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La crisis de la mejilla estalla: acorralan a Quintana a las puertas del Intecmar

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

SOMOS MAR

Entre empellones y gritos, Quintana y Vázquez se refugiaron en el edificio

05 feb 2022 . Actualizado a las 04:45 h.

Semana tras semana, el conflicto de la mejilla ha ido ganando intensidad. Ha crecido con sigilo, hasta estallar ayer a las puertas del Intecmar, en Vilaxoán. Hasta el edificio se habían trasladado las conselleiras de Mar y de Infraestruturas para exponerle al sector marisquero y mejillonero las próximas actuaciones que se van a acometer para sanear la ría. Cientos de bateeiros se personaron a las puertas del centro para denunciar, a gritos y con pancartas, el «secuestro» de la mejilla. Su presencia, para qué negarlo, no sentó bien a la titular de Mar. «Non é agradable atoparse unha manifestación», reconocía Quintana. Pero «todo o mundo ten dereito a amosar o seu malestar», dijo en su comparecencia ante los medios. Poco después de pronunciar esas palabras, ella y Ethel Vázquez se vieron rodeadas por una multitud enfadada y enojada, aunque la ira, los insultos y los gritos tenían una clara destinataria.

Había dicho Rosa Quintana que su departamento siempre ha estado abierto al diálogo con el sector del mejillón. Ayer, antes de todo el barullo que se montó a la puerta del centro de control vilaxoanés, volvió a repetir ese mensaje de diálogo y mano tendida. En la entrada, dirigentes del sector mejillonero aclararon que no les vale un diálogo a cualquier precio. No están dispuestos, dicen, «a negociar cunha pistola apuntándonos ao peito». Y es que así es como se sienten tras el cambio en las normas de recogida de mejilla. Quintana limita el impacto de esa decisión: asegura la conselleira que solo se ha vedado a los bateeiros un 17 % de la costa. Un argumento ya conocido al que los bateeiros replican asegurando que es precisamente en esos pedazos de costa donde hay más cría. «Nas bateas non se colgan pandullos, cólgase mexillón», gritaban a las puertas del Intecmar.

La conselleira, que el jueves por la tarde había mantenido una reunión con varios representantes del sector, aseguraba ayer en el Intecmar que su departamento tiene que velar por una «explotación sostible dos recursos» y que han sido los técnicos quienes han recomendado introducir cambios en la forma de hacer las cosas. «Pero nas zonas nas que está prohibido sacar mexilla, está prohibido para todo o mundo, non estamos deixando ese recurso nas mans de terceiros», aclaraba la conselleira. Aún así, y visto el malestar creciente entre los mejilloneros, Rosa Quintana indicó que se había comprometido a «revisar os mapas» y evaluar si se pueden mover o no las líneas que marcan las zonas prohibidas para la extracción de mejilla. «Xa se lle ten informado de que esta é unha decisión provisional e que hai vontade de sentarse a revisar as zonas vedadas».

En la reunión del jueves, por otra parte, los mejilloneros le trasladaron los problemas y encontronazos que están teniendo con las cofradías en puntos como la Costa da Vela, Baiona, A Guarda y Corme, donde están siendo expulsados incluso de las zonas en las que están autorizados a trabajar. En ese sentido, explicó Quintana, de forma inmediata «se lle enviou unha circular ás confrarías para recordarlles as normas», y ayer mismo tenía previsto la titular de Mar una reunión con los responsables del Servizo de Gardacostas para ordenarles que presten una atención especial a este tema.

Aseguraba Quintana que su departamento está trabajando, además, en otras opciones para el sector del mejillón. Por ejemplo, el CIMA está elaborando un estudio sobre la producción de mejilla, y se ha planteado la posibilidad de aumentar el número de cuerdas colectoras y de poner en marcha una hatchery. Los bateeiros afirman estar dispuestos a hablar de todas esas opciones, pero solo una vez que se vuelva a la situación previa a la nueva norma de gestión de la mejilla. «Primeiro hai que resolver isto e logo falaremos do que sexa», señalan los dirigentes del sector. Pero la posibilidad de dialogar que parecía estar abriéndose paso podría haber quedado herida tras lo ocurrido ayer a las puertas del Intecmar, a cuyo interior regresaron las dos conselleiras buscando refugio tras verse rodeadas por una marabunta de productores airados que interpretaron esa retirada como un triunfo.

Condenas a la violencia y a la «encerrona» y silencio del sector miticultor

Los bateeiros se habían dado cita a las puertas del Intecmar a las diez y media de la mañana. A partir de esa hora, el grupo de manifestantes no paró de crecer. Cuando la conselleira do Mar llegó al Intecmar, a las once y media de la mañana aproximadamente, ya fue recibida con un baño de abucheos y silbidos. «Estás a xogar co pan dos nosos fillos», «queres dividir á xente do mar», fueron algunos de los mensajes que le gritaron en ese primer encontronazo, que se saldó sin mayores apuros.

Fue distinto a la salida. Un error de coordinación o un fallo del protocolo provocó que las dos conselleiras abandonasen el Intecmar cuando sus coches no estaban listos: habían sido bloqueados en la parte de atrás del edificio por un grupo de bateeiros, que llegaron a verter sobre ellos algo parecido al pan rallado. Delante del edificio, las conselleiras se encontraron de repente rodeadas de un grupo cada vez más soliviantado, enfadado y por momentos agresivo. La situación llegó a tal extremo que el presidente de una asociación vilaxoanesa, Javier Blanco, acudió para ayudar a la conselleira y moverla del lugar en el que se encontraba. El gesto le valió una lluvia de insultos.