Mujeres de entre 40 y 60 años: ellas sostienen el marisqueo a pie gallego

SOMOS MAR

El 69 % de los pérmex se concentran en Arousa, Pontevedra y Vigo
24 ene 2022 . Actualizado a las 17:49 h.La Consellería do Mar acaba de convocar nueve permisos de explotación para marisqueo a pie en la cofradía de Cambados. Seguramente lluevan las candidaturas para ocupar esos puestos: la seca es un atractivo puerto de refugio para quien busca empleo. Sobran los ejemplos. Encontramos uno de los últimos en Lourizán , en la ría de Pontevedra, donde el año pasado se convocaron doce pérmex para cubrir bajas por jubilación. «Houbo 150 candidaturas», explica la patrona mayor, María del Carmen Vázquez. El trabajo en la playa ofrece muchas ventajas, y eso explica que para esta actividad no parece que exista problema de relevo: las plazas se cubren y el número de pérmex se mantiene estable en los últimos cinco años: 3.676 en toda la costa gallega. De ellos, 2.534 se concentran en las rías de Arousa (1.645), Pontevedra (468) y Vigo (421).
En los últimos años, las sucesivas crisis han hecho que el trabajo en la orilla del mar se haya vuelto atractivo. Tanto, que hasta los hombres han comenzado a pujar por hacerse un hueco en los arenales. En la ría de Arousa, por ejemplo, de los 1.317 pérmex en vigor a 31 de diciembre del año pasado, 328 son de varones. En la ría de Pontevedra, la presencia masculina aún es mayor: hay 134 mariscadores frente a 224 mujeres. En Vigo, sin embargo, el trabajo sigue siendo realizado por abrumadora mayoría de mujeres: 358 frente a 63.
Según los datos sobre los pérmex de marisqueo a pie publicados por la Xunta hace unos días, el grueso de las personas que trabajan en los arenales son mujeres de entre 40 y 60 años de edad. En este apartado es elocuente el dato que aporta la ría de Arousa, donde 1.190 de las 1.645 personas que trabajan en la ribeira se encuentran en esa franja de edad. La mayoría llevan toda la vida en la playa. Otras son incorporaciones tardías, que buscan en la playa una segunda oportunidad.
Un oficio que supone muchas horas de trabajo oculto: «Non só é coller marisco»
Trabajar en medio de la naturaleza tiene muchos inconvenientes, pero también tiene ventajas. Tantas, que quienes se dedican a una actividad como el marisqueo a pie acaban reconociendo cierto «enganche» por su oficio. Un trabajo que muchos asocian con bajar a la arena para recoger marisco, sin más. Pero hace mucho que el marisqueo es más que eso: las mujeres que lo practican no solo recogen almejas y berberechos; también se encargan de atender los bancos para que los bivalvos encuentren en ellos las mejores condiciones posibles para crecer y multiplicarse.
Así que, asociadas al pérmex del marisqueo a pie, van una serie de tareas duras, que las agrupaciones organizan intentando hacer que los ingratos trabajos se repartan de la mejor manera posible. A las mariscadoras, por ejemplo, les toca realizar siembras de semilla de marisco en aquellos bancos que quieren regenerar o que necesitan una ayuda para producir. También les corresponde realizar limpiezas cada vez que las algas, que en ocasiones parecen plagas bíblicas, inundan los arenales y amenazan con asfixiar al marisco.
Hay aún otra tarea ingrata para este sector: la vigilancia. En Arousa, mariscadoras como las de A Illa viven cada verano un auténtico infierno cuando miles de bañistas invaden sus zonas de trabajo. Muchos de ellos pretenden llevarse marisco disimulado entre sus pertenencias: son los llamados furtivos de bañador, que obligan a las mujeres a hacer largas horas de vigilancia en los arenales.
LOLA GONDAR, MARISCADORA DE O GROVE
«Dar pérmex sen garantir un salario digno non ten xeito»
Lola Gondar es vicepatrona mayor de O Grove y responsable de una de las agrupaciones de marisqueo a pie más numerosas de toda Galicia. Llevan años sin ampliar el número de pérmex: «O que facemos normalmente é cubrir as baixas da xente que se vai xubilando». Este año ni siquiera podrán hacer eso. «Decidimos non cubrir esas prazas porque unha das nosas concesións pasou a ser zona C. Se perdemos zonas de traballo, non ten moito sentido meter xente nova. Dar pérmex sen garantir uns ingresos dignos non ten xeito», razona la veterana mariscadora de O Grove, que reconoce que cada convocatoria de pérmex despierta un enorme interés en todas las localidades del entorno. Y eso que el marisqueo a pie no pasa su mejor momento.
RITA MÍGUEZ, MARISCADORA DE ARCADE
«Este sector debe seguir a se profesionalizar»
«O marisqueo dou e dá de comer a moitas familias», sentencia Rita Míguez, mariscadora en Arcade y presidenta de la Anmupesca. Ella está convencida de que este es un oficio con futuro. Recalca, eso sí, que es un trabajo en el que «debemos seguir a profesionalizarnos, temos que seguir traballando para que xere beneficios pero tamén para conservar o medio e garantir unha continuidade na súa produción». A su juicio, las cosas han cambiado poco en la ribeira, donde las mujeres siguen siendo mayoría «e os problemas seguen a seren os mesmos: aparellos pouco ergonómicos, enfermidades profesionais non recoñecidas, falta de equiparación de coeficiente redutor co marisqueo a flote, falta de traxes de acordo coa nosa fisionomía, entre outras moitas cousas».
MARÍA DEL CARMEN VÁZQUEZ, MARISCADORA DE LOURIZÁN
«Este é un traballo suxeito á natureza e ao mercado»
«Somos loitadoras, evolucionamos moitísimo. E aínda queremos evolucionar máis». María del Carmen Vázquez es patrona mayor de Lourizán y mariscadora. Lleva casi treinta años en ese oficio y lo ha visto cambiar con el tiempo. En algunas cosas a mejor —la ropa de trabajo es de más calidad, las artes de trabajo más prácticas y cómodas— y en otras no lo tiene tan claro: «Agora hai xente que ven traballar pensando que o marisqueo é un maná, pero é un traballo e non hai traballo que non sexa duro». El suyo, dice, «está suxeito á natureza e ao mercado. E ademais reclama facer moitas cousas que non se ven: limpezas, sementar... O mar hai que coidalo. Non só se pode ir a el para sacar cartos», dice esta veterana.