Galicia prevé escasez de merluza y lirio si no se sube el cupo en el pacto con Londres
SOMOS MAR
Los 27 pactan pescar el 58,3 % de las toneladas que aconsejaban los científicos
24 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Virginijus Sinkevicius, el comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, dice que Bruselas todavía está en su plan A. El B permanece guardado en el cajón tras alcanzar ayer los ministros de Pesca de los Veintisiete un acuerdo provisional sobre los TAC (totales admisibles de captura) y cuotas que permitirá a la flota comunitaria seguir trabajando después del miércoles por más que no se hayan cerrado las negociaciones con el Reino Unido. Un final que podría estar próximo, no más allá de abril, de ahí que Sinkevicius augurase «corta vida al pacto alcanzado» entre los Veintisiete, y que las valoraciones, al menos la de España, hecha por boca del ministro Luis Planas, fuesen positivas.
El trato es pescar de aquí al 31 de julio el 58,3 % de las posibilidades de pesca que planteaban para el 2021 los científicos del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES). Eso sí, se han incorporado una serie de cláusulas de salvaguarda para que, en el caso de que en determinada especie se alcance el límite, la Comisión pueda autorizar ir más allá y seguir pescando. Este punto reviste especial importancia para el caso del gallo y el rape de la zona 6 (oeste de Escocia), dado que la mayor parte de las capturas se realizan en la primera parte del año, y es posible alcanzar pronto ese 58,3 %.
Se resolvió también la situación de la xarda. Se había puesto el límite del 73 % hasta el 31 de marzo y, ahora, al haberse cerrado el pacto con Noruega, la cuota ya es la definitiva y en los próximos días «se asignarán las cantidades restantes entre los buques» para poder planificar esta pesquería estacional, que ya ha arrancado, explicó Planas.
El ministro también glosó los incrementos notables de las posibilidades de pesca para la flota española «en merluza, rapes y gallos de Gran Sol, golfo de Vizcaya y oeste de Escocia, en la cigala de Porcupine, en el besugo o los alfonsinos». También anunció subidas en especies para las que España no tiene cupo pero sí captura de forma accesoria y que podrían suponer un riesgo de estrangulamiento si no fuese porque se han creado bolsas de intercambio a las que los Estados pueden recurrir. Ocurre con el bacalao, del que, afortunadamente, entrará más cantidad en esa bolsa de la que también se podrá usar el 58,3 % hasta finales de julio.
Que las posibilidades de pesca provisionales se hayan referenciado al consejo científico y no a los TAC del 2020 -como se había hecho en diciembre pasado para fijar los cupos provisionales hasta el 31 de marzo- se debe a que la Comisión Europea, por mucho que haya actuado de forma unilateral al margen del Reino Unido, no ha querido romper la baraja y ha elaborado su propuesta a los Veintisiete partiendo del punto en el que se encuentran las conversaciones con Londres, para evitar así «dar ventaja en la negociación» a los británicos, tal y como justificó el ministro español.
Problemas a la vista
Esa visión tan enfocada a la sostenibilidad ambiental no ha sido del agrado de la conselleira de Mar, Rosa Quintana, que rebajó grados al entusiasmo de Planas. Si algo tiene de positivo el acuerdo alcanzado la pasada madrugada es que permitirá a la flota seguir faenando más allá del 31 de marzo, pero espera que los cupos se revisen al alza, introduciendo las cuestiones sociales y económicas, como ordena y manda la política común de pesca.
De atender solo a las recomendaciones científicas, la conselleira augura problemas en el caso del lirio, en el gallo y en el de la merluza del norte y de aguas francesas de Gran Sol. Por eso confía en que se hagan valer en el acuerdo definitivo, ya con Londres, los estudios socioeconómicos aportados por Galicia para aumentar los posibilidades de pesca. Quintana recordó que no es la primera vez que los científicos se equivocan y «unha decisión mal tomada pode abocar á desaparición de una flota importante para Galicia».