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Enviroscore: el «termómetro» que mide la huella ambiental de los alimentos

La Voz

SOMOS MAR

AZTI

Empresas como la láctea Kaiku, la conservera Calvo, la de producción de huevos Campomayor o la acuícola Avramar han incorporado a sus productos la etiqueta Enviroscore, desarrollada por AZTI a través de un algoritmo que puntúa la sostenibilidad ambiental de una referencia a la venta

17 mar 2023 . Actualizado a las 09:50 h.

Con su estrategia De la Granja a la Mesa, Europa busca conseguir un sistema alimentario sostenible, saludable y fiable para el consumidor. Un sistema que deje la menor huella posible en el medio ambiente. ¿Y eso cómo se sabe? Con el termómetro que han desarrollado el centro tecnológico AZTI y la KU Leuven (Universidad de los Países Bajos) capaz de calcular el impacto ambiental de los productos. Lo hace a través de un «novedoso algoritmo», el Enviroscore, creado para medir la huella de los alimentos y las bebidas en el punto de venta, tal y como publicó la revista científica Nature en noviembre del 2022, explica AZTI en un comunicado.

El Enviroscore permite a los consumidores visualizar la huella ambiental del producto a través de un simple etiquetado de 5 puntuaciones —de la A a la E, como el polémico Nutriscore— , que integra todos los aspectos relacionados con la forma de producir, procesar, envasar, distribuir, consumir y gestionar los residuos de ese producto.

Y aunque el etiquetado ambiental todavía no está implantado en Europa, las empresas alimentarias españolas están empezando ya a apostar por dar información en sus productos sobre el grado de impacto ambiental de los mismos con el Enviroscore. Algunas de las compañías españolas que han incorporado este etiquetado son la empresa láctea Kaiku, la acuícola Avramar España, la conservera Calvo, la fabricante y comercializadora de avena Harivenasa y la productora y comercializadora de huevos Campomayor. Todas ellas tienen en común dos aspectos, dice AZTI: «Una estrategia empresarial que prima la sostenibilidad y que han visto en esta etiqueta y la metodología que la acompaña, una opción que les permite conocer y mejorar el grado de sostenibilidad de su producción (si así se observara), así como un ejercicio de transparencia hacia sus clientes y consumidores».

Enviroscore «busca dar respuesta a una demanda y una preocupación cada vez mayor, tanto de empresas y Administraciones como de la ciudadanía en general, por que se produzcan y consuman alimentos y bebidas que hayan sido elaborados siguiendo unos procesos más sostenibles y responsables», destacó Rogelio Pozo, director general del centro tecnológico vasco.

El mercurio que utiliza ese termómetro que es Enviroscore es la huella ambiental de producto o product environmental foodprint (HAP o PEF, según el idioma que se emplee), una metodología aceptada, estandarizada y recomendada por la Comisión Europea. Calcula en una única puntuación final los impactos ambientales generados a lo largo de todas las etapas de producción y consumo de un kilogramo de producto envasado, entre los que se incluyen, entre otros, el potencial de cambio climático, el agotamiento de la capa de ozono, la contaminación de las aguas o el agotamiento de recursos fósiles. A partir del análisis de esos indicadores y del uso de un algoritmo de inteligencia artificial (IA), se convierte la puntuación agregada en un sistema de comunicación sencillo, visual e intuitivo de 5 escalas que integra todas las etapas del proceso productivo, incluido el posible final de su vida útil.

La visión global del impacto ambiental de los productos y del etiquetado Enviroscore correspondiente, permite a las empresas diseñar estrategias de reducción de impacto y tomar decisiones teniendo en cuenta los costes ambientales y económicos de las mismas, señala AZTI.

El sistema a partir de la huella ambiental se ha validado en más de 20 categorías de productos en las que se ha trabajado simulación de escenarios, ecodiseño y planes de reducción de impacto.

En este sentido, y tal y como respalda la revista Nature, el análisis del ciclo de vida que permite el cálculo del Enviroscore se presenta como una metodología sólida para evaluar el impacto ambiental global de un determinado producto o servicio y para identificar la posible reducción de la misma debida a la aplicación de diferentes estrategias de mejora en la gestión de la cadena de suministro.

La iniciativa ha contado con el apoyo de múltiples empresas y la financiación del Gobierno Vasco y de la propia Unión Europea a través del organismo europeo de innovación alimentaria EIT Food.