El entramado del furtivismo en A Coruña, engranado y en máximos a las puertas de la Navidad
SOMOS MAR
La cofradía, que abrirá la semana que viene la Torre después de mantenerla un año en veda para garantizar su recuperación, pide coordinación institucional ante el repunte delictivo
10 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.«Van sobre pedido. Tienen los compradores de mano, los contactos, seguramente hosteleros pero también intermediarios porque estamos hablando de decomisos grandes de 80 o 100 kilos de erizo. Si hubiese interés en investigar a dónde va ese producto se avanzaría algo, pero nosotros llegamos a donde llegamos. Esto solo lo puede hacer la policía», advierte un miembro del grupo de percebeiros de la Cofradía de Pescadores de A Coruña, sobrepasada por el furtivismo galopante que están detectando en la costa. «Un día los cogen, pero 20 días no, y así es muy difícil», advierte el portavoz del pósito, que reclama apoyo institucional estable y coordinación entre el servicio de guardacostas y las policías para proteger los recursos.
¿Cómo se recupera la Torre?
Para entender el impacto de los furtivos en las rocas y el fondo marino, donde crían percebes, erizos y pulpos, hay que volver la mirada a la Torre. Lleva un año en veda, desde la Navidad del 2021. La cofradía decidió cerrar la zona para que las rocas pudieran recuperarse a lo largo del año y dar una buena campaña navideña en el 2022. Abrieron cinco días en verano y vieron que los bancos no estaban como presumían. Cerraron de nuevo. La semana que viene volverán. «Si tenemos suerte trabajaremos diez días. Depende de cómo se hayan recuperado las piedras en este tiempo, pero si sumamos los días del verano y los que haremos ahora no nos salen 15 días. Los furtivos van todo el año», explica.
Fuera de la Torre, en las islas de O Portiño y la zona de Suevos la actividad ilegal es desenfrenada. «Viven al lado», cuenta el percebeiro de los furtivos, la mayoría residentes en el poblado de O Portiño. La Policía Local y la unidad autonómica de la Policía Nacional llevaron a cabo esta semana tres operaciones en jornadas consecutivos que se saldaron un día con la identificación de varios buceadores (otros consiguieron escapar) y alijos de 40 kilos de erizo y 10 kilos, al siguiente nuevos arrestos y el decomiso de 90 kilos de pulpo y varias centollas, y al siguiente, este último en Lorbé, 50 kilos de erizo y un equipo de buceo.
«En estas fechas siempre hay un repunte y ahora mismo no tenemos el apoyo que necesitamos. Los guardacostas no se atreven a ir solos [sin policía] porque hay líos. Antes buceaban pocos, ahora bajan muchos más. Nosotros hacemos siembras, cuidados y vedas, pero al final se lo llevan ellos», denuncia la cofradía, que en verano realizó en colaboración con la Universidade da Coruña y la Xunta una siembra de 30.000 crías de erizo y ahora asiste impotente al desembarco de los furtivos sin cuartel.