Cemma plantea como única opción viable lograr que el delfín llegue a tierra por sus propios medios
09 nov 2022 . Actualizado a las 17:10 h.A la espera de conseguir los medios técnicos necesarios para poner en marcha el que será el tercer intento por liberar al delfín Manoliño del arpón que tiene clavado en el costado izquierdo, el personal de la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma) sigue trabajando en el diseño de ese dispositivo. La única opción viable que se plantea es lograr que el cetáceo llegue por sus propios medios a un punto de tierra, donde los veterinarios analizarían la situación del objeto punzante y decidirían sobre la marcha los pasos a seguir para su extracción.
Alfredo López, biólogo de Cemma, explicó que el método empleado en los dos intentos anteriores, llevados a cabo el lunes y el martes, sigue siendo considerado el más idóneo: «A única forma é tentar convencelo para que nos siga ata terra». Por tratarse de un cetáceo, someter a Manoliño a un tratamiento de sedación, lo que facilitaría su traslado, aún teniendo en cuenta que se trata de un ejemplar de 300 kilos de peso, queda descartado. «A respiración dos cetáceos é consciente, o que significa que teñen que pensar para respirar. Se durmimos a Manoliño deixará de respirar e, polo tanto, morrerá. Temos que convencelo para sacalo da auga, é a única opción», manifestó.
Por eso en Cemma trabajan a contrarreloj para conseguir diverso material y volver al puerto de O Freixo, el lugar en el que pasa la mayor parte del tiempo el delfín. Una red adecuada se perfila como la pieza clave para poner nuevamente en marcha el operativo. De lo que se trata es de extenderla en el agua y tratar de ir acotando el espacio de trabajo de los especialistas, hasta llegar a una zona próxima a tierra desde la que sea posible trasladar a Confi de forma manual hasta la colchoneta en la que se realizará la intervención de retirada del arpón.
Estrechos colaboradores
Cemma cuenta en todo momento con la estrecha colaboración de los miembros de Protección Civil de Outes. La agrupación ya consiguió una red de grandes dimensiones, de unos ocho metros de largo por cinco de ancho, procedente de un arrastrero y, siguiendo las indicaciones de la coordinadora, le colocó plomos y corchos. «Do que se trata é de que unha parte vaia para o fondo e outra quede sobre a superficie para que sexa visible, pois un dos problemas que hai é que a auga está moi escura e só é posible ver ao delfín cando el decide saír», explicó Alejandro Liñán, integrante de dicho colectivo.
Los voluntarios de Protección Civil de Outes son también los que se encargan de localizar a Manoliño cada vez que Cemma anuncia su llegada. Es una tarea más fácil de lo que pueda parecer: «No momento en que saímos coa embarcación xa aparece. Cada vez que escoita un motor sae á superficie, xa que busca estar con xente», comenta Liñán.
Él, que conoce bien al delfín que ha convertido la ría de Muros-Noia en su casa, señala que llamar su atención, verbalmente o con palmadas, es la única forma de conseguir que llegue a tierra por sus propios medios.