El Cetmar vigila el asentamiento de la ostra rizada en las rías de Arousa, Pontevedra y Vigo

De origen asiático, aunque no considerada una especie invasora, la ostra rizada (Magallana gigas, según PescadeGalicia) se caracteriza por su rápido crecimiento. Dispersa en las Rías Baixas, en la costa norte de Galicia hay colonias en varios puntos, concentrándose las ventas en lo que va de año en Pontedeume, O Barqueiro, Celeiro, Miño, Mugardos, Ferrol y Barallobre. Desde el pasado junio, la Fundación Centro Tecnolóxico do Mar (Cetmar) se ocupa del «control e seguimento das potenciais poboacións de ostra rizada que se poidan chegar a establecer nas zonas costeiras das tres rías máis meridionais das Rías Baixas (Arousa, Pontevedra e Vigo)». 

La vigilancia se explicaría porque la ostra rizada aún no se ha adentrado en el litoral sur y, hasta que encontraron cómo comercializarla, su rápido crecimiento y expansión se convirtió en zonas del norte de Galicia en un problema para la recolección de otros mariscos bivalvos. En principio, el Cetmar la controlará hasta finales de noviembre del 2026.

Diferente a la ostra autóctona (Ostrea edulis), la rizada cotiza este año en lonja a una media de 1,12 euros, sin tasas ni impuestos, la quinta parte que la primera, más escasa y que se paga a 5,28 el kilo.

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