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El Villa de Pitanxo habría tardado solo trece minutos en irse a pique

E. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

CANADIAN ARMED FORCES / HANDOUT

Es el tiempo transcurrido entre que se dio la alerta y se activó la radiobaliza

28 feb 2022 . Actualizado a las 11:43 h.

El patrón del Villa de Pitanxo, Juan Padín, uno de los tres supervivientes del naufragio ocurrido a 250 millas de Terranova el pasado día 15, explicó a la armadora que una «repentina parada del motor principal que dejó el barco sin propulsión ni gobierno» durante la maniobra de virada del aparejo fue la causa de que, tras un golpe de mar, escorase el pesquero y se hundiese «de forma muy rápida». Esa rapidez habría sido de trece minutos, que es el tiempo que transcurrió entre que alguien accionase en el puente el botón de la llamada selectiva digital y  se recibió la alerta de la radiobaliza, que probablemente saltó por inmersión y no porque alguien la activase manualmente.

La alerta se recibió primero por onda corta a las 05.24 horas. Trece minutos más tarde, a las 05.37, saltaba la radiobaliza. De acuerdo con fuentes próximas a la investigación, la llamada selectiva digital se habría recibido sin informar de la naturaleza del peligro, lo que permite aventurar la premura con que se lanzó la alerta y se produjo el abandono del buque.

La radiobaliza de emergencia se habría activado trece minutos más tarde, cuando el barco ya se había hundido, pues suele saltar cuando se sumerge a una profundidad de unos cuatro metros. Que no la accionó nadie, sino que se disparó por inmersión lo probaría el hecho de que estuvo emitiendo señales de posicionamiento durante varias horas después del incidente y lo más probable es que se apagara en cuanto se agotó la batería.

Llegada de los pesqueros

El resto es, más o menos, historia conocida. Más o menos, porque los supervivientes todavía no han prestado declaración.

Tanto la señal de alerta en onda corta como la que emitió la radiobaliza y que captaron los satélites llegaron a Salvamento Marítimo, que enseguida movilizó a los pesqueros que faenaban en las inmediaciones. El Playa Menduíña Dos, con base en Cangas, era el que estaba más próximo y alcanzó la posición del naufragio a las 10.04, casi cinco horas después de haber dado la alerta el Villa de Pitanxo. El portugués Novo Virgem da Barca, el segundo pesquero que alcanzó el área del desastre, lo hizo casi una hora después, a las 11.40.

Balsa vacía

También es conocido que una de las dos balsas salvavidas debió autozafarse al entrar en contacto con el agua, puesto que el Playa Menduíña Dos la encontró vacía cuando alcanzó la zona del naufragio. La otra balsa era en la que estaban juntos los tres supervivientes: el patrón Juan Padín, su sobrino Eduardo Rial y el marinero Samuel Kwesi. Había también cuatro cuerpos de marineros ya sin vida, pero no han trascendido sus identidades. De hecho, esa es una de las preguntas que los familiares de los desaparecidos han presentado en el registro de la Subdelegación del Gobierno de Pontevedra para tratar de arrojar luz sobre los hechos acaecidos el fatídico 15 de febrero, jornada en la que Galicia vivió su peor tragedia marítimo-pesquera en casi medio siglo.