España sugiere lo contrario que Francia y Portugal para protegerse de las orcas
SOMOS MAR
Consejos tan dispares como seguir navegando o parar confunden a los yates
21 ago 2024 . Actualizado a las 04:40 h.Poco se ha hablado en lo que va de verano de las orcas ibéricas (Orcinus orca) y sus contactos físicos con veleros, inéditos hasta julio del 2020. Por lo que transmiten los navegantes al Grupo de Trabajo Orca Atlántica, integrado por científicos españoles, portugueses y franceses, los grupos en los que se reparten los cuarenta ejemplares de esos cetáceos que sobreviven han sido vistos entre el noroeste de Marruecos y la Bretaña francesa, aunque también en Azores y Madeira y al sur de Irlanda, si bien se concentran en la costa atlántica ibérica, del estrecho de Gibraltar al golfo de Vizcaya. Por ahí navegan embarcaciones de recreo de un sinfín de países. Cuentan que entre ellos hay confusión por la disparidad de los consejos oficiales para protegerse si los cetáceos golpean su yate —no para atacarlos, insisten los científicos, sino para jugar—.
«Francia e Portugal continúan co protocolo inicial de detención do barco, reducindo a intensidade das interaccións, aínda que España recomenda continuar navegando, (...) circunstancias nas que se produciron as máis graves avarías e afundimentos do ano pasado», explica en una nota la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma), miembro de Orca Atlántica.
No detenerse y buscar la costa
En caso de interacción, la Dirección General de Biodiversidad, Bosques y Desertificación y la Dirección General de Marina Mercante recomiendan a veleros o barcos a motor «no detener la embarcación y navegar hacia la costa, a aguas menos profundas». Sostienen que esa indicación la avala el Comité Científico de la Comisión Ballenera Internacional (IWC, por sus siglas en inglés) tras un encuentro internacional de trabajo celebrado en febrero en Madrid.
Justo lo contrario que Portugal, donde el Instituto para la Conservación de la Naturaleza y los Bosques (ICNF), en colaboración con la Armada del país y la Autoridad Marítima Nacional, recomiendan «inmovilizar la embarcación y dejar el timón suelto, o meter marcha atrás y navegar así durante el tiempo que se considere necesario, sin sobresaltos ni cambios de dirección».
Parar y dejar el timón suelto
Como Portugal —y, según Cemma, Francia—, los expertos de Orca Atlántica mantienen la sugerencia inicial: «Si es posible en las condiciones de mar y localización, baje velocidad, pare el motor, (baje las velas), apague el piloto automático y deje el timón a la vía».
Según el resumen de la reunión que España cita como aval de su consejo, un documento publicado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, la IWC «recomienda a los navegantes alejarse de las ballenas lo más rápido posible, al menos a 2 o 3 kilómetros de la zona en la que fueron encontradas, ya sea hacia la costa (en el golfo de Cádiz y estrecho de Gibraltar ) o hacia un área donde se pueda acelerar el rescate». Matiza que así «no se garantiza que alejarse ponga fin a la interacción o prevenga daños, pero puede reducir la probabilidad de que esto último ocurra».
Más de 800 interacciones en cuatro años
Desde julio del 2020 hasta el mismo mes de este año, con apoyo de los navegantes, Orca Atlántica ha registrado 408 avistamientos de cetáceos que no se han acercado a los yates y 804 interacciones. De estas últimas, en 160 causaron daños graves que impidieron a los barcos seguir navegando por sus propios medios; en 305 ocasionaron desperfectos de diversa consideración, pero los veleros pudieron navegar por sus propios medios y en 257 tocaron las embarcaciones pero sin dañarlas. «A consecuencia de las averías con entrada de agua» en los cascos, ocho de las golpeadas por orcas se hundieron.
De enero a julio, las interacciones se han reducido un 25 % respecto al mismo período del año pasado, hasta 109, el mismo porcentaje en el que aumentaron los avistamientos, hasta 56. Las orcas ya han aparecido en aguas gallegas en varias ocasiones, pero GT Orca solo registra este año tres con contacto: en Valdoviño, al noroeste de Malpica y al oeste de Baiona.