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Las mariscadoras podrían retirarse a la vez que los rañeiros o incluso antes

e. abuín CAMBADOS / LA VOZ

SOMOS MAR

El ministro Escrivá participó por videoconferencia en el Foro Mar de Cambados, al que asistió presencialmente Carqués (vestida con traje azul claro)
El ministro Escrivá participó por videoconferencia en el Foro Mar de Cambados, al que asistió presencialmente Carqués (vestida con traje azul claro) Martina Miser

Escrivá anuncia que se ha empezado a revisar la penosidad de las profesiones

12 nov 2021 . Actualizado a las 09:19 h.

Las mariscadoras que ayer participaron en el Foro Mar, organizado por la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) en Cambados, no ganaron más que para alegrías. La primera llegó cuando el ministro de Inclusión, José Luis Escrivá, aseguró por videoconferencia que se le estaba buscando un encaje al colectivo de trabajadores del mar en la reforma que busca que los autónomos coticen por ingresos. Y la segunda, al escucharle que el año que viene «se revisará se revisará el modelo por el que se determinan las profesiones con penosidad y, sobre todo la penosidad prolongada», un anuncio que acompañó con el guiño de que «reivindicaciones que se han hecho» desde el colectivo y a las que se tiene «la máxima simpatía».

Ese avance críptico lo aclaró más tarde la directora general del Instituto Social de la Marina, Elena Martínez Carqués, que reveló que lo que se pretende es equiparar el coeficiente reductor de la edad (COE) de jubilación de las mariscadoras de a pie, que es que es el 0,10, al de los mariscadores a flote, del 0,15. Eso sí, la responsable del ente que gestiona la sanidad marítima advirtió de que ya no es el ISM el competente para hacer esa modificación —lo era cuando en el 2004 se adelantó el retiro de las mariscadoras— y que tampoco son ellas las que pueden solicitarlo, sino que deben hacerlo las organizaciones sindicales o los colectivos de autónomos. A las rederas les abre la esperanza de no tener que esperar hasta los 65 años para jubilarse.

Oficios de «especial penuria»

Y en eso está ya UPTA, como reveló su presidente, Eduardo Abad, al término de la intervención de Carqués. Abad fue más explícito y explicó que la mesa de negociación sobre la revisión de los coeficientes reductores se constituyó la semana pasada, que ya hay un documento con propuestas, que ya ha habido negociaciones y que lo que se busca es jubilar antes a quienes desarrollan una profesión de «especial penuria», pues «non se pode consentir que estean traballando con 65 anos persoas con trastornos musculoesqueléticos tras anos de estar á chuvia e o sol».

Ya hay también propuestas recogidas en un documento. En una primera instancia lo que se busca es «equiparar el colectivo de a pie con el de a flote». Pero eso solo para empezar, porque lo que pretende UPTA en realidad es que se incremente un 0,5 por encima de los mariscadores que trabajan a bordo de una embarcación. Una especie de discriminación positiva para un colectivo compuesto en su mayoría, según quedó en evidencia con los datos que dio Martínez Carqués, por mujeres de entre 50 y 59 años.

Tarifa plana por el relevo

Abad también avanzó la propuesta que se ha planteado para facilitar el relevo generacional de ese colectivo añoso y que consiste en aplicar al régimen especial del mar una especie de tarifa plana como la que se aplica a los autónomos del régimen general. No se detienen ahí las propuestas, también está la llamada a mejorar la conciliación instaurando una especie de reducción de jornada para el cuidado de menores y dependientes.

Las enfermedades profesionales son otra de las preocupaciones del sector. La directora del ISM ofreció su ayuda para instar a mutuas y al Sergas a que dolencias como el lumbago o el dolor de hombro no deben ser tratadas como una enfermedad común. Eso es una gripe o un catarro y, curiosamente, pocas bajas se han dado a mariscadoras por eso cogido la baja por ese motivo.