Celebrando en azul
SOMOS MAR

Si tienes suerte de vivir cerca del mar, mereces celebrarlo. No lo demores más y acércate a su orilla. Mete tus pies descalzos en el agua. Cierra los ojos. Respira. Hoy es el Día Mundial de los Océanos. Y sí, también es tu día.
El aire fresco que respiras está cargado de humedad, fruto de la evaporación de los océanos, conectando tierra y mar en un ciclo único de vida. Tú también eres mayoritariamente agua.
Siente como el aire llena tus pulmones, cargados del oxígeno que te permite vivir. Más de la mitad de ese oxígeno lo producen las microalgas del océano que acaricia ahora, quizás con cierta frialdad, tus pies. No en vano los oceanógrafos decimos que una de cada dos respiraciones nos la regala el océano.
Siente la arena masajear la planta de tus pies. Roca y concha pulverizada; sensación que persigues con tu pensamiento cuando el día a día te cubre de estrés.
Siente el agua fluir entre tus dedos. Millones de microorganismos han venido a darte la bienvenida. Hace 400 millones de años los primeros animales salieron del agua antes de conquistar la tierra. Tu historia más remota te conecta con el mar.
Este caldo está especialmente enriquecido en Galicia, con sus nutrientes rescatados de las aguas más frías y profundas ante un afloramiento costero forzado por los vientos del norte. Es esa riqueza de nuestras aguas la que alimenta bancos marisqueros, la que nos convierte en tercer productor mundial de mejillón, la que sigue sosteniendo el arte de la pesca, la que sigue permitiendo que tiendas y bares de los pequeños pueblos costeros sigan abiertos a sus vecinos.
El océano es el motor de una economía azul, aún cuando el día resulta gris. Sabemos que el mar nos regala el aire que respiramos, los alimentos que nos nutren, proporciona fármacos que nos curan, suaviza la temperatura del aire para que podamos vivir, conecta pueblos, calma nuestro espíritu y cultiva nuestra cultura a través de los tiempos. Sin embargo, está sufriendo.
El aumento de las temperaturas, las olas de calor marinas, la contaminación, la acidificación de los océanos, la degradación costera, la sobrepesca o la mala gestión de los recursos, son solo algunas de las heridas que el ser humano le provoca. El mar siempre ha demostrado una enorme resiliencia, pero quizás la cuerda esté demasiado tensa.
Es el papel de los investigadores marinos, sea cual sea su rama de la ciencia, el que permite evaluar la gravedad de estas lesiones. En eso consiste el trabajo del Centro Oceanográfico de Vigo desde sus comienzos en 1917. Un centro costero perteneciente al Instituto Español de Oceanografía con una larga historia. Actualmente, el trabajo de cerca de 190 personas, a través de 10 grupos de investigación y varios equipos técnicos, permite evaluar la contaminación de nuestras aguas por compuestos orgánicos, metales pesados, microplásticos y basuras marinas. Se estudia el impacto sobre poblaciones de cetáceos, mientras se les intenta proteger de la captura accidental con el diseño de nuevas redes de pesca. Sus investigadores monitorizan desde hace más de 34 años y de forma periódica la columna de agua de la Ría de Vigo, constituyendo una de las series de datos temporales más largas con las que cuenta nuestro país. Tantos años de historia han permitido a nuestro personal, que es el mismo que comparte vida en tu barrio, conocer más sobre las especies planctónicas que producen las llamadas mareas rojas. En sus instalaciones se han alcanzado hitos a nivel internacional, como lograr la reproducción del pulpo en cautividad. Es su personal experto, el mismo que representa a España en numerosos comités científicos internacionales, el que responde a la especial encomienda de asesoramiento a nuestro Estado en asuntos relativos a la gestión pesquera y la investigación marina; solo el año pasado se realizaron casi 150 informes de asesoramiento, a los que hay que sumar un centenar de artículos académicos que nos permiten avanzar en el conocimiento. Somos los que tenemos la fortuna de dedicarnos a esta profesión los que deseamos con obsesión seguir conociendo más sobre nuestro planeta azul, para paradójicamente poder protegerlo de nosotros mismos.
En un día como hoy, toca parar y pensar. Mereces celebrarlo. Con tus pies en el agua, siente todo lo que el océano te regala. Hoy es el Día Mundial de los Océanos. Y sí, también es tu día.