La parada técnica prevista en la refinería condiciona la llegada de más petroleros a los muelles interiores y a los de Arteixo
05 mar 2023 . Actualizado a las 21:12 h.El petrolero Front Ocelot, que el viernes inauguró la terminal marítima de Repsol en punta Langosteira, abandonó ayer sobre las diez de la mañana la costa coruñesa. Lo hizo después de descargar en el nuevo pantalán de la compañía 15.000 toneladas de crudo (20.000 metros cúbicos) de las 100.000 que transportaba. Fuentes próximas a Repsol confirmaron que las maniobras se hicieron con precaución, siguiendo todos los protocolos de seguridad y, por lo tanto, no se produjo ningún tipo de incidencia.
Así, aunque ya hubo fases de prueba anterior, el crudo circuló por los tres primeros kilómetros del poliducto que circunda las instalaciones del puerto exterior hasta llegar a la estación de bombeo. Desde allí recorrió otros 3,8 kilómetros hasta llegar a la refinería, donde ya se acumula en los tanques que tiene allí la multinacional ya que, de momento, Repsol no ha instalado en el puerto exterior estos depósitos o cisternas para acopiar este tipo de mercancía.
El Front Ocelot, que navega bajo bandera de las Islas Marshall, traía el petróleo desde Noruega y en estos momentos se dirige al puerto de Bilbao, donde tiene previsto descargar el resto del crudo que transporta en sus bodegas.
La llegada del petrolero Front Ocelot a punta Langosteira marcó ayer un momento histórico ya que inicia oficialmente el proceso para que la descarga de mercancías potencialmente peligrosas vayan desapareciendo del muelle de San Diego, algo que se viene haciendo desde el año 1964, cuando también comenzó a funcionar el actual oleoducto que cruza toda la ciudad de forma subterránea hasta llegar a la refinería (son 6,5 kilómetros y pasa por A Grela, O Birloque, Elviña, barrio de las Flores, Eirís, O Castrillón, Os Castros y Casablanca).
Desde Repsol indicaron que el proceso, en realidad, será paulatino y que en un primer momento, por motivos de contratos y capacidad, algunos cruderos seguirán llegando al puerto exterior. Es decir, se compatibilizarán las descargas de crudo durante un tiempo tanto en San Diego como en Langosteira. Y aunque la concesión de Repsol para operar en San Diego terminará en el 2027, la multinacional ya ha comenzado la segunda fase para el traslado de los tráficos al puerto exterior.
En cuanto a la llegada del próximo petrolero a punta Langosteira, portavoces de Repsol explicaron que la próxima semana comenzará una de las habituales paradas técnicas en varias de las unidades del complejo industrial, que ocupa una extensión de 150 hectáreas. Por este motivo, no está previsto que, al menos, en el plazo de un mes lleguen más cruderos a ninguno de los muelles.
Las nuevas instalaciones de Repsol en punta Langosteira así como la refinería coruñesa serán, tal y como anunció esta semana su presidente, Antonio Brufau, estratégicas para la transición energética hacia la que se dirige la compañía. Y ello supondrá una transformación en todas las instalaciones para convertirse en un polo multienergético capaz de generar productos de baja, neutra o incluso negativa huella de carbón. Así, la refinería dará un giro hacia el incremento de la producción de biocombustibles, hidrógeno renovable, con la modificación en unidades e implementación de nuevas tecnologías.
En este sentido, desde Repsol confirmaron que las nuevas instalaciones logísticas en punta Langosteira, además de permitir el traslado de la terminal marítima interior, serán necesarias «en este futuro de transformación para la gestión de los nuevos productos» y podrá dar soporte a nuevos tráficos de materias primas. De esta forma, indicaron, se ayudará a la creación del hub de energías renovables que supondrá el Green Port que promueve e impulsa la Autoridad Portuaria de A Coruña «y que apoya Repsol», tal y como confirmó Antonio Brufau.
El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, también explicó durante la inauguración del viernes en relación al desarrollo de la actual fase del puerto exterior así como el desarrollo de la zona sur, que prácticamente todo el suelo está comprometido. De hecho, a la Autoridad Portuaria ya recibió varias solicitudes de off shore y, ante la posible llegada de nuevas solicitudes, se ha dado un plazo de dos meses para recibir propuestas. El objetivo es que este espacio que está disponible, que ocupa unas 60 hectáreas (600.000 meros cuadrados) se pueda ordenar y compatibilizar las opciones presentadas.
