El desastre marisquero alcanza a la ría de Pontevedra: «Dan ganas de chorar. Hai moita mortandade e temos o Nadal á porta»
SOMOS MAR
Unos 400 mariscadores salieron a trabajar tras varias semanas de paro por las borrascas y constataron que el aumento de agua dulce provocó la muerte de gran cantidad de bivalvo
15 nov 2023 . Actualizado a las 12:53 h.Este lunes, 13 de noviembre, estaba marcado en rojo para los mariscadores a pie de la ría de Pontevedra; alrededor de 400 trabajadores del mar de las cofradías de San Telmo, Lourizán y Raxó. Volvían a las playas después de varias semanas de paro debido a los temporales. Como es habitual año tras año, suspendieron el trabajo los peores días de las borrascas para evitar mover el sustrato justo cuando los ríos estaban llevando al mar más agua dulce y arrastrando troncos y demás. Se volvía con la ilusión de que la ría de Pontevedra quedase al margen del desastre marisquero que vive gran parte de la costa gallega a cuenta de la baja salinidad y que está provocando una amarga crisis en el sector en sitios como Noia donde, directamente, hubo que suspender la campaña. Pero una única mañana de trabajo ha servido para que la ilusión se viniese abajo. La patrona mayor de Lourizán, Mari Carmen Vázquez, resumía el sentir colectivo con estas palabras: «Dan ganas de chorar, hai moita mortandade. E temos o Nadal á porta. Preocúpanos moito o que pode pasar coa campaña navideña, porque para nós é un momento moi importante do ano».
Las tres cofradías de la ría de Pontevedra tienen un plan de explotación conjunto de los bancos marisqueros. Ayer salieron a trabajar tanto en la zona de Lourizán como en Lourido. En Lourizán, nada más poner el pie en la playa, las mariscadoras comenzaron a detectar la mortandad de almeja japónica. Avisaron a los responsables del pósito y se decidió dar libertad para cambiar de zona, para trabajar en la parte más interna de los bancos, a ver si así se esquivaba un poco el desastre. Pero la cosa no mejoró mucho: «Estannos dicindo que atopan moitísima ameixa xapónica por todos lados e que a que sacan viva enseguida empeza a abrir a boca, que está moi delicada. É algo impresionante porque a ameixa xapónica adoita ser a máis forte e a que máis resiste cando hai exceso de auga doce... pero é que están sendo moitos temporais seguidos», indicaba la patrona mayor de Lourizán. Al regreso de la playa, con cara de impotencia, algunas mariscadoras mostraban ejemplares de almeja japónica muerta y cómo solo habían capturado viva entre medio kilo y un kilo de los diez permitidos.
En Lourido, al otro lado de la ría de Pontevedra, a pie de playa, pesando las capturas que iban trayendo las mariscadoras del mar, estaban este lunes tanto la responsable de la agrupación de marisqueo a pie de la cofradía de San Telmo, Raquel Gómez, como su homóloga en el pósito de Raxó, Elena Padín. Ambas señalaban que, efectivamente, se estaba detectando bastante mortandad de almeja japónica. Aún así, en este día de estreno en el mar tras el parón de varias semanas, la mayoría de los profesionales estaban cogiendo el tope máximo de diez kilos de almeja japónica. Pero lo hacían con muchísima dificultad. «Estamos moi desilusionados, pensabamos que despois destas semanas parados iamos ter uns días bos para recuperar e non vai ser así. A ameixa máis grande está toda morta, para coller os topes hai que botar moito marisco morto ao mar. É todo unha pena», indicaba Elena Padín. Y añadía: «Hai moito marisco que o ves abrindo a boca. A situación é preocupante».
La única buena noticia de esta mañana es que, si bien hoy solo se podía capturar almeja japónica, los ejemplares que observaron de fina parecen estar mejor y haber resistido al envite de las borrascas. Aún así, este lunes todo el marisqueo de la ría pontevedresa está volviendo del mar con una sensación amarga mientras el cielo sigue escupiendo agua, recordando que el tren de borrascas que ha bajado la salinidad del agua del mar parece no tener fecha de caducidad por el momento.