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Galicia también se deja llevar por la corriente marina

Raúl Villa Caro DOCTOR INGENIERO NAVAL, OFICIAL DE LA ARMADA, CAPITÁN DE MARINA MERCANTE Y SECRETARIO DE LA FUNDACIÓN EXPONAV

SOMOS MAR

cedidas

Empresas de la comunidad desarrollan proyectos de energía mareomotriz

28 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La energía mareomotriz es una forma de renovable que se obtiene aprovechando el movimiento de las corrientes y mareas, y que, junto a la energía de las olas (la undimotriz), constituye el conjunto de las energías oceánicas. En el caso de la obtenida de las corrientes de las mareas, el funcionamiento de los dispositivos convertidores es similar al de los aerogeneradores que, mediante turbinas, aprovechan el viento. En esta modalidad, las turbinas mareomotrices usan la energía cinética (y potencial) del agua en movimiento.

¿Por qué su uso?

La gran ventaja de las corrientes y mareas radica en que son más predecibles que el resto de las fuentes que alimentan otras renovables, como el viento, el sol o las propias olas. Por tanto, la bondad de este tipo de energía se basa en la predictibilidad, la seguridad energética y la sostenibilidad. Por el contrario, la construcción y mantenimiento de las plantas mareomotrices puede ser más costosa que la de otros tipos de fuentes renovables.

Situación actual mundial

Los países líderes en energía mareomotriz son el Reino Unido (proyecto MeyGen), Francia (posee la central mareomotriz más grande de Europa), y Canadá (proyectos en la bahía de Fundy). Pero, en los últimos años, tanto España como Portugal han invertido en investigación y desarrollo para aprovechar la energía de las mareas (y olas) de manera eficiente y sostenible. Los fondos europeos y el alto nivel tecnológico de algunas empresas están impulsando el desarrollo de las energías oceánicas.

En España, la energía mareomotriz se está afianzando en los últimos años con varios proyectos innovadores, entre los que destacan el BiMEP (Biscay Marine Energy Platform, plataforma del País Vasco dedicada a la investigación y desarrollo de tecnologías marinas, incluyendo la energía mareomotriz), y los proyectos Marmok en Cantabria (el Marmok-5 y el Marmok-7 están explorando el potencial de la energía mareomotriz). Estos proyectos reflejan el compromiso y potencial de nuestro país para poder liderar el campo de la energía mareomotriz, entre otras energías renovables.

Caso de Galicia

El Proyecto Magallanes, desarrollado por la empresa gallega Magallanes Renovables (con sede en Redondela), es uno de los proyectos más avanzados en el campo de la energía mareomotriz en España. El proyecto consiste en una plataforma flotante de acero, similar a un trimarán, que incluye un tubo sumergido donde se instalan los hidrogeneradores (similares a los aerogeneradores, pero sumergidos en la mar). Estos últimos elementos aprovechan el movimiento de las mareas para hacer girar las hélices conectadas a un generador, que, a la postre, produce la electricidad.

Aunque el diseño, desarrollo y construcción de este proyecto se lleva a cabo en Galicia, la plataforma ha sido probada en costas escocesas y, recientemente, la empresa ha sido adjudicataria en subasta de una tarifa energética para proyectos de mareomotriz, lo que supone un contrato a largo plazo a un precio fijo por la electricidad producida, que puede ver la luz en el 2026.

Conclusiones

La mar, uno de los recursos energéticos más potentes del mundo, está ganando mucha fuerza en los últimos años en el sector renovable gracias al aprovechamiento de las denominadas energías oceánicas. Estos recursos podrían llegar a cubrir el 10 % de las necesidades de electricidad mundial, pero, de momento, la estrategia de energía renovable marina de la UE pretende solo alcanzar 40 gigavatios para el 2050, objetivo menor que el asignado para la eólica offshore, que se pretende que alcance los 300.

España es el país de la UE dotado con más instalaciones de investigación y desarrollo de tecnología para aprovechar las fuentes de energía marinas. A los ya mencionados BiMEP de Vizcaya, y el gran tanque de Ingeniería Marítima de Cantabria, se suman otras instalaciones, entre las que se encuentran Plocan (la Plataforma Oceánica de Canarias), y la Zona Experimental de Aprovechamiento de Energías Marinas de Punta Langosteira (A Coruña), el segundo banco de pruebas más grande del mundo para las tecnologías oceánicas.

Además, no debemos olvidar que desde el 2011 nuestro país posee la central undimotriz de Mutriku (Guipúzcoa), que fue la primera instalación de olas en Europa que empezó a comercializar la energía generada. Esta planta en la actualidad es capaz de generar una producción de electricidad acumulada de 300.000 kilovatios hora cada año, cifra que desde un punto de vista energético es modesta para una central, pero que se alcanza mediante una tecnología avanzada combinada con 16 turbinas.