Una ruta en Ons en torno a la púrpura romana, el tinte que vestía a los césares
SOMOS MAR

La senda arqueológica une la factoría de Canexol y Castelo dos Mouros
07 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La Vía dos Múrices será una de las novedades que se encontrarán los visitantes a la isla de Ons en la temporada turística del 2024. Es una propuesta que enlaza varios de los hitos arqueológicos más importantes de la isla y que han salido a la luz en los últimos años, según explica el director del Parque Nacional Illas Atlánticas de Galicia, José Antonio Fernández Bouzas.
El múrice es un crustáceo, hoy extinguido en las Rías Baixas, pero que hace dos mil años los romanos y los habitantes nativos de Ons sometidos al Imperio recogieron en grandes cantidades en las playas de la ría de Pontevedra. De las glándulas del múrice, extraídas enteras para su posterior machacado en al menos un tanque en la factoría romana de Canexol se producía el tinte que recubría las prendas de vestir de púrpura. Ese era el color del que se teñía la vestimenta, entera o en partes, de las clases más ricas del Imperio y, por supuesto, de los césares. Hasta el momento, la pila para fabricar púrpura romana es la única que se ha encontrado en el norte peninsular.
No sabremos nunca si el tinte de Ons sirvió para el vestuario de los emperadores en la lejana Roma, pero los arqueólogos señalan la dificultad de la producción de la púrpura. Había que acumular una ingente cantidad de múrices para extraer las glándulas suficientes para producir el preciado tinte. Llevaba su tiempo, era caro y eso lo hacía todavía más atractivo para las élites de un Imperio donde la apariencia y exhibición de poder y capacidad económica eran muy importantes.
Los visitantes que se acerquen este verano a Ons podrán iniciar esta ruta histórica en el muelle de Curro. El trazado sigue adelante por la costa, en dirección al sur, y el senderista podrá seguir los distintos puntos de interés gracias a una cartelería muy gráfica y explicativa.
Explicaciones en tres idiomas
Los paneles incluyen un mapa de la isla y una referencia de ubicación, así como planos, fotos y una descripción en gallego, castellano e inglés. Los usuarios de móvil podrán descargarse toda la información a través de un código QR.
En Canexol no solo se encontró la pileta con conchas de múrice. El camino que atraviesa la isla pasa por encima de un complejo industrial romano cuando llega a este entorno del enclave buenense. No se puede dejar todo a la vista porque entonces se cortaría la única vía de comunicación para vehículos que existe en la isla.
Aún así, el equipo de arqueólogos dirigido por Adolfo Fernández y vinculado a la Universidade de Vigo ha podido hacer sondeos y elaborar una hipótesis de cómo pudo ser aquella explotación, a nivel industrial, de los recursos marinos en esta remota esquina de los dominios romanos en los primeros siglos del Imperio. Así se han encontrado también otras piletas destinadas a la salazón de pescado, que luego se exportaba en ánforas por toda Hispania e incluso la ciudad de Roma.
En el cantil de Canexol, además, se pueden ver todavía los restos de una escalera que bajaba desde la isla hasta la playa y que los arqueólogos también datan de los siglos del cambio de era.
Un «tesouriño» escondido
La ruta permite conocer el poblado de Castelo dos Mouros, que preserva una muralla, los cimientos de edificios circulares castreños y estructuras rectangulares que delatan la intensa romanización posterior de este entorno.
En Castelo dos Mouros se explica también el hallazgo de un «tesouriño de 300 moedas, que foi ocultado para protexelo probablemente no século III», explica el cartel. La Vía dos Múrices une, de esta forma, el misterio a sus otros innegables atractivos como su recorrido por un tramo costero privilegiado y el hallazgo de la pileta para la púrpura.
¿Qué hacían esas monedas escondidas en una esquina de una casa en Castelo dos Mouros? ¿Quién las dejó? ¿Por qué no volvió nadie a por ellas? No lo sabemos, ni tampoco hay testimonios escritos o tradición oral que lo pueda aclarar. Así que, todo queda a la imaginación del visitante.
La ruta contempla también una visita a la sala arqueológica que se ha habilitado en el centro de interpretación de la isla en Curro. Entre otros objetos, se exhibe la tapa original de la tumba medieval de la Laxe do Crego, otro de los misterios de Ons. La parte inferior de este sepulcro sigue en su sitio original, tallado en roca en la playa.