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Las lluvias suman un problema más al marisqueo en Ortegal y Ferrolterra

A. F. Cuba / A. U. FERROL / LA VOZ

SOMOS MAR

Foto de archivo de mariscadoras en Ortigueira
Foto de archivo de mariscadoras en Ortigueira CESAR TOIMIL

Aun así, las profesionales reivindican su oficio y pelean por su continuidad

02 dic 2023 . Actualizado a las 04:45 h.

La contaminación, la acumulación de arena por falta de dragado de las rías y los efectos del cambio climático dificultan y precarizan el trabajo de las mariscadoras en la zona de Ortegal y Cedeira. Aun así, las profesionales reivindican su oficio y pelean por su continuidad. «No estamos cogiendo nada, hacemos trabajos de regeneración de la ría [...], es muy complicado aguantar pagando la Seguridad Social sin tener ningún ingreso», reconoce Ángela Tojeiro, tesorera de la agrupación de Cariño, que lleva tres años sin apenas actividad.

La situación también se ha enredado para las recolectoras de Valdoviño y Cedeira, aglutinadas en esta última cofradía. Los niveles de la bacteria E. coli detectados han hecho que sus bancos pasen a ser zona C, lo que obliga a la reinstalación del marisco en batea antes de la venta. Ocurre justo cuando el berberecho parece haber vuelto al entorno de Vilarrube y Esteiro. «Polo menos estamos gañando algo», apuntan, sin ocultar la preocupación por el verano, «cando máis prezo ten o berberecho».

En Ortigueira, el problema radica en el exceso de arena, que «tapa a ameixa e a mata», dice la presidenta del colectivo de Espasante, Rosa Trasancos. Las lluvias tampoco ayudan, sobre todo en O Barqueiro (Mañón), donde ha bajado la salinidad por el incremento del caudal del río Sor, y eso afecta a almejas y ostras, en plena recolección para la Festa do Marisco.

Las lluvias también han causado estragos en la ría de Pontedeume. «Llovió tanto que ha aparecido almeja muerta, sobre todo babosa, que está menos enterrada. La suerte es que aquí vivimos más de la fina, que está más profunda», señala el patrón mayor, Santiago Salgado.

El que fue el banco más productivo de almeja babosa de Galicia, el de As Pías, se ha quedado vacío. Las capturas registran mínimos históricos, cuando hace 10 años se despachaban más de 200 toneladas al año y empleaba a 300 trabajadores. Hoy son apenas 15. Siembras, regeneración de fondos, períodos de descanso... Nada ha funcionado a los pósitos de Ferrol y Barallobre para poner freno a una caída productiva que no puede achacarse a un único factor. Un estudio de la Estación de Bioloxía Mariña da Graña detectó, eso sí, mayor presencia de fango y materia orgánica en los fondos de la ría.