«Este é o maior ataque que se fixo contra a pesca», apunta el sector tras conocer el reparto de los espacios marinos
SOMOS MAR
La plataforma que aglutina a los colectivos pesqueros arremeten contra la reserva de amplias zonas para la eólica sin conocer los efectos que la implantación puede tener en los ecosistemas y los recursos
28 feb 2023 . Actualizado a las 18:14 h.Si se le pregunta al Ministerio de Transición Ecológica por qué se ha tardado tanto en presentar unos planes de ordenación del espacio marino (POEM) que semana tras semana se anunciaban para el próximo complejo de ministros apuntan a la complejidad de un proceso en el que se lleva inmerso 5 años de trabajo. Complicado por las numerosas partes implicadas y el volumen inmenso de información que han aportado instituciones científicas, los ministerios afectados, las comunidades autónomas, ayuntamientos, organizaciones sectoriales, cofradías de pescadores, sociedad civil, etcétera.
El sector pesquero ha sido uno de los más colectivos más activos. Ha facilitado datos sobre la superposición de los polígonos diseñados sobre los bancos pesqueros, haciendo aportaciones a las propuestas que iban surgiendo y requiriendo información sobre la afectación a los ecosistemas y a los recursos marinos. Y por eso la cartografía que se ha aprobado en el Consejo de Ministros de este martes no es la misma que se había hecho pública. Se ha reducido superficie y se han eliminado, ajustado o desplazado polígonos en función de la información que se iba recibiendo, apuntan desde el Ministerio de Transición Ecológica.
Pero a pesar de esa participación, el resultado no parece haber complacido al sector pesquero. Al menos al gallego que opera en Galicia y el Cantábrico Noroeste, que todavía ve muy amenazados sus intereses en el que es el principal caladero nacional y, a la vez, la demarcación marina con más superficie reservada a la instalación de plataformas de eólica marina, con 8 polígonos de lámina de agua de uso prioritario o de alto potencial. «Este é o maior ataque contra a pesca e os ecosistemas mariños», dijo Torcuato Teixeira, portavoz de la plataforma en la que se ha organizado el sector pesquero para velar por que la distribución de los usos del mar preserve el que es un uso tradicional frente a la irrupción de otras actividades, como la eólica marina. Que fuese de Bruselas se podía incluso entender, pero duele más que «chegue dos nosos gobernantes», añade.
El colectivo reprocha que se haya seguido adelante con la elaboración de los planes cuando en diciembre pasado reconocieron que faltaba información sobre las consecuencias de las plataformas eólicas en corrientes, temperatura, recursos marinos e, incluso, en el paso de aves y cetáceos. Por supuesto, tampoco han tenido en cuenta las interferencias con costeras como la del bonito o la xarda, que no se han estudiado. La Plataforma ha convocado una rueda de prensa para este miércoles en el que anunciará las acciones que emprenderá para corregir el derrotero de los POEM.
Y del lado de los pescadores se ha situado ya el Gobierno gallego. Aún no había acabado de comparecer la ministra Teresa Ribera en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros cuando el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, adelantó su oposición a la instalación de cualquier «parque eólico mariño que poña en risco os recursos pesqueiros».
Rueda lamentó la falta de información del Gobierno central hacia las comunidades autónomas, que hace que la Xunta aún tenga que estudiar en detalle el plan aprobado por si presenta alegaciones. Ha pedido también que exista una cogobernanza real entre el Ejecutivo central y los autonómicos.
La organización ecologista WWF ha saludado lo que debería ser el pilar fundamenal para integrar la economía azul sostenible con otras políticas europeas. Es, a juicio de Óscar Esparza, coordinador de áreas marinas protegidas de la organización conservacionista, «un hito importante en la conservación de los mares». Ahora bien, es necesario que estos planes permitan «una planificación, con visión de futuro, para integrar adecuadamente las actividades humanas y la conservación de la biodiversidad». Viene esto al hilo de la controversia que viene con los parques eólicos marinos, para los que se define una zonificación, pero no se marca cómo será su desarrollo. Un proceso del que estará pendiente WWF, pues sostiene que «la crisis climática no debe llevarse por delante la biodiversidad que es base, también de nuestro futuro». Apelan, por tanto, a una planificación cuidadosa del despliegue de las energías renovables en el medio marino, con un proceso de participación bien diseñado que tenga en cuenta a todos los sectores implicados, algo esencial para facilitar su rápida implantación».