Crece la presión para que se retome la búsqueda de los marineros que faltan
SOMOS MAR
«No nos pueden mentir más, no somos ignorantes», clama una familiar
22 feb 2022 . Actualizado a las 08:41 h.El grito de desesperación que lanzaron el domingo en Marín las familias de los 12 marineros que no han sido localizados tras el naufragio del Villa de Pitanxo se convirtió ayer en todo un clamor. La propia casa armadora, Grupo Nores, en el comunicado que emitió avanzando las posibles causas del naufragio sumó sus fuerzas para que «las tareas de rastreo se reanuden cuanto antes y para averiguar las posibles causas del accidente».
Los allegados de Raúl González, Pedro Herrera, Jonathan Calderón, Martín Quino, Edemon Okutu, Ricardo Arias, Fernando González, Michael, Francisco de Pazo, Juan Frías, Francisco Manuel Navarro y Edwin More acudieron primero a la subdelegación del Gobierno de Pontevedra para «implorar» que se retome la búsqueda. Pero salieron frustrados. E indignados. «No nos pueden mentir más, no somos ignorantes. Sabemos lo que había en ese barco. Había wifi y todos los días hablábamos con nuestros familiares. Sabemos que ahora se está faenando», decía Carolina Arévalo, esposa de Jonathan Calderón, a la salida de la reunión con los representantes en Galicia del Gobierno.
Desde el Ejecutivo central insisten en que «no se ha cesado en las gestiones con el Gobierno canadiense para la posible reanudación» de las tareas de rastreo, como aseguró el ministro de Pesca, Luis Planas, antes de entrar al Consejo de Ministros de Bruselas. Y el presidente Sánchez se aferra al compromiso que le confirmó el propio primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, de que «en cuanto se produzcan condiciones favorables, las autoridades canadienses ayudarán a la recuperación de los pescadores que por desgracia han fallecido en estas costas», dijo ayer en rueda de prensa junto a la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen.
Buscarlos, el mejor homenaje
Pero eso no es suficiente para las familias de los desaparecidos. No entienden que no se esté ya sobre el terreno, puesto que ya han mejorado las condiciones meteorológicas y hay barcos faenando. «Las familias tienen información fehaciente de que el tiempo es relativamente bueno, para lo que es la zona», dijo Julio Torres, allegado al superviviente Samuel Koufie, recalcando que se debe buscar «ya hoy, no mañana». Ese sería «el mejor homenaje», dicen.
«Ya no se sabe cómo pedir, por favor, se lo imploramos, que den la orden ya, que den las instrucciones», insistió María José de Pazo, hija del jefe de máquinas, que retrataba la desesperación de las familias por la falta de respuestas. Reclaman que sea España la que envíe medios si Canadá no lo hace. Apuntan que, por más que el Villa de Pitanxo se haya hundido en zona de rescate canadiense, son aguas internacionales, por lo que no debería haber problemas para que España despliegue su propio operativo.
Esta era la súplica que ayer pretendían trasladar en persona al presidente del Gobierno, pero los retrasos en la agenda hicieron que el día fuese en ese sentido baldío. La reunión que tenían prevista para las cinco de la tarde sufrió continuos retrasos debido a que se demoró la salida del avión de Terranova, supuestamente por cuestiones burocráticas. Finalmente despegó a las siete de la tarde, hora española, una hora más tarde de la que estaba prevista su llegada.
En ese avión viajan los tres supervivientes —el patrón Juan Padín, su sobrino Eduardo Rial y el marinero ghanés Samuel Koufie—, así como los féretros con los cuerpos de cinco de los marineros fallecidos. Otros cuatro cadáveres serán repatriados a Perú.