
La empresa ha diversificado su producción y apuesta por unidades de aluminio con motores eléctricos o híbridos a la vez que diseña marinas flotantes y trabaja para otros constructores navales de Vigo
28 mar 2021 . Actualizado a las 14:27 h.Suiza es uno de los países más exigentes del mundo en materia medioambiental. Y ha elegido un astillero gallego, Aister, para participar en uno de sus barcos turísticos de recreo que surcan los grandes lagos glaciares. El Rhone Bateau data de 1927, tiene 80 metros de eslora y mantiene la máquina de vapor. Pertenece a la armadora Suiza CGN, que está actualizando la nave. El director de Aister, Javier Rasilla, explica: «Es un barco de ruedas de paletas como los del Misisipi. Nosotros vamos a montar una parte del buque. Estamos haciendo en aluminio el cajón para tapar la ruedas de paleta y parte del puente de gobierno. Se están sustituyendo los antiguos de hierro».
Aister nació como empresa de aislamiento térmico y ha diversificado su producción. Son pioneros en los barcos ecofriendly (respetuosos con el medio ambiente)con aluminio reciclable y motores eléctricos e híbridos (el primero lo construyeron en el 2011 para la Diputación de Palencia). En sus diversas líneas trabajan para una treintena de países europeos, americanos y asiáticos. El director comercial, Ignacio de Francisco, se encuentra en Panamá donde acaba de entregar dos buques que salvaguardarán de mareas negras el canal. Ahora instruye a la armadora sobre el manejo de las naves. Estas unidades son la 76 y 77 que salen de la factoría de Aister. Los barcos del canal de Panamá son fundamentales para preservar los océanos, ya que se van a encargar de la vigilancia y de la recogida de cualquier vertido de crudo o aceite que se produzca entre las esclusas que comunican el Atlántico con el Pacífico. Por ellas navegan cada día 40 grandes buques, entre ellos mucho petroleros. Las naves anticontaminación están dotadas de maquinaria Lamor. Es un equipamiento especial que ya se empleó con el desastre del Prestige. También han actuado con él en vertidos petrolíferos en el Amazonas. Estos barcos son muy operativas por su tamaño, apenas 12,5 metros de eslora, pero con una capacidad de recogida de 13 toneladas de crudo en apenas 10 minutos. Los trasladan rápidamente al puerto y en otros 10 minutos los descargan y vuelven a succionar fuel. Estos barcos van a sustituir a otros dos que desde hace 40 años mantenía la Autoridad del Canal de Panamá para evitar accidentes que, afortunadamente, por ahora no se han producido. Los barcos para Panamá son resultado de un concurso público de septiembre del 2019 y empezaron en febrero del 2020.
Trescientas marinas
La empresa nació en el año 1987 en el alto de Puxeiros y en Alcabre (Vigo) de la mano de varias familias de accionistas vinculados a la ingeniería naval. Ahora, al mando, se encuentra de segunda generación y la presidencia la ostenta Federico Cervera. La compañía empezó a crecer rápidamente en 1990. Aister compró Equimarine, una empresa de calderería de aluminio y comenzaron a construir pantalanes de aluminio flotante. Las actividades de Aister se fueron diversificando a los puertos deportivos, la carpintería y aislamiento naval y por otro lado a la calderería. Así que empezaron construir marinas, patrulleras, embarcaciones de rescate y recreo a la vez que trabajaban para grandes astilleros en habilitaciones navales y aislamientos. También construyen grandes bloques para buques. Y así han trabajado y trabajan para astilleros como Freire o Armón.
La construcción de marinas y puertos deportivos ha tenido un desarrollo extraordinario. En 1990 hicieron su primera obra emblemática: el Monterreal Club de Yates de Baiona. «Llevamos más de 300 proyectos de grandes marinas y más de mil instalaciones», relata María Jesús Rocha, directora de la división, que está orgullosa de algunas actuaciones como el restaurante Marina Santa Eulalia en Ibiza que es la primera obra de edificación, que acometen. Se trata de un restaurante de 550 metros.

«Nos han encargado una nave para los bomberos de Barcelona»
L.C.LL.
Javier Rasilla nació en Vigo en 1972, es ingeniero naval por la Universidad Politécnica de Madrid y ha desarrollado su carrera en Aister donde es director.
-¿Cuántos empleados tienen?
-Cien trabajadores. Antes de la pandemia llegamos a 170 trabajadores y volveremos a esa cifra si hay encargos. Hemos sido 200 en su día. Hay mucho personal eventual, de los 100 trabajadores tenemos 80 fijos.
-¿Cuánto han facturado en el último ejercicio?
-Unos 7 millones el año pasado. Somos sufridores del sector naval con los problemas que hay
-¿Con qué instalaciones cuentan?
-Ocupamos 25.000 metros al pie de la ría de Vigo en Meira en la antigua conservera La Guía que compramos en el 2006 y reformamos. Era patrimonio industrial y hubo que conservar la estructura de 5.000 metros cuadrados cerrados. Nos mudamos aquí en el 2008. También tenemos una nave de 2.500 metros en O Porriño. Para trabajar disponemos de siete puentes grúa y dos montacargas
-Ustedes han presentado un proyecto para los fondos europeos. ¿En qué consiste?
-Esperemos que fallen a favor y que podamos construirlo. Es un barco eléctrico para el proyecto Green Bay de Vigo.
-¿Cuáles son los próximos proyectos?
-El próximo será una embarcación de salvamento para los bomberos de Barcelona y tenemos dos encargos de barcos para Francia que surcarán los canales.