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Tras la estela del Monkbarns

aquiles garea

SOMOS MAR

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El velero recaló como carbonero en Corcubión, donde acabó desguazado

04 jul 2023 . Actualizado a las 12:07 h.

El 12 de marzo de 1927 hacía su entrada en la ría de Corcubión un viejo y estilizado velero llamado Monkbarns. No realizaba la maniobra de entrada con sus velas desplegadas impulsadas por el viento. Venía tirado por el Willen Barendz, un remolcador holandés que también sería un visitante asiduo de la ría.

¿Cual era el motivo de esta arribada? En 1926, al empresario coruñés Ramiro González Lorenzo, casado con la corcubionesa Juliana Lastres Carrera, le había sido concedida la instalación en la ría de un depósito flotante de carbón. Para este fin había adquirido en Inglaterra por intermediación del consejero de la Compañía Ballenera Española, Leslie Hamilton Wilson, el veterano velero Monkbarns, curtido en viajes oceánicos que incluían el paso del Cabo de Hornos, en busca del nitrato de Chile.

La embarcación se encontraba fondeada sin actividad en el Támesis en espera de un posible comprador que lo reactivara de nuevo para la navegación.

El pasado 29 de abril, noventa y seis años después de la llegada del Monkbarns a la ría de Corcubión, la periodista Jay Sivell, nieta de Bert Sivell, que fuera uno de sus tripulantes, visitó Corcubión para conocer el lugar donde el velero había pasado sus últimos años y donde había sido desguazado a finales de los años cincuenta, tras el cese de actividades y cierre de la delegación de la Compañía General de Carbones en el pueblo.

El abuelo de Jay se había iniciado en el mundo de la navegación en 1910 a la edad de 15 años, embarcando como mozo en los vapores RMS ORUBA, primero, y luego en el RMS NILE, en los que permaneció hasta el mes de junio de 1911, en que embarcó en el Monkbarns como aprendiz. Permaneció en el puesto hasta el año 1915, en medio de la Primera Guerra Mundial, en que fue nombrado tercer oficial interino. Su carrera fue progresando en el Monkbarns y en el año 1918, con solo 22 años, era ya primer oficial. Su estancia en él terminaría en el año 1919, en que decide dar un nuevo rumbo a su vida y se embarca en un petrolero de la Anglo Saxon Petroleum Co (Shell), en la que permanecería hasta su fallecimiento, el 23 de marzo de 1941 tras ser torpedeado en medio de la Segunda Guerra Mundial el petrolero Chama, del que era capitán. Lo atacó el submarino alemán U-97 y pereció él con toda la tripulación.

Jay Sivell se puso en contacto conmigo, primero por medio del Concello de Corcubión y luego directamente, tras haber adquirido en Inglaterra mi libro Carboneando en Corcubión en el que el Monkbarns es uno de sus protagonistas. Su principal interés era saber si del desguace del velero que tuvo lugar en la playa del centro de Corcubión se conservaba algún elemento.

La pieza que más le importaba era el mascarón (un caballito alado) que en su día lucía en su proa. Sin embargo, tras preguntar a vecinos del pueblo de más edad y también a uno de los hijos del último gerente de la Compañía General de Carbones en Corcubión, que aún recordaban el casco del Monkbarns fondeado en la ría y atracado para desguace, nada recordaban de esta figura, ni tampoco haberla visto en su proa.

Una historia que dará para un libro sobre su abuelo  

¿Cuál sería el destino de esta figura? ¿Habría sido retirada antes de partir del Támesis con destino Corcubión? ¿La tripulación del remolcador Willen Barendz se habría quedado con ella como un botín de su traslado? ¿Ramiro González o alguno de sus empleados la habrían vendido y hoy estará perdida en algún desván o colgando de alguna pared en una casa o museo desconociendo su origen? ¿Estará en alguna casa de Bilbao de donde era la empresa que se encargo de su desguace?. Las preguntas quedan en el aire y trataremos de seguir buscando y saber si del desguace aún se conserva algún recuerdo.

Tras la charla mantenida con la periodista Jay Sivell durante en su estancia en Corcubión, ella me comentó que estaba preparando un libro sobre la historia del Monkbarns y su abuelo, barco muy ligado a su vida y a la historia de la ría de Corcubión. De momento, se puede conocer su historia en la página (monkbarns.word press, lost and sea), de la que es editora.

El mar, que gran tema para hablar, recordando historias de barcos que tuvieron relación con nuestras costas y queramos o no dejaron una huella profunda en nuestra historia.