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El pulpo regresa a las plazas con precios que van de los 12 a los 14 euros el kilo

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

SOMOS MAR

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Buena parte de los naseiros no lograron hacerse con el tope en el arranque

05 jul 2023 . Actualizado a las 20:28 h.

Tras una veda de seis semanas, el pulpo regresó ayer a los mercados de Barbanza con unos precios que, una campaña más, obligan a rascarse el bolsillo a los consumidores decididos a consumir este clásico del verano. Lo apuntaba Manoli Martínez, placera de Noia, quien apuntaba: «Os antoxos hai que pagalos». En las plazas de abastos, el kilo cuesta entre 12 y 14 euros, dependiendo del tamaño de las piezas. A media mañana, Manoli estaba satisfecha con la demanda y señalaba que ya había dado salida a cuatro piezas.

También la ribeirense María Mayán se decantó por pujar por el cefalópodo, en la subasta celebrada en la lonja a última hora del lunes, para incluirlo en el amplio surtido de su aparador. Sin embargo, era una de las escasas placeras que lo ofertaba en el recinto de la capital barbanzana. Otras vendedoras, como la sonense Begoña Deán, prefirieron reservarse y aguardar para ver cómo evoluciona la cotización: «Vai moi caro e a xente do pobo non o colle». Recalca que sí es un artículo que tiene aceptación entre los clientes locales, «pero o prezo bótaos para atrás».

Sí había cefalópodo en el puesto que Suso regenta en el mercado boirense. Afirmaba el placero que «o polbo véndese». Y aseguraba que no solo los turistas se decantan por su adquisición.

Lo cierto es que, como explican desde el sector hostelero, el pulpo constituye un reclamo para los comensales y su llegada en plena época vacacional es muy aguardada.

También lo es para los naseiros, que afrontan con desigual fortuna los dos días transcurridos desde la apertura de la veda. En plena jornada de trabajo, el sonense Antonio Pérez señalaba: «O luns non levantamos nada porque botamos as nasas ao mar. Hoxe —por ayer— levamos cinco horas no mar e botamos 80 quilos». Tres son los tripulantes de su embarcación, por lo que el tope es de 120 kilos.

Por su parte, Juan Jesús Villar se lamentaba de que no hubieran logrado alcanzar el tope y comentaba: «Parece que hai menos». Sobre lo que tiene absoluta certeza es en lo relativo a la calidad: «É boa, non cabe dúbida».

También ligeramente desalentado se mostraba José Francisco Millares, quien sentenciaba: «Hai pouco polbo». Bajo su punto de vista, la explicación de que no entre en las nasas radica en que «hai moita lúa e aféctalle, ao ter moita luz de noite penso que non comen tanto». Aunque en su embarcación son tres los tripulantes que acostumbran a ir, hasta la próxima semana serán dos y, pese a ello, a media mañana de ayer estaban lejos de alcanzar el cupo: «Temos 50 quilos, cando podemos chegar a 90».

Cotizaciones

Por lo que respecta a la comercialización del cefalópodo en lonja, las cotizaciones más elevadas se alcanzaron en Muros y Lira, donde en ambos casos se llegó a los 12,60 euros el kilogramo.

Lo cierto es que ambas lonjas registraron precios idénticos, 7,50 euros el kilo de las piezas más pequeñas; 9,30 de las de tamaño medio y los 12,60 de aquellos ejemplares de dos kilos o más.

En Ribeira se quedaron un poco por debajo, con un valor máximo de 12,05 y en Porto do Son las pujas oscilaron entre los 7 y los 12 euros el kilogramo.

Fue en la rula ribeirense donde se desembarcó más cantidad, un total de 3.893 kilos. En Muros no se llegó a los 500, aunque el secretario de la cofradía, José Antonio Rama, concretó que esto fue debido a que, el primer día, muchas embarcaciones solo salieron al mar para echar las nasas.

En Lira se comercializaron 393 kilogramos y en Porto do Son fueron 200. Los profesionales afirman que habrá que aguardar al desarrollo de la semana para ver si la cotización se mantiene o desciende.