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El trágico naufragio del vapor Mina Sorriego en la ría de Camariñas, con nueve fallecidos

Ramón García Filgueira

SOMOS MAR

Ramón García Filgueira

El barco, que había salido de Gijón en marzo de 1954, se partió en dos cerca de la Punta da Barca

11 mar 2022 . Actualizado a las 07:51 h.

El Mina Sorriego había salido del puerto de Gijón el miércoles 3 de marzo de 1954 con un cargamento de carbón. Su destino, Vilagarcía de Arousa. La primera singladura había resultado tranquila, pero a medida que se acercaba a la costa gallega el tiempo empeoró, con fuerte viento y marejada de proa. Al atardecer, la tripulación observó el cielo aborregado, pronóstico de vientos frescos del suroeste. El experto patrón decidió entonces fondear en la ría de O Barqueiro, en el fondeadero de O Campelo, zona de refugio muy utilizada durante los inviernos por los buques que navegaban hacia poniente, debido a su buen tenedero y abrigo a los temporales del tercero y cuarto cuadrante.

Ante una ligera mejoría del tiempo y aprovechando la navegación diurna, el sábado día 6, la tripulación levó anclas. La embarcación prosiguió viaje hacia su destino final, pero la mejoría no fue duradera, la adversa climatología arreció de nuevo con viento fresco y mucha mar. Cuando navegaba a la altura de Faro Vilán, en la madrugada del día 7, el patrón decidió resguardar el buque en la ría de Camariñas, pero en la maniobra de aproximación quedó embarrancado en los bajos próximos a la Punta da Barca, en la zona llamada A Pedra Portuguesa. Este nombre debe ser local ya que en las cartas de navegación y derroteros no aparece ninguna referencia a ese bajo rocoso.

El vapor se partió en dos pereciendo sus nueve tripulantes. Las causas del accidente pudieron ser varias: desde un golpe de mar que desestabilizara el buque o su rumbo, fuertes chubascos con cerrazón, lo que conllevaría una merma de la visibilidad, un fallo de máquina o en el sistema de gobierno, pero la única realidad es que el navío desapareció para siempre.

La primera noticia sobre el naufragio la dio el costero Porfirio Díaz. Hasta el lugar del naufragio acudieron embarcaciones de pesca de toda la Costa da Morte, pero la ayuda no tuvo los resultados deseados.

La tripulación estaba compuesta por el patrón, Valeriano Fernández González, natural de Ortiguera, en el Concejo de Coaña (Asturias); el primer maquinista, Juan Sampedro Santamaría, de Caamaño, Porto do Son; el segundo maquinista, Tomás Casuso Muñiz, de Gijón; el contramaestre, José Velasco Fernández; el cocinero, Arturo Gayol García, y los marineros José Manuel Fernández Fernández y José García Avello, ambos vecinos de Ortiguera, y los fogoneros Jesús Carrera Fernández, también de Ortiguera, y Juan Lozano Burgo, de Rianxo.

De toda la dotación se recuperaron los cuerpos de cuatro marineros: José Velasco Fernández, José García Avello, Jesús Carrera Fernández y Juan Sampedro Santamaría. Sus restos descansan en el cementerio de Camariñas. En la iglesia parroquial de San Martín de Mohías, en Ortiguera, hay una placa en memoria de los náufragos, donada por la naviera propietaria del buque. Seis de los tripulantes habían nacido en Ortiguera, lo que supuso un duro golpe para este pueblo, que junto con Puerto de Vega, Viavélez y Tapia, en el occidente asturiano, fueron cuna de grandes profesionales.

El Mina Sorriego era un vapor con casco de acero, construido en 1901 en los astilleros de G.K. Stothert & Co., Bristol (Inglaterra). Anteriormente fue llamado Garth, Manolo y Vicente Nespral. Después de pasar por varios propietarios finalmente acabó perteneciendo a la Naviera del Nalón S.A. domiciliada en Gijón.

El buque tenía el folio 122 de la segunda lista de Gijón, con un registro bruto de 263 toneladas, porte 225 toneladas, eslora 35 metros, manga 6,32 metros, puntal 3,31 metros, y una máquina alternativa de 96 caballos de potencia, que desarrollaba una velocidad de 8,5 nudos.