Las matriculaciones de barcos de recreo han subido casi un 60 % este año y, según la patronal Anen, la ocupación en algunos puertos supera el 80 %
04 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Ha hecho falta una pandemia mundial para que los gallegos descubriesen en masa que el mar tiene su parte de ocio, no solo de negocio. De que en ese medio en el que siempre han buscado el pan, tiene también una vertiente de lúdica. Y, de paso, mucho más segura en tiempos de covid y distancia social que estar en una playa atestada de personas.
El año pasado ya se apreció esa mayor afición al turismo náutico en Galicia, pero todo apunta a que este verano va a ser el auténtico bum. No como el Mediterráneo, pero casi.
El sector se frota las manos ante los vientos de cola que se predicen para la náutica en general y para el despegue gallego en particular. El propio secretario general de la Asociación Nacional de Empresas Náuticas, Carlos Sanlorenzo, augura un «verano a bordo» en Galicia. Se palpa ya solo en las altas de barcos. Según los datos de su asociación, este año se han matriculado en la comunidad 150 embarcaciones de recreo, frente a las 89 que se dieron de alta en el mismo período del año pasado, y las 144 de todo el 2019.
Otro factor determinante es el nivel de ocupación de las instalaciones náutico-deportivas gallegas. Dice Sanlorenzo que la demanda de amarres, especialmente en Rías Baixas, ha crecido de forma exponencial y, de hecho, «la ocupación en algunos puertos supera el 80%».
Esa fiebre por la náutica se percibe también en el mercado de ocasión. «Non hai embarcacións en stock», dice Marcos Trillo presidente de Marinas de Galicia y gerente de Cataventos, la empresa gestora de Marina Muxía. Lo sabe por experiencia propia. «Fomos comprar unha zódiac e non teñen; non ata dentro de polo menos tres meses».
Incluso en esa zona de la Costa da Morte se nota un mayor aprecio por la vertiente lúdica del mar. «Entre Muxía e Corcubión, nestes últimos anos, se compraron uns 50 barcos de recreo», explica. Y eso, evidentemente, ha tenido un reflejo en los precios, que, según sus cálculos, han subido un 30 % en el mercado de segunda mano y ocasión.
En el nuevo no han subido tanto. «Las tarifas que entraron en vigor ahora, el 1 de julio, vienen con un incremento medio en el precio del 3 %, no llega al 4», dice Juan Carlos Pichel, responsable comercial de Yatesport en Sada. Y eso a pesar de la fuerte subida de los materiales de construcción, «pues el poliéster, la fibra, la resina, se ha disparado un 30 %», explica.
En este mercado, sin embargo, el problema es otro. No muy distinto del de la automoción, por cierto. «Casi todas las marcas trabajan con componentes chinos y en estos momentos no hay disponibilidad». Igualito que los chips de Stellantis. «Desde febrero se rompió el stock y ahora la oferta es muy limitada», dice Pichel, que señala que hubieran vendido tres veces más si tuviesen existencias. «Motores fueraborda y motos de agua se han agotado», dice.
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En cuanto a lo que más se busca en el mercado de segunda mano están los veleros de 10 a 12 metros, que puede costar entre los 50.000 o 60.000 euros, y un barco a motor de 6 a 8 metros cuyo precio se mueve entre los 15.000 y los 40.000 euros. Todo depende también, comenta, de las titulaciones de que se disponga, de la plaza en el náutico, pues si mide más de ocho metros ya requiere una plaza más grande, más cara y que no siempre hay.
Otra solución para los recién aficionados a la náutica es el alquiler. Ana Freijo, de Náutica Paco, en Sanxenxo, no aprecia un movimiento mucho mayor. Las reservas no han aumentado, pero dice que la temporada empezará a partir de ahora. El movimiento se ve, sobre todo, los fines de semana. «Venres, sábado e domingo, polo medio da semana a actividade cae», explica.
Su clientela suele alquilar barco por un día y lo más habitual es que sea una de menos de siete metros sin patrón. A partir de esa eslora, Náutica Paco ya obliga a contratarla con patrón. Pero sin duda la estrella de la casa es una neumática de 7 metros «que ten moita capacidade e por 300-400 euros pode ir un grupo de 6 ou 7». Frente a lo constatado por Ana Freijo, Marina Muxía se ha visto obligada a abrir la central de reservas mucho antes de lo previsto para la escuela de vela. «Normalmente abriamos a finais de xuño, pero este ano xa estaban en maio chamando para reservar e, de feito, so quedaban para a primeira semana de xullo 5 prazas libres».
...Y los extranjeros descubren en manadas la costa gallega
Varaderos a tope, cursos de vela y otros deportes con las plazas prácticamente agotadas, más altas de barcos... «Todo ello constata que el turismo náutico se consolida en el litoral gallego, en sintonía con el resto de las costas españolas y que quienes descubrieron la náutica el año pasado, durante la pandemia han encontrado una propuesta de ocio de calidad, segura y una experiencia maravillosa y accesible», apunta Carlos Sanlorenzo. Pero si Galicia ha empezado a aficionarse a la náutica, también la náutica gallega comenzado a ser atractiva para los extranjeros. «Este año ha comenzado a notarse la recuperación del navegante de recreo internacional más próximo -portugueses y franceses, especialmente en el caso de Galicia- con reservas para navegar en chárter en España, al alza desde abril». En Marina Coruña así lo constatan. Ya hace unas semanas recalaron en sus instalaciones veleros con navegantes franceses y en breve lo harán ingleses y holandeses, informa Melissa Orozco de la delegación de A Coruña.
Que algo está cambiando también lo huele Marcos Trillo. El responsable de Catavento señala que Marina Muxía ha tenido las primeras reservas de grupo. «Rallies ou excursións organizadas, de 25 barcos que veñen xuntos». El lunes pasado recaló una de holandeses. Y para este un grupo de franceses. «Así, de ruta, sen competir. Xente novata que se sinte máis protexida se viaxa en grupo»... Y es que «o mundo cambia e nós teremos que poñernos serios», apunta el presidente de Marinas de Galicia. «Pode que estemos na esquina en Europa, pero estamos no centro do Atlántico e un alemán que vai en ruta a Mallorca ten que pasar por aquí». Trillo trata de echarles el lazo enviando información a todos los náuticos de Europa y acudiendo a cuantas más ferias mejor.