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«Sube a luz, o aceite, o cartón... e levamos case dúas semanas sen poder enviar pedidos»

María Cuadrado Fernández
M. Cuadrado VIVEIRO/ LA VOZ

SOMOS MAR

Imagen de archivo de la conservera tradicional Currimar, en Xove
Imagen de archivo de la conservera tradicional Currimar, en Xove XAIME RAMALLAL

Las conserveras artesanales, contra las cuerdas por la subida de precios y el paro del transporte

28 mar 2022 . Actualizado a las 10:52 h.

No hay sector que se libre del impacto de la huelga del transporte, que llegó tras otros golpes que ponen en riesgo algunos sectores. El de la conserva artesana es uno de ellos. Ángel Ares, gerente de Conservas Sabor de Burela S.L., cuya marca comercial es Conservas Ares, confiesa que la situación es preocupante. A las fuertes subidas de la luz, que en su caso representan en torno a un 60 %, se suman las del precio del aceite de girasol, algo que repercute sobre el de oliva, el que más emplean. «Intentamos aguantar os prezos, pero vai ser inviable porque non estamos gañando nada», reconoce el gerente de la firma con sede en Fazouro (Foz), que tiene reservas del bonito de la costera pasada y que también ha tenido que prescindir en los últimos días de erizo o centollo. «Sobe a luz, o aceite, o cartón... e levamos case dúas semanas sen poder enviar pedidos. Sen paquetería, xa me dirás! Aínda sacamos pedidos para Lituania antes de todo esto e non sei nen como van», reconocía en días pasados. Algunos de los envíos pendientes son para Madrid, Barcelona, Valladolid... En esta firma trabajan cuatro empleados y el gerente, y elaboran conservas artesanas de bonito, patés de marisco y trabajan el mejillón especial gallego grande y extra grande y la anchoa del Cantábrico.

Comparte las quejas Nieves Medina, de conservas tradicionales Currimar (Xove), que definía de «caótica» la situación vivida en las dos últimas semanas. Hace días reconocía: «De momento seguimos haciendo la producción en la medida de nuestras posibilidades, pero es cierto que no tenemos garantías de que lo enviado haya llegado a destino». «Desde principios de año todo han sido subidas. Además de la luz y los carburantes, ha subido el vidrio, el metal de las tapas de los envases... Y pensamos que ahora va a subir el precio del pescado. Está siendo duro, complicado. Va a ser difícil recuperarse», confiesa Medina, que con Placer Rodríguez llevan una firma que en picos altos de producción alcanza entre 5 y 6 empleados.