La xarda emigra al norte, el jurel se sumerge y la anchoa no crece: los efectos del cambio climático
SOMOS MAR
Los pesqueros tendrán que desplazarse más lejos o cambiar los aparejos para pescar en más profundidad para adaptarse a la nueva situación
06 abr 2024 . Actualizado a las 04:45 h.Después del choque térmico que provocaron las intervenciones de la directora general de Pesca Sostenible, Mónica Corrales y la científica Isabel Riveiro en la séptima jornada de la flota del cerco organizada en Sada por Acerga, los ánimos entre los armadores se enfriaron todavía más cuando escucharon de boca del científico de AZTI Guillem Chust todo lo que el cambio climático estaba provocando a estas especies pelágicas, que unas se van al norte, otras se hunden en la columna de agua y las hay que menguan en tamaño.
La xarda, que tantas alegrías dio hace no muchos años, ya no abunda tanto en el Cantábrico porque ha desplazado hacia el norte su área de puesta y su distribución. Lo hace a razón de 300 kilómetros por grado de calentamiento, según ha calculado el equipo de Chust al analizar una serie histórica que arranca en el 92.
El jurel se hunde en la columna de agua, allá donde los aparejos actuales no lo alcanzan. Y la anchoa, aunque sigue abundante, merma de tamaño, porque el calentamiento acelera el metabolismo en su crecimiento inicial y, por tanto, madura antes pero es más pequeña, explicó el científico. Y con la sardina ocurre lo mismo.
Así que al sector no le queda otra que valorar si se desplaza más lejos a faenar, si adapta las artes para pescar más en profundidad o si cambia las limitaciones de cuota.
En ese panorama no es extraño, que contra el final, resurgiesen las voces que están clamando por los desguaces subvencionados para reestructurar la pesquería y abandonen los menos rentables.