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La pesca reivindica su sostenibilidad: «El alta mar no es el salvaje oeste»

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

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La Coalición Internacional de Asociaciones Pesqueras llama en Seúl a lograr un equilibrio entre la conservación de la biodiversidad, el uso sostenible de los recursos naturales y la seguridad alimentaria.

14 jun 2024 . Actualizado a las 04:45 h.

La Coalición Internacional de Asociaciones Pesqueras (ICFA), en la que se integra la patronal española Cepesca, se comprometió en Seúl a seguir progresando hacia la sostenibilidad de la actividad extractiva. Seguir progresando, porque, como acaba de certificar la FAO, la Agencia de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, el 76,9 % del pescado que se desembarca en el mundo se corresponde con stocks de especies que están dentro de los límites de sostenibilidad biológica. Y el porcentaje escala hasta el 78,9 % si el examen se hace sobre las diez especies marinas con mayores descargas. Porque «el alta mar no es el salvaje oeste, tal y como algunos grupos de presión quieren hacer ver», subrayó Javier Garat, vicepresidente de ICFA y secretario general de la patronal española, que reclamó un reconocimiento «a los buenos resultados de la gestión pesquera en el escenario internacional».

Garat participa en el cuarto encuentro del Diálogo Global de la Iniciativa Océano Sostenible (SOI), que se está celebrando en la capital de Corea del Sur, un foro que trata de mejorar la cooperación entre las Organizaciones de Mares Regionales, centradas en la protección del medio ambiente costero y marino, y las Organizaciones Regionales de Pesca (ORP), que persiguen la gestión sostenible de las pesquerías en aguas internacionales. Todo para enfocar esa Visión 2050 del Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal —que persigue vivir en armonía con la naturaleza y revertir la pérdida de biodiversidad— y coordinarse para cuando entre en vigor el Tratado de los Océanos (BBNJ, por sus siglas en inglés), relativo a la conservación y el uso sostenible de los recursos en alta mar, fuera de las aguas de jurisdicción nacional. Y en ese escenario montado por la Convención sobre Diversidad Biológica (CBD) de la ONU subrayó «el papel crucial que juega la actividad pesquera en el suministro mundial de alimentos» y el papelón que tienen los sistemas alimentarios mundiales para dar de comer a 10.000 millones de bocas en ese 2050. Y hacerlo, además, de forma sostenible como lo hace ya el sector pesquero con más de tres cuartos de su producción. Ese es «el verdadero reto», dijo Garat, incidiendo en la importancia de lograr un equilibrio entre la conservación de la biodiversidad, el uso sostenible de los recursos naturales y la seguridad alimentaria.

El vicepresidente de ICFA destacó que el pescado supone al menos el 20% de la ingesta de proteínas animales para más de 3.300 millones de personas en todo el mundo y que los productos del mar, además de suponer el medio de vida de cientos de millones de personas, son de los alimentos con menos impacto ambiental. «Ninguna otra fuente natural de proteínas puede igualar al pescado salvaje en cuanto a huella climática, valores nutricionales y excelente sabor», remachó.

Aferrándose a los resultados que certifica la FAO en su informe sobre el estado de la pesca y la acuicultura (informe Sofia), Garat defendió la gestión pesquera de las ORP como la herramienta más potente para proteger la salud de los océanos, más que «centrarse únicamente en la creación de áreas marinas protegidas (AMP), sin considerar el uso sostenible de los recursos marinos y las necesidades de las comunidades costeras, puede tener efectos perjudiciales en la seguridad alimentaria y los medios de vida de las comunidades que viven de la pesca».

En este sentido, ICFA subraya el papel de las conocidas como otras medidas eficaces de conservación basadas en áreas (OECM), «que sitúa como instrumento eficaz de colaboración intersectorial entre la pesca y la conservación de la biodiversidad». También subraya la importancia de la colaboración entre responsables políticos, oenegés y sector pesquero para desarrollar de forma colaborativa soluciones pragmáticas y ejecutables. «Esta es la única forma, considera el sector pesquero, de seguir avanzando en el desarrollo de una economía azul y unas pesquerías sostenibles, y afrontar, al mismo tiempo, desafíos como el cambio climático, la contaminación marina, incluido los plásticos, la pesca ilegal o la descarbonización», sentenció Garat.