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Mar dice que el marisqueo encadenó dos episodios de bajada crítica de la salinidad

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

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La Xunta anuncia ayudas de 420.000 euros para apoyar a las cofradías

03 jul 2024 . Actualizado a las 04:45 h.

En que hay que recuperar la productividad marisquera de las rías gallegas están de acuerdo tanto el Gobierno gallego como la oposición parlamentaria, como así lo expresaron en mayo pasado, al aprobar por unanimidad una propuesta del BNG con varias medidas para restaurar la antigua mina que era el semicultivo de bivalvos en Galicia. Ayer, los diputados de la Comisión de Pesca del Parlamento de Galicia renovaron ese consenso general al apoyar la propuesta del PSdeG de estudiar las causas del desplome marisquero en la ría de Arousa, previo al diseño de un plan para recuperar su riqueza.

Y, sin embargo, la debacle marisquera sigue siendo materia de confrontación entre los grupos. Para el PSdeG y el Bloque no se está poniendo en marcha ninguna medida para ayudar a los mariscadores. Para el PPdeG, la Xunta es la única Administración que ha hecho algo al respecto, aunque de ese plan de cobertura económica que se exigía en mayo solo hayan llegado, de momento, los 550 euros entregados en la antesala de las elecciones autonómicas.

La directora xeral de Desenvolvemento Pesqueiro, Marta Villaverde, expuso ayer las líneas de ayudas abiertas y en marcha para atender un desastre que arrancó en el invierno del 2022 —con los episodios de elevada pluviosidad—, continuó con las altas temperaturas del verano del 2023 y la brusca caída de la salinidad por las precipitaciones de octubre y noviembre, y que se agravó este año, pues continuó lloviendo. «É importante salientar que, aínda que sempre nos referimos aos meses de outubro e novembro do 2023 como dous meses con precipitacións que superaron as medias interanuais, os rexistros de salinidade demostran que posteriormente houbo seis episodios máis de salinidades críticas». Y los cuatro más acusados se dieron entre el 27 de noviembre al 21 de diciembre, cuando estuvo 24 días consecutivos lloviendo; del 14 de enero al 5 de febrero, con 22 días; del 7 de febrero al 21 de marzo, con 43 jornadas de lluvias, y de 7 de marzo al 16 de abril, con 20 días más de precipitaciones. Es decir, que la situación se agravó porque fueron «dous os casos extremos nos que os episodios superaron os niveis críticos de mortalidade severa».

Medidas adoptadas

Villaverde señaló que, ante esa situación, se tomaron medidas para proteger los recursos, decretando vedas temporales, que en la mayoría de los bancos afectados se extienden durante este primer semestre, y cierres por fuerza mayor que dan derecho a las mariscadoras a acogerse al cese de actividad y cobrar el subsidio del Instituto Social de la Marina (ISM). Esto es, que «se hai bancos sen actividade é porque a Xunta está tomando medidas de conservación para que se recuperen e, cando se volva ao traballo, estean bo estado». Esa falta de actividad es lo que explica, según Villaverde, la caída de las capturas y la facturación: «O raro sería o contrario».

En el plano económico, Villaverde recordó los famosos 550 euros, aludió a las ayudas para proyectos colectivos de regeneración de bancos marisqueros que se publicarán la próxima semana y anunció que «en breve» saldrán los subsidios para comprar cría. A eso sumó inversiones en infraestructuras portuarias y otras líneas de apoyo a través de las estrategias de desarrollo local participativo, que incluyen desde la compra desde una máquina clasificadora de volandeira para Rianxo hasta bicicletas para vigilar los bancos en A Coruña. Y, por último, se refirió a la orden de ayudas para cubrir la parada temporal de las mariscadoras de a pie. Ya en un comunicado aparte, la Xunta anunció que próximamente publicará «a concesión directa de axudas extraordinarias, por valor de 420.000 euros, ás entidades asociativas do sector».

En definitiva, por el momento la única ayuda directa de la Xunta que han tenido los mariscadores han sido los 550 euros, un «absoluto escándalo», refirió Rosana Pérez, del BNG, cuando buena parte de este colectivo no tiene ingresos desde noviembre y las cofradías han tenido que despedir a trabajadores.