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China y Japón vetan de nuevo extender la obligación de las aletas adheridas

f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

SIMÓN BALVÍS

El ICCAT aprueba la primera regulación de la pesquería del tiburón en el Atlántico

22 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La flota comunitaria seguirá compitiendo en inferioridad de condiciones con las asiáticas en la pesca de tiburones. China y Japón volvieron a vetar ayer la extensión de la política de aletas adheridas al cuerpo que rige para la europea (además de la de Estados Unidos y Canadá, entre otras) y, por tanto, no la aplicarán. Se desmarcaron ayer en el seno de la comisión internacional para la conservación del atún atlántico (ICCAT), integrada por 51 países, entre ellos, los de la UE, más Estados Unidos, Japón y China. Este organismo permaneció reunido durante la última semana en la localidad lusa de Vilamoura.

La organización de palangreros guardeses (Orpagu) avanzó que el veto se produjo pese a que 30 países aceptaron ampliar la prohibición de cercenar las aletas a bordo (finning). Juana Parada, gerente de la entidad, explicó que ya esperaban ese bloqueo, aunque no tiran la toalla y esperan que la política de aletas adheridas se extienda también a las flotas asiáticas.

Pero no todo fueron jarros de agua fría para el sector. La ICCAT dio luz verde por primera vez a una regulación sobre la pesquería del tiburón en el Atlántico norte al adoptar un documento sobre medidas de ordenación para la conservación de la tintorera. Entre otras medidas, la comisión recomienda una limitación de capturas de 39.102 toneladas para el Atlántico Norte y una mejora en el reporte de datos detallados para todo el Atlántico.

La medida fue impulsada por la UE y Japón y supone el primer paso para la regulación internacional de la pesquería.

Juana Parada destacó que, aunque no estuviese regulada, pescar tiburones es legal, y resaltó la importancia de esas recomendaciones pues callarán la boca a oenegés ambientalistas que cuestionan la legalidad de esa pesquería. «Ahora hay un reconocimiento y una protección, tanto para el recurso como para los pescadores», subrayó. Parada avanzó que es solo un primer paso y que el objetivo es regular la pesquería a nivel internacional, «pero hay que ir poco a poco» para convencer a países como Brasil que amenazó con bloquear la medida.

La flota de Orpagu opera en todos los océanos, pero el Atlántico norte es el más importante para esa pesquería. La limitación de capturas de 39.102 toneladas se estableció a partir de las medias declaradas por el sector entre los años 2011 y 2015.

TAC para el pez espada

La ICCAT también acordó un plan de gestión y conservación del el pez espada en el Mediterráneo, con un total admisible de capturas (TAC) de 10.500 toneladas en el 2017. Los armadores están en contra y creen que esa medida no ayudará a la recuperación de la especie. Javier Garat, presidente de Cepesca, avanzó que «somos partidarios de la aplicación de otro tipo de medidas técnicas para regular adecuadamente el esfuerzo pesquero». Mientras, la Comisión Europea sí ha celebrado el acuerdo.