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¿Por qué se pierden los contenedores?

raúl villa caro

SOMOS MAR

Oscar Vázquez

Cada día se caen de media cuatro «containers» en los mares y océanos del mundo

12 ene 2024 . Actualizado a las 20:40 h.

El sector marítimo controla muy bien la mercancía que transporta mediante los manifiestos de carga, los famosos conocimientos de embarque (bill of lading). Estos documentos suponen un aval para el contrato entre el exportador y la empresa a cargo del traslado, ya que con él se acredita que el transportista es el responsable de la carga durante el viaje. En el transporte marítimo existen muchas cláusulas diferentes, dependiendo de cómo varía la responsabilidad sobre el cargamento transportado.

La empresa naviera siempre busca que la mercancía esté asegurada, porque de lo contrario el transportista sería el responsable en caso de accidentes. Todos los involucrados en el negocio marítimo se preocupan por el valor de la carga y por su reposición en caso de pérdida. Se trata de mercancías que generalmente se transportan en contenedores.

Durante la última década, de varios cientos de millones de contenedores que deben existir en el mundo, se pierden más de 1.300 de media al año por los mares y océanos. Cuando esto ocurre, por el motivo que sea, la tripulación del buque debe dar aviso de lo acontecido. Lo habitual es que los barcos notifiquen los incidentes a las radios costeras y centros de coordinación de salvamento cercanos, y estos a su vez emitan los correspondientes avisos a los navegantes.

¿Qué ocurre después de que se caiga un contenedor?

Los contenedores a la deriva que transportan mercancías tipificadas como no peligrosas no suelen provocar incidentes importantes. Lo que siempre ha preocupado, una vez que quedan a la deriva, es la seguridad en la navegación para evitar posibles colisiones de estos contra otras embarcaciones. Lo normal es que, una vez que se hunde el contenedor, se le pierda la pista.

De la realidad de las estadísticas emana que cada año se pierden más porque, aunque los barcos parece que han parado de crecer en eslora, no ocurre lo mismo con su manga y puntal. Los buques megaportacontenedores alcanzan cada vez más filas containers a lo ancho y a lo alto, lo que ha provocado que el número de incidentes con contenedores perdidos haya aumentado en los últimos años —sobre todo por el Pacífico— por colapso de los que se apilan en vertical sobre cubierta.

¿Por qué se pierden los contenedores?

Por diferentes causas, pero a las del mal tiempo y el gigantismo de las embarcaciones —a las que a veces se une un fallo en la propulsión—, y en el caso de los buques portacontenedores, se podrían añadir otras. Entre ellas, un defectuoso trincaje (sujeción) de la carga, o un mantenimiento precario del equipo de sujeción; contenedores con cantoneras defectuosas y en mal estado; fatiga del personal, o errores en la información del peso del contenedor, que influirán negativamente en el cálculo de la estabilidad, a pesar de que se suele comprobar el peso del container antes de cargarlo. Y muchas veces influirá la suma de varios de estos problemas, que unidos a la manera en la que se estiban a bordo, provocarán que en la mayoría de los casos se pierdan varios contenedores a la vez.

Hay incidentes cercanos en el tiempo, como el protagonizado por el buque Shristi en el 2023, que, navegando de Boston a la República Dominicana, perdió casi 50. Eso sí, vacíos. En algunos casos, si pueden afectar al hábitat marino y están localizados, sí se recuperan del fondo del mar.

¿Cuánto tiempo flota un contenedor a la deriva?

Depende. ¿De qué? Del tipo de contenedor, de su estado, y de la carga que porte. Algunos se hunden en horas, otros en días, y algunos pocos deciden cumplir el principio de Arquímedes, tal como lo hacen los buques, y estar meses a la deriva. Existen historias de contenedores que estuvieron así más de un año, llegando a cruzar el Atlántico. Es probable que en estos momentos haya en torno a 10.000 perdidos a la deriva por los mares y océanos del mundo. Hace unos años unos pescadores franceses se encontraron con uno, y decidieron abrirlo, y ¡sorpresa!: estaba lleno de iphones nuevecitos.

¿La caída de contenedores al mar es un problema reciente?

No se trata de algo nuevo, ya que en la década de los noventa se produjeron dos hechos muy curiosos. Sobre el primero hay incluso un libro escrito. El 10 de enero de 1992, un buque que cubría la ruta entre Hong Kong y Washington perdió doce contenedores en medio del océano Pacífico. Uno de ellos portaba 28.800 juguetes de plástico, entre los que se incluían patitos amarillos que quedaron a la deriva en alta mar, y que durante quince años estuvieron alcanzando playas lejanas, llegando incluso hasta Alaska (por cierto, el libro se titula Moby-Duck). La otra anécdota se produjo en febrero de 1997, cuando un temporal provocó que el portacontenedores Tokio Express perdiera 62, que se hundieron a diez millas de tierra, al sur de Inglaterra. Uno de ellos contenía aproximadamente cinco millones de piezas de Lego que viajaban con destino a Nueva York. Casi treinta años después de aquel suceso, los habitantes de las playas de la zona siguen recogiendo, y algunos incluso coleccionando, esas pequeñas piezas del juego Lego.

Raúl Villa es doctor ingeniero naval, oficial de la Armada y capitán de marina mercante