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Galicia pide tarjeta roja para pescado de países con normas más laxas que la UE

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Reclama herramientas en la política pesquera contra la competencia desleal

04 dic 2021 . Actualizado a las 04:45 h.

Toca repintar la Europa Azul y a Galicia no le llega la hora. La última reforma de la política común de pesca (PCP), la que trajo medidas como el veto a los descartes o la obligación de tener los stocks en rendimiento máximo sostenible (RMS), está a las puertas de una nueva revisión en la que la sostenibilidad ambiental, la lucha contra el cambio climático o la descarbonización cargan con matices verdes una de las actividades más antiguas de la economía azul. Antes de que esta acabe diluida en la preparación de la mezcla, la Consellería do Mar quiere poner sus propios tonos. Los que más convienen a la pesca gallega. Y quiere hacerlo con los pescadores gallegos.

Así, un día después de haber obtenido la bendición del Consello da Xunta, la conselleira Rosa Quintana trasladó al grupo de trabajo de política pesquera común creado en el seno del Consello Galego de Pesca la propuesta del Ejecutivo para conseguir una nueva política común de pesca más amable con los intereses de la pesca de la comunidad autónoma. Un documento abierto a aportaciones del sector hasta el día 29 para dar forma después a la Europa Azul ideal para Galicia.

xoán crespo

Ni que decir tiene que esa política pesquera tendría que calzar las tres patas de la sostenibilidad para que no quedase coja, como hasta ahora en los aspectos sociales y económicos por esa mayor dimensión de la medioambiental. Tendría que propiciar un ambiente para atraer a los jóvenes al sector y conseguir el relevo generacional que hoy trae de cabeza a los armadores. Tendría que mimar a una actividad clave en la seguridad alimentaria que, además produce proteína marina con baja huella de carbono, con especial miramientos a la flota artesanal. Y tendría que permitir mejorar los buques estructural y tecnológicamente para hacer más atractivo un sector en el que haya profesionales bien formados y remunerados sin brecha de género a bordo. Una Europa Azul ideal que requiere —dijo la conselleira—, «un presupuesto económico» para todo aquello y también para «ser capaces de diseñar buques que se adapten aos novos combustibles que permitan a descarbonización e facelos máis habitables para que os mozos se sintan máis cómodos á hora de desenvolver o seu traballo». Y necesita también actuaciones decididas para frenar la competencia desleal. «É necesario traballar nese comercio xusto; é dicir: a flota da Unión Europea está faenando en mares e océanos de todo o mundo, e as normas teñen que ser iguais para todos». Pero eso requiere más arrojo de la Comisión Europea: «Debe sacar tarxeta vermella aos produtos que poidan vir daqueles países que non cumpren os estándares que estamos a observar na UE».

El 80 % de los caladeros en RMS

Porque alguna recompensa debe tener en la casa propia el hecho de poder acreditar que «o 80 % dos caladoiros nos que estamos traballando se atopan xa en niveis de rendemento máximo sostible».

Ese sería el paisaje ideal para la flota gallega en una casa común en la que todavía hay desigualdades. Por ejemplo, la fiscalidad del combustible: «Non existe unha política fiscal homoxénea nin a nivel comunitario nin internacional polo que Galicia avoga por que a UE presente ante a OMC unha proposta para homoxeneizar os gravames en todos os países para evitar distorsións e o falseamento da competencia». Y como eso, también es fundamental «loitar contra as subvencións existentes en terceiros países, que lastran a competencia no mercado comunitario» y que haya «un equilibrio na relación con outros estados do Espazo Económico Europeo ou o Reino Unido».