Inversión milmillonaria del fondo Blackstone en el puerto exterior de punta Langosteira
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La firma de EE.UU. proyecta una planta innovadora de amoníaco ecológico
22 dic 2021 . Actualizado a las 23:06 h.La empresa Fisterra Energy, una filial del fondo de inversión estadounidense Blackstone —uno de los gigantes del sector, con activos que superan los 548.000 millones de euros— ha solicitado una concesión en el puerto exterior de punta Langosteira con el fin de construir una planta de producción y almacenamiento de hidrógeno y amoníaco verde.
El plan aún está sometido a confidencialidad, ya que todavía debe resolverse el trámite de competencia de proyectos entre empresas, pero fuentes conocedoras del mismo han destacado el enorme desembolso que supondrá la iniciativa, que superaría los mil millones de euros y sería una de las mayores, si no la mayor, inversión industrial en la historia reciente de Galicia.
Blackstone, firma con sede en Nueva York, es conocida en España por sus importantes inversiones en el mercado inmobiliario. Esas operaciones no han estado exentas del polémica, como la adquisición de 1.860 viviendas de protección en Madrid en el 2013, aunque los tribunales han confirmado que fueron legales. Fuera de España, ha realizado inversiones en sectores muy distintos, desde los parques de atracciones hasta firmas de productos farmacéuticos japonesas o empresas de genealogías de Estados Unidos. Esas transacciones superaron en alguna ocasión el millar de millones de euros. Es el caso de la compra de BioMed Realty Trust en el 2016 por más de siete 7.000 de euros, entre otras.
Fisterra Energy, que tiene oficinas en Madrid y México, ha protagonizado inversiones millonarias en el país norteamericano, donde ha participado en la construcción y gestión de plantas de ciclo combinado y en otras infraestructuras energéticas.
El posible aterrizaje del fondo de inversión en el puerto exterior de Langosteira ha creado una enorme expectación. Fuentes conocedoras del proyecto lo han comparado con «una refinería del siglo XXI», dada su vinculación a las nuevas fuentes de energía.
Tramitación
Una vez que se dé el visto bueno a la iniciativa impulsada por Blackstone, compete a la Administración pública, a través de la Autoridad Portuaria de A Coruña, resolver técnicamente la solicitud de ocupación de suelo en esta zona marítima. Por las características del proyecto, también se requeriría de la autorización de un estudio de impacto ambiental integrado, trámite que debería resolverse ante la Xunta, a través de la Consellería de Medio Ambiente. Fuentes conocedoras de la operación, señalan que los permisos se ampliarían en el caso de que la nueva central de hidrógeno verde se extendiese hacia la distribución de energía.
La de Fisterra Energy sería la segunda planta de hidrógeno verde en Langosteira. La primera ha sido proyectada por la compañía Enerfín, una filial del grupo Elecnor, con una inversión de tres millones de euros. Esa instalación obtendrá su suministro eléctrico del parque eólico que construirá Inditex en el puerto exterior, contará con tres aerogeneradores y costará cerca de 15 millones de euros. Todo indica que la planta de Fisterra Energy también obtendrá la electricidad de esa instalación, ya que para ser clasificado como verdes, las plantas de hidrógeno deben obtener su suministro de fuentes renovables.
El gas se empleará como combustible para distintas instalaciones y vehículos. Pero lo realmente novedoso de la planta que proyecta Fisterra Energy es la fabricación de amoníaco verde.
Un sector puntero
La producción ecológica de amoníaco es un proceso puntero. Todavía no hay plantas comerciales en operación en el mundo. La primera, si se cumplen las previsiones, entrará en funcionamiento en el 2023. Está siendo construida por un grupo de empresas de Dinamarca, entre ellas Skovgaard Invest, Vestas y Haldor Topsoe.
Vestas es una de las empresas más importantes de todo el globo en materia de energías renovables, mientras que Haldor Topstoe destaca en tecnología y servicios para las industrias química y de refinado. El proyecto cuenta con el respaldo del Gobierno de Dinamarca, que ha financiado la construcción de la planta a través de sus programas para implantar nuevas fuentes de energía.
Por lo tanto, la iniciativa de Fisterra Energy situaría el puerto exterior de Langosteira en los puestos de salida de un sector puntero. El amoníaco es una sustancia clave para la industria química, en especial de fertilizantes, aunque también tendrá usos como combustible en el futuro.
El proyecto de Fisterra Energy, como los de Inditex y Enerfín, se encuadra en la iniciativa Green Port de la Autoridad Portuaria de A Coruña. Ese plan pretende promover la implantación en punta Langosteira de nuevas fuentes de energía y empresas tecnológicas, con el fin de cubrir y superar el vacío que ha dejado el proceso de descarbonización.
La propuesta fue presentada a principios de año y se espera que cuente con al menos diez proyectos. Por el momento solo se han conocidos los tres antes citados, pero el presidente de la institución, Martín Fernández Prado, prevé que en los próximos meses se hagan públicos otros.