Galicia rebaja un 5 % el peso mínimo del pulpo por su «sensible perda de auga»
SOMOS MAR

El margen de tolerancia solo se aplica en tierra, a bordo de los pesqueros sigue en un kilo
03 nov 2023 . Actualizado a las 04:50 h.Ni de lejos va tan mal como la del 2020, la peor campaña del siglo en Galicia, pero los 586.000 kilos de pulpo subastados hasta ahora son un 31 % menos que los del año pasado y un 26 % menos que los del 2021. Aunque no compensa la caída de capturas, el precio medio en lonja antes de tasas e impuestos sube un 7 % respecto al 2022, hasta 9,61 euros el kilo. Un kilo es la talla mínima legal, tanto para los pescadores profesionales como para los recreativos. Sin embargo, si ese es el peso exacto cuando se captura, «pode darse o caso de que sufra unha perda» al llegar a la lonja, en el transporte, en las plantas de congelado o en las pescaderías. Para evitar problemas y posibles sanciones, desde hoy se considerarán legales los que pesen 950 gramos una vez desembarcados.
¿Por qué merma el octópodo desde que lo extraen del mar hasta que llega a tierra? Citando «un informe sobre a comprobación e rexistro de pesadas en determinados intervalos de tempo», desde la Consellería do Mar lo atribuyen «á sensible perda de auga». De hecho, reconoce, «as organizacións sectoriais da pesca» se lo habían advertido en los últimos años, solicitándole la flexibilidad en el mínimo legal. Porcentualmente, el margen de tolerancia de 50 gramos sobre un kilo representa un 5 %.
A bordo sigue en 1.000 gramos
La norma oficial publicada por la consellería que preside Alfonso Villares detalla que se aplicará «unha vez realizada e rexistrada a pesada no momento do desembarque». No mientras el pulpo permanezca a bordo, donde se mantiene el mínimo de un kilo, pero sí en el resto de eslabones de la cadena de producción y distribución. Por ejemplo, en el punto de primera venta, durante el transporte, en las tiendas o restaurantes y en las factorías donde se cueza o se congele.
A Mar le parece «oportuno» establecer la flexibilidad, porque la ampara la legislación española de primera venta de productos del mar. Al igual que el resto de las comunidades autónomas españolas, compete a la Xunta la gestión de un cefalópodo que los científicos bautizaron como Octopus vulgaris y que los pescadores profesionales suelen capturar con nasas. Los 1.000 gramos de tamaño mínimo para descargarlo y comercializarlo en Galicia superan en un 25 % los 750 marcados por la Unión Europea en las aguas suroccidentales.