Un total de 107 barcos, los adscritos a Acerga, deben dejar de pesca al haber agotado la sardina que habían comprado a armadores andaluces
05 sep 2024 . Actualizado a las 04:45 h.«Basta xa! Isto xa tocou fondo». Era el mensaje que el patrón mayor de Portonovo, Martín Domínguez, lanzaba ayer a «os que mandan», tanto en la Xunta como en Madrid, poco después de conocer que se había cerrado la pesquería de sardina para los barcos de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga), que agrupa a más de un centenar de embarcaciones. Que estos barcos, que habían comprado cuota a armadores del golfo de Cádiz, tengan que amarrar porque en apenas pocos días se han quedado sin ella, pone todavía más contra las cuerdas a este segmento de flota, que no da con la xarda, no encuentra bocarte y solo estos días ha logrado capturar algo de jurel al sur de Fisterra.
Porque la falta posibilidades de pesca de los 107 cerqueros de Acerga —que se suma a las decenas que ya se habían quedado sin cupo antes—, significa «armadores e patróns que se van para o paro, para a casa, e familias e familias sen ingresos», decía ayer Domínguez. Aunque quizá sea mejor eso que «traballar para os andaluces», decía el patrón mayor de Portonovo, en alusión a que quienes quieran capturar sardina en el Cantábrico Noroeste y en el litoral gallego deben comprar las toneladas que le sobran a los armadores del sur de España. Y si estos empezaron vendiendo a 35 céntimos el kilo de sardina de papel, ahora reclaman 60 o 70 para una especie que en lonja se está parando a 80 o 90.
«Non é normal que a especie esté recuperada dende hai tempo e non se dea cupo suficiente». Isaac Gaciño, patrón mayor de Portosín, mostraba ayer su abierta «disconformidade» con el sistema que se ha montado alrededor de la sardina. «Que é iso de ter que comprar peixe para pescar? O mariñeiro ten que sair ao mar, pelexar cos elementos, pescar e vender a sardiña».
Carmen Chamorro, armadora de Acerga, admite que la situación es complicada. Y que poca salida más ve que intentar alquilar más cuota a los armadores andaluces. Eso «ou esperar ao 1 de outubro», que es cuando el Ministerio de Pesca pone las cuotas de sardina que a esas alturas no se hayan consumido a disposición de toda la flota que la necesite. Claro que eso supone arriesgarse a perder la tripulación y a no tener mano de obra cuando se pueda volver al mar. Por eso Chamorro insiste en que hace falta una reestructuración de la flota, abrirse a esos desguaces de los que «a Administración non quere oír nin falar».
De las 14.891 toneladas de las que dispone la flota española para este año apenas quedan 263.000 kilos. El cerco del Cantábrico ha rebasado su cuota un 121 %, al haber pescado dos millones y pico de kilos más de los que tenían asignados. Con todo, hay barcos que están en gestión individual que aún tienen por consumir 835.200.
Flota del pulpo
Pero el problema, hace ver Martín Domínguez, no es solo del cerco. La flota del pulpo de Portonovo lleva amarrada mes y medio porque no encuentra cefalópodo sin que ni Gobierno central, ni Xunta, ni nadie «dea solución ou nos diga algo». «Basta xa! Pídovos, por favor, que tomedes medidas urxentes, porque a flota galega vai desaparecer. O único que queremos é ir traballar», estalla.