Ignorar a las orcas cuando «juegan» con los veleros podría ahorrar sustos
SOMOS MAR
Ambientalistas proponen al Gobierno medidas para reducir las interacciones
23 ago 2021 . Actualizado a las 04:45 h.Las orcas que inquietan a navegantes en el golfo de Cádiz y en Galicia no atacan a las embarcaciones, juegan con ellas, aunque por su tamaño y por su fuerza puedan causarles daños, sobre todo en el timón. Ante la «tremenda» alarma social, la organización ambientalista Conservación, Información y Estudio de los Cetáceos (Circe) ha presentado al Gobierno español un plan con medidas urgentes, a aplicar en todo el litoral nacional. Comenzaría con la prohibición total de acercarse a las orcas y, si ellas se aproximan a los barcos, recomiendan ignorarlas, seguir navegando sin gritarles y sin dejar elementos móviles a su alcance.
Las interacciones de esos cetáceos con embarcaciones se han repetido el mes pasado y parte de este en el Estrecho de Gibraltar, aunque, de momento, en el litoral gallego solo han trascendido dos, en julio y días atrás. La sucesión de lo que define como «acometidas» en el golfo de Cádiz, más de medio centenar desde marzo, llevó a Salvamento Marítimo a restringir la navegación de veleros de hasta quince metros entre el cabo de Trafalgar y Barbate, en un área de entre seis y nueve millas de la costa.
Como aun así los incidentes se repiten, Salvamento recomienda a los navegantes que avisten cetáceos cumplir la norma española que prohíbe acercarse a menos de 60 metros, navegar a una velocidad constante, «inferior a cuatro nudos, nunca más rápida que el animal» y, en caso de aproximarse, hacerlo de modo suave, en su sentido de natación y nunca de frente, por detrás o perpendicularmente.
Del mismo grupo social
Las propuestas de Circe a los ministerios de Transición Ecológica y Transportes se basan en los resultados de un estudio sobre las interacciones de las orcas en los tres últimos años en Galicia y el Estrecho, completándolo con los más de veinticinco años de análisis de la dinámica de poblaciones, comportamiento y transmisión cultural, recoge Efe.
«La primera conclusión es que estamos ante los mismos grupos sociales o familias. Este hecho es fundamental para entender el fenómeno. Las observaciones de los individuos que más repiten este tipo de comportamiento estarían vinculadas concretamente a dos nacidos entre 2013 y 2015», explica a Efe Renaud de Stephanis, presidente de Circe y coordinador de la investigación.
Esos dos ejemplares, asociados al denominado Grupo de Pingu, conocido desde 1999, solían acercarse barcos de avistamiento de cetáceos y de investigación en el Estrecho mientras sus madres cazaban atunes. «Adoraban ponerse en el chorro creado por la hélice, quedándose debajo del barco, a veces durante más de media hora», relata.
Dañan porque crecieron
Ese comportamiento, casi constante del 2016 al 2019, cambió a partir de ese último año, cuando también empezaron a interaccionar con veleros, normalmente provistos de elementos móviles como palas de timones muy grandes. «Al principio simplemente jugaban con las palas, sin producir daños, pero debido al crecimiento y al aumento de fuerza han llegado en ocasiones a partirlas», comentó el presidente de Circe.
Cualquier reacción a «su juego solo creará más interacciones, y si la orca viene a jugar con nosotros y paramos, gritamos y dejamos el barco al pairo, provocando que el timón siga moviéndose, solo haremos que aumente este tipo de comportamiento», subraya Stephanis.
«Evitar males mayores» por un comportamiento lúdico de cetáceos tan inteligentes
Solicitar a las embarcaciones que paren y dejen elementos móviles a disposición de las orcas es un error que solo hace que aumenten las interacciones, añade Efe.
También recoge declaraciones de Javier Almunia, de la Fundación Loro Parque y presidente de la Asociación Ibérica de Zoos y Acuarios. Según este experto, «en animales tan sociales e inteligentes como las orcas, el alimento no tiene porque ser la motivación principal para una interacción con personas o infraestructuras humanas ya que simplemente el juego o los comportamientos exploratorios pueden ser extraordinariamente reforzantes para los animales, por lo que pueden hacerse cada vez más frecuentes e incluso transmitirse de forma horizontal», a otros individuos de ese grupo o de otros, recoge Efe
Para el presidente de Circe, «estamos asistiendo simplemente a un comportamiento lúdico, que, sin saberlo, y a través de recomendaciones a veces sin fundamento científico, estamos aumentando». De ahí que desde esa organización ambientalista pidan al Gobierno español que ponga en marcha cuanto antes un plan de conservación de las orcas, con medidas a corto y medio plazo. En opinión de Reanud de Stephanis, ha llegado el momento de actuar «si queremos evitar males mayores hacia las embarcaciones, o hacia los animales o seres humanos».