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A los cefalopoderos gallegos ya solo les queda Bisáu para pescar pulpo

Espe Abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Diez de los cefalopoderos expulsados de aguas mauritanas fueron enviados al desguace.
Diez de los cefalopoderos expulsados de aguas mauritanas fueron enviados al desguace. RAMON LEIRO

Tras la expulsión de Mauritania, solo tres de los 13 barcos se dedican a esta especie

02 feb 2015 . Actualizado a las 17:36 h.

La misma palabra lo dice. Un arrastrero cefalopodero se dedica a la pesca de cefalópodo. Pero la expulsión de este segmento de flota de Mauritania ha modificado incluso el peculiar diccionario de los tipos de embarcaciones. Actualmente, solo tres de los trece cefalopoderos que han sobrevivido al proceso de reconversión al que se vieron abocados en agosto del 2012 continúan pescando pulpo. El resto, ha tenido que adaptar tanto el barco como las redes para capturar «peixe de escama», en su particular terminología, que no son otros que la pescadilla y demás especies demersales.

Peor es el nombre que el diccionario recoge para otros diez buques: chatarra. Sus armadores los mandaron al desguace tras la expulsión de aguas mauritanas.

Acuerdo recuperado

Las tres embarcaciones que pueden seguir trabajando en lo suyo faenan en Guinea Bisáu, toda vez que la Unión Europea ha recuperado el acuerdo pesquero que mantenía con ese país africano antes de que un golpe de Estado llevase al Ejecutivo comunitario a recomendar la salida de la flota gallega, cuya seguridad, aseguraba, no podía garantizar. Tras las elecciones democráticas en Bisáu, la UE firmó un protocolo con licencia para unos diez cefalopoderos. De momento, solo han desembarcado en el caladero tres, aunque está previsto que otros cuatro tomen el mismo rumbo.

Los diez cefalopoderos restantes siguen a otro oficio. Tres faenan en el marco del acuerdo pesquero con Marruecos, un pacto en el que se creó una nueva categoría de arrastre de fondo para explorar las especies demersales que existen en aguas marroquíes, pues la flota local no dirige sus aparejos a esas especies. Desde octubre pasado, ahí están los tres buques, trabajando por obligación en fondos de más de 200 metros y descartando, como les manda Marruecos, todo pulpo, calamar o marisco que entra en la red. De momento, «van cubrindo gastos», apuntan desde la Asociación Nacional de Buques Cefalopoderos (Anacef), y ahora verán cómo evoluciona para decidir si siguen aprovechando esas licencias amparadas por el paraguas comunitario o ponen proa a Bisáu para pescar pulpo.

Hoy por hoy, Marruecos y Bisáu son los únicos acuerdos de pesca en los que los cefalopoderos pueden pescar con respaldo europeo. En el resto de los destinos de pesca, que son Angola y Gambia, los buques que allí faenan lo hacen a través de licencias privadas. En el caladero angoleño faenan tres embarcaciones, mientras que en Gambia trabajan actualmente cuatro.

Hasta no hace mucho, dos cefalopoderos trabajaban en las inmediaciones de las islas Malvinas, pero ya han abandonado esas latitudes y las han cambiado por las aguas de Bisáu.

 

Senegal abrirá sus aguas a dos buques de esta flota, con un acuerdo más ventajoso

 

Tras dos años «tirados», en los que si querían trabajar tenían que recurrir a las licencias privadas, los supervivientes de la flota cefalopodera se ven ahora en la posibilidad de poder elegir caladero en el que faenar. Algo nada extraño si se tiene en cuenta que faltan once (diez desguazados y uno vendido a Irán) del listado inicial y que se han recuperado, vía firma de protocolos pesqueros, tres caladeros bien conocidos para los cefalopoderos: Marruecos, Guinea Bisáu y Senegal.

Las aguas de este último país están a punto de abrirse para la flota comunitaria. Y entre las posibilidades de pesca que se conceden hay dos que pueden aprovechar los barcos cefalopoderos. ¿Inconveniente? Que, como en Marruecos, no podrán pescar pulpo. Ahora bien, tienen una ventaja con respecto a las que proporciona el rey Mohamed VI. Y es que en Senegal se podrá comercializar el 15 % de los cefalópodos y el marisco que caigan en la red con la pescadilla.

Morriña

A pesar de todo, no hay duda de que si mañana la UE firma un nuevo pacto pesquero con Mauritania con posibilidades para la pesca de pulpo, los cefalopoderos regresarían con los ojos cerrados, apuntan desde Anacef.

Y no son los únicos. En el marco del último acuerdo faenaron allí dos buques merluceros de Marín. En agosto, cuando expiró para ellos el protocolo, se fueron para Marruecos. Y allí siguen. Por ahora no hay nuevo acuerdo a la vista. ¿El escollo? Los millones de euros que pide Mauritania.