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Una flota que se hunde: La apertura del libre marisqueo movilizó a la mitad de barcos que hace diez años

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

SOMOS MAR

MARTINA MISER

El martes habían despachado 310 embarcaciones, en 2014 fueron 634

03 oct 2024 . Actualizado a las 04:46 h.

Dicen que las matemáticas nos ayudan a descubrir la lógica que subyace al mundo tan complejo y caótico en el que vivimos. Desde luego, los números nos pueden ayudar a entender la realidad que nos envuelve, separando las percepciones subjetivas de los datos incontestables. Así que echemos mano de los números para intentar analizar el arranque de la campaña de libre marisqueo en la ría de Arousa. Una campaña que ha nacido derrotada: los rañeiros volvieron a tierra cabizbajos y con la sensación, creciente, de que son los últimos de su especie. De que su oficio está al borde de la extinción.

«Os mariñeiros sempre se queixan», comentaban algunas voces en tierra, restando valor a esa percepción de final de etapa que arrastran tantos profesionales en la ría. Es verdad que el sector del raño lleva años lamentándose en cada inicio de campaña. Si viajamos diez años atrás, al 1 de octubre de 2014, vemos que en la ría se hablaba ya de una situación «desastrosa» y había quien, en un tono más lírico, vestía las aguas de la ría «de luto». Los datos de capturas facilitados por la Xunta hablaban, efectivamente, de un descalabro sin parangón, de un golpe contundente para los 634 barcos que habían inaugurado la campaña.

Eran pocas embarcaciones si tenemos en cuenta que en la ría había entonces 1.400 autorizadas para ir al raño. Pero eran el doble de embarcaciones que las que este martes habían despachado para salir al mar: solo 310 habían hecho ese trámite, y ni siquiera llegaron a salir todas debido al mal tiempo imperante. «Moitos compañeiros buscaron traballo en terra por este parón tan grande que levamos», explicaba el martes un mariscador de Vilanova. «Agora non van volver e deixar o que xa teñen amarrado», concluía. Sobre todo teniendo en cuenta que las previsiones para la campaña no son nada optimistas. Y menos desde que los raños se echaron al mar para encontrar muy poco marisco de talla comercial.

Se ha reducido el número de embarcaciones, y los datos muestran también que han cambiado las zonas de interés para los rañeiros. Os Lombos, que en sus mejores tiempos sostenía a medio millar de barcos, atraía hace diez años a apenas 143 y ahora a 15; Cabío ronda este año los veinte barcos, hace diez eran 239, una cifra poco normal; O Bohído se ha convertido en la apuesta más segura, y por eso para allí despacharon ayer 177 embarcaciones, frente a los 237 de 2014. Y las que despegan de forma radical son las otras zonas: hace diez años apenas atraían a 15 barcos y ahora son 112 los que se reparten por ellas.