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La red de pesca en alta mar: algoritmos y ciencia

Uxío Labarta PROFESOR INVESTIGADOR AD HONOREM DEL CSIC

SOMOS MAR

La actividad pesquera se concentra en 14 zonas de pesca, que solo en parte coinciden con las de que define la FAO

06 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

No es bueno que la ciencia sea banalizada, ni siquiera con la pretensión de hacerla más asequible al gran público. Suele suceder al revés, son los sucesos cotidianos, reales o imaginarios, los que provocan el desarrollo de la ciencia. Recuerden la capacidad predictiva o imaginaria de Julio Verne, Aldous Huxley, Asimov, o Georges Orwell. También sucedió cuando en el siglo XVIII en Köningsberg (Prusia), la actual Kaliningrado, convivían y creaban conocimiento, interactuando, sabios y filósofos de toda Europa, entre ellos Inmanuel Kant o Leonhard Euler. Y fue una cuestión al parecer banal, propia de tertulias eruditas de café o de salón -«¿es posible recorrer a pie toda la ciudad pasando solo una vez por cada uno de los 7 puentes y regresando al mismo punto de inicio?»-, la que llevó a Euler a sentar las bases de la teoría de grafos, o de redes, mientras demostraba que era imposible hacer tal recorrido.

Un grupo de científicos españoles, multidisciplinar y de diferentes instituciones, han logrado establecer el comportamiento de las flotas pesqueras internacionales en aguas de alta mar, aguas que están fuera del control de las zonas económicas exclusivas (ZEE) del país ribereño; trabajo publicado en la revista Science Advances. Este grupo de científicos ha logrado contribuir a la resolución de un desafío para la ecología y la conservación de las poblaciones de peces y su distribución espacial, lo que resulta especialmente complejo en las pesquerías de alta mar.

En dicho trabajo, firmado por J P. Rodríguez, J. Fernández-Gracia, C. M. Duarte, X. Irigoien, V. M. Eguíluz. The global network of ports supporting high seas fishing. Science Advances. 7: eabe 3470, (2021), se recoge información de varias bases de datos para generar la red global de pesca en alta mar. Entre ellas, la base de datos del Sistema de Identificación Automática (AIS), entre barcos y con tierra, como una herramienta que permite explorar los movimientos de las flotas pesqueras. También obtienen datos de los puertos del World Port Index, y acuden a la base de datos de límites marítimos del Flanders Marine Institute para obtener los límites de las ZEE.

Obviamente con sus asunciones y limitaciones.

La zona de alta mar representa aproximadamente el 64% de la superficie oceánica mundial, pero con el análisis realizado se lograron obtener varios niveles de agrupamiento de la actividad pesquera, definiendo 14 provincias o zonas de alta mar que soportan un elevado esfuerzo pesquero, y que solo en parte coinciden con las actuales zonas de pesca de FAO. Se ha estimado que las capturas en alta mar tienen un valor de 16 mil millones de dólares al año, un 15% del valor total de los desembarcos marinos mundiales. Sin embargo, los análisis más recientes indican que apenas el 5% de las capturas pesqueras mundiales se produjeron en alta mar.

Los puertos que dan soporte logístico y comercial a los buques pesqueros en alta mar constituyen un elemento importante que estructura la red pesquera. La mayoría son puertos adyacentes a pesquerías muy productivas, como las de Argentina, Perú y Ecuador, pero también próximos a lugares tropicales, como Cabo Verde y, notablemente, Galicia, considerando un único puerto a Vigo y Marín. El transbordo en el mar, afecta tanto a la procedencia como a la descarga de la pesca. Los barcos que capturaron el 40% de la pesca en alta mar en el período 2012-2017 tuvieron al menos un encuentro con un barco para transbordo, que recogió la pesca capturada para su traslado a tierra.

El análisis de esta gran cantidad de datos mediante técnicas de machine learning como los algoritmos Infomaps de detección de comunidades, ha permitido caracterizar la economía de la pesca en alta mar, encontrando que el esfuerzo de pesca se distribuye entre una jerarquía de países según la bandera de los barcos. Sin embargo, se encuentran diferencias sustanciales cuando los puertos se agrupan por países. Por ejemplo, si comparamos el ránking de pesca por países según su bandera y según el apoyo que sus puertos brindan a los buques que ejercen el esfuerzo pesquero en alta mar, solo España, Japón e Indonesia aparecen entre los 10 primeros de ambos ránkings. Por el contrario, Perú, Francia (Polinesia Francesa) y Uruguay, que aparecen entre los 10 principales países cuyos puertos dan soporte a los mayores esfuerzos de pesca en alta mar, no aparecen en las clasificaciones por la bandera de los barcos. Lo que indica que la bandera, por sí sola, no proporciona suficiente información para una descripción global del proceso y sobre todo de los desembarcos.

El esfuerzo de pesca en alta mar lo sostienen 296 puertos, de los que los 10 primeros dan soporte al 41% del esfuerzo pesquero mundial y un total de 47 puertos dan soporte logístico al 84% de ese esfuerzo de pesca. Los puertos de los países menos desarrollados se encuentran entre los principales soportes de la actividad. La actividad, por puerto base o por país se realiza, en su mayoría, en una o dos zonas de alta mar, aunque algunos países como Estados Unidos y Sudáfrica distribuyeron su esfuerzo entre un mayor número de zonas.

Si se asume que cada buque se dirige a una provincia o zona, la sustitución de las actuales zonas FAO por las 14 provincias identificadas crearía regiones de gestión con un mismo conjunto de barcos, que actúan sobre las mismas poblaciones de peces y se apoyan en un conjunto determinado de puertos, lo que facilitaría la verificación de las capturas y la gestión.

El trabajo publicado recientemente logra establecer la red global que une los barcos que parten de un puerto determinado y pescan principalmente en una sola provincia o zona de alta mar. El esfuerzo pesquero se concentra a lo largo de franjas estrechas muy próximas a los límites de las ZEE con pesquerías productivas. Como enfatizan los autores: «Los peces traspasan los límites de las ZEE, que son totalmente arbitrarios e incoherentes con los movimientos y las áreas de distribución de las poblaciones de peces», de ese modo los buques, al pescar en esas zonas aprovechan (y a la vez minan) los esfuerzos, si fuera el caso, de los países ribereños por mejorar la sostenibilidad de las pesquerías.

Este trabajo supone un nuevo avance científico para resolver una de «las tragedias de los comunes», la de la pesca, posible ahora porque en algún momento del siglo XVIII alguien planteó el problema de los siete puentes de Köningsberg, hoy Kaliningrado, escenario del nacimiento de una de las áreas de mayor interés de la matemática actual: la teoría de grafos, o de redes.