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La empresa viguesa que inspeccionó el Pitanxo participa en un parque eólico marino en Oregón

Alejandra Pascual Santiago
alejandra pascual VIGO / LA VOZ

SOMOS MAR

Oscar Vázquez

ACSM desplaza la embarcación Nautilus hasta la costa norteamericana para el tendido de cables submarinos

19 sep 2024 . Actualizado a las 04:55 h.

Mientras en España está pendiente su despegue definitivo, la industria auxiliar con algo que aportar al sector de la eólica marina sigue ganando madurez en mercados foráneos. Un ejemplo es la empresa viguesa ACSM, que en estos momentos ha trasladado su buque multipropósito Nautilus hasta la costa occidental norteamericana para sacar adelante un proyecto de la Universidad de Oregón. La firma gallega ha asumido el tendido submarino de los cables por los que circulará la energía por la fuerza del viento y de las olas.

La institución académica de Oregón ha confiado el liderazgo del proyecto a la compañía norteamericana RT Casey y ha sido esta última la que ha recurrido a ACSM. En concreto, les ha interesado de la firma viguesa la capacidad de sus equipos de trencher, que es como se conoce en inglés a los ROV (vehículo sumergible operado en remoto) de tendido y mantenimiento de cables submarinos. El Nautilus ya se encuentra en el polígono de mar en el que operará y la previsión es que desarrolle trabajos hasta el próximo noviembre.

El parque eólico marino del noroeste de Estados Unidos, que surge como un proyecto experimental, se sitúa a quince kilómetros de la costa y el puerto de referencia para su construcción es el de Coos Bay. Por ahora, están previstos cuatro molinos de unos cuarenta metros de altura —para hacerse una idea, los que están situados frente a la costa de Viana do Castelo miden 30—, de ahí que la dirección de ACSM destaque la importancia del proyecto en Norteamérica por su envergadura.

ACSM

El ROV a bordo del Nautilus «va a operar desde los 15 metros hasta los 1.800 de profundidad», precisa José Cubeiro, director de la empresa. Este equipo se encargará de tender y colocar cuatro cables en el fondo del mar y después realizará tres repasos para asegurar que están correctamente enterrados, así como su operatividad. A través de su participación en el nuevo parque eólico offshore en el Pacífico noroeste que baña Estados Unidos, ACSM saca músculo como proveedora de servicios en el ambicioso sector de las energías renovables.

Además del tendido de cables, la firma viguesa acostumbra a apoyar el proyecto con «estudios geológicos y geotécnicos asociados a un proyecto de estas características», explican. Al margen de la industria verde, los ROV de la flota de la compañía de Vigo entierran cables para infraestructuras del petróleo y del gas en alta mar y, desde hace meses, la firma gana popularidad en el ámbito de las telecomunicaciones. De hecho, hace dos años participó con el Nautilus en el tendido del cable submarino más largo de la historia en el marco de un proyecto promovido por Meta y del que se beneficiaron más de 30 países. Desde entonces, el crecimiento de ACSM es más que evidente.

Artabro

Entre los grandes hitos de la empresa, destaca su participación en la búsqueda del pesquero Villa de Pitanxo, hundido frente a Terranova. La firma puso a disposición del Gobierno español el buque Ártabro y dos vehículos tripulados a distancia (ROV) para inspeccionar las aguas de Terranova donde se hundió el barco. La encomienda se saldó con 30 horas de imágenes del pecio y su aparejo con una «visibilidad excepcional».

En su regreso, la embarcación se desplazó hacia el mar Tirreno contratada por la gigantesca compañía industrial Prysmian. Su cometido, en esta ocasión, fue el de realizar análisis de geofísica y geotecnia en el entorno de Cerdeña y Sicilia para tender un cable submarino de alta capacidad que enlaza las islas con Italia.