Un tercio apuestan por los elaborados en Navidad para no tener que cocinar
13 dic 2024 . Actualizado a las 04:45 h.Las Navidades son fechas repletas de homenajes gastronómicos en las que el consumo de productos del mar se dispara. Las grandes compañías del sector se encomiendan a estas semanas para dinamizar las ventas y cuadrar sus cuentas de resultados. La asociación de fabricantes y distribuidores Aecoc, junto a la asociación de empresas del congelado Conxemar, ha querido profundizar en los hábitos de la población nacional a la hora de planificar sus compras y darse un festín, estudiando las predilecciones del consumidor cuando se decanta por pescados y mariscos. El resultado es el informe Consumo de productos del mar en España, que refleja que por estas fechas el 43 % de los españoles tienen en sus arcones productos que compraron en fresco, mientras otro 33 % los adquieren directamente congelados.
Dar un descanso al bolsillo es el principal motivo que anima a los consumidores a planificar con tiempo sus encuentros navideños. «Pero no todo es precio. En estas fechas también se buscan productos de calidad superior», especifica el estudio de Aecoc, que precisa que un 56 % de los hogares se animan a darse un capricho con ejemplares de mayor valor, mientras otro 33 % se decanta por frutos del mar elaborados de calidad superior. Un ejemplo: el rape por las sardinas.
El análisis menciona otros cambios de hábitos entre la población durante la Navidad como que un 30 % de los ciudadanos apuesta por productos ya elaborados o semielaborados «para evitar cocinar en casa». Se trata de una decisión en sintonía con otra tendencia que refleja el informe en lo referente a los motivos que llevan a un consumidor a decantarse por esta categoría, ya que un 42 % destacan su comodidad y otro 37 % su facilidad de almacenamiento.
El sector es plenamente consciente de esta transformación y de la forma en que se ha esfumado el tiempo para dedicar a los fogones en los hogares, de ahí que compañías gallegas de la talla de Profand, Iberconsa, Wofco o Nueva Pescanova y muchas otras lleven varios años impulsando una división de negocio focalizada en la quinta gama. Friotea, de hecho, es una nueva apuesta de la industria pesquera gallega especializada en platos de pescados y mariscos ready to eat y, en su caso, están tratando de establecer esta moda en el mercado español.
Otra tendencia propia de estas está representada por un 21 % de la población que admite que compra menos pescado que el resto del año porque en Navidad, confiesan, suelen «ir más al restaurante».
Entre las principales conclusiones alcanzadas con el trabajo de Aecoc y Conxemar destaca que el 64 % de los españoles compran pescados o mariscos congelados al menos una vez al mes. El dato lo han comprobado a partir de 1.600 entrevistas en línea a personas de entre 18 y 70 años. Las estadísticas demuestran que el refrigerado es un valor que garantiza el acceso al recurso mientras los mercados, por ejemplo en Galicia, están advirtiendo escasez de especies emblemáticas en la celebración de las fiestas, como cigalas, vieiras o merluzas.
El informe también acredita las debilidades de los españoles a la hora de adquirir pescados congelados: merluza, bacalao, salmón y pez espada. Entre los mariscos, destacan el langostino crudo y cocido, los calamares y el surimi. De hecho, esta última categoría cuenta con el beneplácito de más del 50 % de los entrevistados.
Más datos. Los productores de pescados y mariscos congelados quieren tender nuevos lazos con la conocida como generación Z, de 18 a 27 años, ya que conforman el sector poblacional menos acostumbrado a adquirir sus productos. Lo hacen un 62 % de los jóvenes. En la otra cara de la moneda están los adultos de entre de 44 a 59 años, que son los más asiduos a la hora de decantarse por esta categoría.
El informe que Aecoc ha elaborado de la mano de Conxemar es exhaustivo. Las entrevistas han permitido conocer que el noreste de España y la costa del Levante son las localizaciones en las que está más extendido el consumo de proteína marina congelada, con más de un 70 % de la población comprometida en este sentido. El noroeste o Barcelona, sin embargo, son las zonas con menor tradición.