una iniciativa del primer Foro de Emprendemento Rural, que reunió a cientos de profesionales esperando llegar a ser un evento consolidado.

El Hotel OCA Allariz fue sede por segundo día del congreso, que arrancó con la entrega de premios. Se presentaron más de 50 proyectos de toda España. Las bases del concurso establecían que debían ser empresas con menos de cinco años de vida, situadas en municipios de menos de 20.000 habitantes y que promuevan el asentamiento de la población de manera sostenible y con la participación de jóvenes y mujeres.

La iniciativa que más cumplió estos requisitos, y se llevó el primer galardón, fue Agrolinera. Se trata de una «dairytech» con base en Asturias dedicada al aprovechamiento de los residuos de las ganaderías. Acudieron hasta Allariz sus fundadores, Pilar Menéndez y Juan Gutiérrez. La responsable explicó que es una pequeña empresa que nació con el conocimiento de haber crecido en un pueblo ganadero viendo las problemáticas de las explotaciones tradicionales. «Yo también me he tenido que ir fuera de España porque eso era lo normal, pero hemos vuelto con un propósito y tenemos el lujo de aplicar en el territorio todo lo que hemos aprendido», argumentó. A través de la tecnología dan una solución a las comunidades ganaderas para convertir los residuos en insumos de otros procesos. Fueron premiados con 10.000 euros.

El resto de galardones recayeron en Galicia. Entregaron dos menciones con un valor de 2.000 euros. Una de ellas, patrocinada por Abanca, valoraba el impacto positivo en la zona y se la llevó Anceu Coliving. Este proyecto, ubicado en la localidad pontevedresa de Ponte Caldelas, ofrece alojamiento compartido. Su objetivo es que los inquilinos con ideas afines puedan vivir, trabajar y socializar juntos. «Es un orgullo decir que hubo gente que vino y se quedó a vivir, o estimaban un mes y se quedaron un año, se han integrado entre nosotros», relató Rosa, una de las fundadoras.

La otra mención, patrocinada por Coren, reconocía la innovación desde el territorio. Se la llevó Chorima Cosmética Atlántica. Es una marca de A Estrada que aprovecha los activos de origen natural y local con propiedades beneficiosas para la piel. Respetan el medio ambiente, proponiendo una cosmética consciente. Su creador, Miguel de la Calle, asumió que no esperaba conseguir el éxito recabado en dos años. «Estes foros son bonitos e vistosos, pero só é a punta do iceberg, o día a día é o premio de verdade para os emprendedores», defendió.

Premio a Puxedo

Entre los prestigiosos ganadores se coló una entidad ourensana. La Asociación de Veciños de Puxedo fue premiada por la mención de la Fundación Roberto Rivas al proyecto de fijación de población en el rural. Los habitantes de Lobios se unieron para transformar una aldea de montaña que vivió de la economía agraria de subsistencia en un núcleo del siglo XXI. «No llegaba ni el mercado ni el Estado así que los vecinos cambiaron el rumbo de lo que era una muerte segura», apuntó ayer Pablo Rodríguez, de la asociación. Rehabilitaron el patrimonio monumental, recuperaron tradiciones y con colaboración pública e iniciativas privadas abrieron negocios. «En el rural puede haber oportunidades si colaboramos, sobre todo los vecinos, que somos los que conocemos el territorio», defendió.

El talento joven también despuntó en el foro. La Fundación Roberto Rivas, organizadora del evento, entregó un accésit a una iniciativa local destacado que recayó en Skomb by Tex. Es un proyecto de dos estudiantes del CPR Nebrija de A Coruña que crea cuero vegano a partir de residuos de té de kombucha. «No solo queremos cuidar el medioambiente sino ayudar a crear nuevas oportunidades para la gente que lo necesite», explicó ayer una de sus creadoras. Quieren cambiar el rumbo de la industria textil. El premio conllevó una beca de formación valorada en 2.000 euros.

Las mujeres sustentan gran parte de los negocios en los pueblos de Galicia

El Foro de Emprendemento Rural clausuró su primera edición tras dos jornadas de mesas de debate, conexión entre los profesionales y visitas a proyectos ejemplares de la zona. La patrona de la Fundación Roberto Rivas, Loreto Fernández, y profesora de la Universidad de Santiago de Compostela, intervino en la entrega de premios para concluir: «Los resultados en el rural gallego son alentadores, la situación no es buena pero creemos que ha mejorado muchísimo». Defendió que la Universidad debe estar estrechamente ligada al emprendimiento en el rural, ya que de los grupos de investigación y del conocimiento que los jóvenes adquieren en las aulas emanan los proyectos. «Tenemos que enorgullecernos de nuestro sistema universitario de altísimo nivel», sentenció.

Los estudios, expuso, muestran que las tasas de emprendimiento en el rural son más bajas que en el ámbito urbano, pero en Galicia hay curiosas singularidades. Una esencial es el papel de las mujeres: «Observamos tasas más altas de emprendimiento que en los hombres y parte de ese éxito es que muestran un mayor capita social». Además, sus iniciativas tienen una mayor orientación hacia la sostenibilidad de impacto social y ambiental. «Es esencial contar con asesoramiento y redes de apoyo para desarrollar estos proyectos», argumentó. En Galicia también quedan retos pendientes. El principal es la apuesta por la digitalización. También se deben fomentar, según Loreto, las formas jurídicas de economía social como es el cooperativismo, especialmente adaptadas el entorno de los emprendedores. «Una de las grandes ventajas que tenemos es que existen esos proyectos, pero veces quedan ocultos porque nos vendemos mal. Es importante mostrar los casos de éxito», concluyó esperanzada.