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La UE financiará la renovación de barcos si no se aumenta la capacidad de pesca

La Voz REDACCIÓN

SOMOS MAR

MARCOS MIGUEZ

Recupera las ayudas al almacenamiento en situaciones críticas de mercado

05 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Ni tan mal parece haber quedado Galicia y su pesca en el principio de acuerdo entre el Consejo y el Parlamento Europeo para fijar las normas de uso de los 6.108 millones de euros con los que estará dotado del 2021 al 2027 el que ahora se llama Fondo Europeo Marítimo de la Pesca (FEMP) y que en su próximo período incorpora una A en su nomenclatura: la acuicultura. Porque la producción de peces en cautividad, junto a la promoción de la pesca artesanal, son los dos ejes sobre el que el instrumento de financiación pondrá el acento. Así, recoge que los socios comunitarios deberán simplificar los requisitos administrativos a la bajura y a la actividad acuícola, esta última considerada clave para reforzar la seguridad alimentaria y no depender tanto de las importaciones de terceros países.

En realidad, son 5.300 millones para la gestión de la pesca, la acuicultura y las flotas, y el resto se dedicará a financiar medidas como el asesoramiento científico, los controles y comprobaciones, estrategias de mercado, vigilancia marítima y seguridad. Porque la pesca IUU (ilegal, no documentada y no reglamentada) seguirá estando en el foco. Tanto, que los Estados miembros deberán indefectiblemente «gastar al menos el 15 % del dinero en un control y aplicación eficientes de la pesca» y las acciones del fondo contribuirán «al objetivo presupuestario general de dedicar el 30 % de los fondos a la acción climática».

Fuera de esas reservas, Galicia ha conseguido finalmente su objetivo: poder financiar a costa del FEMP la renovación de flota. Es algo a lo que se han abierto los legisladores comunitarios bajo la premisa de que ese aumento de las dimensiones será simplemente para mejorar la habitabilidad del barco y hacer más atractiva la profesión y nunca, jamás, para aumentar la capacidad de pesca.

Así, un barco pesquero que no mide más de 24 metros y supera los diez años de antigüedad «puede ver incrementado su arqueo bruto si esto da como resultado mejoras significativas, como la renovación de los camarotes y otras instalaciones para el bienestar de la tripulación, mejor prevención de incendios a bordo y sistemas de seguridad, mayor eficiencia energética o menores emisiones de CO2».

También los motores podrán ser reemplazados o modernizados. Eso sí, bajo condiciones estrictas. Para las embarcaciones de entre 12 y 24 metros y con un mínimo de cinco años de antigüedad, el nuevo o renovado no puede tener más potencia en kilovatios y, además, debe garantizarse una reducción del 20 % de las emisiones de gases contaminantes. Y eso sí, habrá que tener presente que la capacidad de pesca retirada debido al cambio del motor o a su modernización no puede sustituirse.

Ayudas al desguace

También se recuperan los subsidios al desguace si se paraliza definitivamente el barco y siempre que el beneficiario «no registre ningún buque pesquero en los cinco años posteriores a la recepción de la ayuda». Asimismo se mantienen las ayudas a la paralización temporal bajo las mismas premisas que ahora, con «una duración máxima de 12 meses por barco o por pescador durante el período de programación».

El FEMPA rescatará también las ayudas al almacenamiento, unos subsidios que recuperó en el paquete de medidas desplegado para hacer frente a la crisis del covid-19

Más facilidades para que los jóvenes se hagan con su primera embarcación

La falta de relevo generacional es otra de las preocupaciones del sector, común a Galicia, Dinamarca, Francia o Italia. Así es que el FEMPA, para atraer a profesionales jóvenes al sector, reforzará medidas que, si bien, ya estaban previstas, no han tenido el éxito deseado. En el nuevo fondo, la primera adquisición de una embarcación pesquera -o la adquisición de al menos el 33 %-, puede financiarse si el armador no supera los 40 años, ha trabajado durante al menos cinco en la pesca o ha adquirido la titulación necesaria.

Estos nuevos armadores pueden comprar embarcaciones de bajura -tal y como Bruselas las entiende, de menos de 12 metros de eslora-, que hayan estado registradas en el censo de la flota pesquera operativa durante tres años o embarcaciones de hasta 24 metros si estas han estado de alta en el registro durante cinco años.

Los buques de pesca artesanal también tienen opción a recibir ayudas para reemplazar o renovar motores siempre que el nuevo no supere la potencia del antiguo.

El español Gabriel Mato, del PPE, que fue el ponente por parte de la Eurocámara, destacó haber llegado a un «acuerdo equilibrado» al dibujar «un fondo que permitirá a la flota de la UE pescar y cultivar mejor, no pescar más; que permitirá al sector invertir en seguridad y el bienestar de los trabajadores y en motores y embarcaciones ecológicamente eficientes; y un fondo que permitiría el relevo generacional, evitando el exceso de capacidad y la sobrepesca».

. Ahora se incorporan de forma oficial como apoyos para hacer frente a «casos excepcionales que generen una alteración significativa de los mercados», situaciones extraordinarias que también darán pie a las compensaciones por costes adicionales.

Asimismo, desde el Consejo destacan que, por primera vez, el fondo incluiría partidas para reforzar la gobernanza internacional de los océanos.