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El Miño, al borde del colapso: especies en peligro y navegación condicionada

SOMOS MAR

Comandancia Naval del Miño

«El río está muy enfermo, hay que actuar ya», advierte el comandante naval ante el avance sin freno de la lavaza y las carpas y la falta de dragado en el estuario

29 dic 2024 . Actualizado a las 02:28 h.

El futuro de especies emblemáticas del Miño, como la angula y la lamprea, está en riesgo. No solo eso. La proliferación de especies exóticas como la carpa, que devora alevines y huevos, y la lavaza, una planta que avanza a gran velocidad colonizando y asfixiando el cauce, se suma a la falta de dragado en el estuario, que bloquea la entrada de estas especies al río. Incluso los canales de navegación comienzan a cerrarse por completo bajo estas amenazas. «El río Miño está muy enfermo, o se actúa de inmediato o muere tal como lo conocemos», avisa con preocupación el comandante naval de Tui, Andrés Díaz-Ripoll. Capitán de corbeta con veintitrés años de carrera en la Armada, preside con el capitán de Caminha la Comisión Permanente Internacional del Río Miño, (CPRIM), que es el máximo órgano de decisión sobre propuestas relativas a las condiciones del tramo internacional del río. Su llamamiento advierte sobre las conclusiones de los biólogos de ambas riberas consejeros de este órgano directivo y tras constatar una drástica caída de las especies autóctonas del río según los datos del las capturas declaradas en la lonja de A Guarda. El comandante urge una actuación integral y consensuada entre todas las administraciones con competencias porque el tiempo juega en contra y la situación es realmente crítica.

Una de las principales amenazas que enferman el Miño son las especies exóticas, como la carpa. Es voraz, «tanto como para afectar a los alevines de todas las demás especies y, por ejemplo, devora hasta los huevos de las lampreas». Hay una drástica caída en otras especies también. Hace ya varios años que no hay salmón,por ejemplo, una especie antes habitual. «Al menos declarado, el último fue hace ya tres años», indica.

M.MORALEJO

A la par, la lavaza, cuyo nombre científico es Egeria densa avanza sin control ni remedio a una velocidad alarmante cubriendo canales y hábitats enteros. En Tomiño, esta planta ya ha tapado un canal de navegación en la isla Americana, que hace seis meses era transitable y por el que hoy en día podría cruzar andando hasta un gato en marea baja, advierte Díaz-Ripoll.

Las imágenes de estos campos submarinos frente al puente viejo de Tui son reveladoras: bajo su densa cubierta, la falta de luz asfixia cualquier vida que intente desarrollarse además del evidente riesgo para la navegación o para cualquier práctica en el río ya que engancha hélices o personas. En el Guadiana, y aún actuando la UME, sufren la reaparición de otra planta colonizadora.

El segundo gran mal que está minando la salud del río Miño es la sedimentación, «que afecta ya a todo el río pero más gravemente al delta». Esta acumulación de arena no solo dificulta la navegación, como ya se advirtió en mayo en la CPRIM, con los consiguientes riesgos de accidentes náuticos sino que impide la entrada de las especies migratorias autóctonas.

El impacto sobre la lamprea o la angula puede ser devastador. El pez más antiguo del mundo, un verdadero fósil viviente que el mismísimo César hacía llevar hasta Roma podría desaparecer definitivamente del Miño. Este pez, cuyo ciclo vital lo lleva del río al mar y de vuelta para reproducirse y desovar antes de morir, se enfrenta a una barrera insalvable de arena en el delta. Sin poder entrar ni salir del río, su extinción local parece inevitable. Por su parte, la angula, la otra gran joya del Miño, se encuentra en una situación crítica. Su población, ya en caída libre, no puede soportar los ataques de las especies exóticas, la falta de oxígeno bajo los campos de lavaza, que ya son perfectamente visibles bajo el agua en los días claros, ni las dificultades para remontar el río tras su viaje oceánico. Sin un dragado selectivo y urgente, angulas y lampreas no podrán regresar. 

 Por último, la falta de protección y limpieza de los márgenes del río agrava el problema. Tras el paso de la tormenta Erik, árboles caídos y vegetación acumulada obstruyen zonas clave. «Hay que limpiar los márgenes para evitar que con las crecidas todo ese material termine arrastrado al cauce, poniendo en riesgo la navegación y la pesca», explica.

Díaz-Ripoll ha iniciado contactos con el Ministerio de Transición Ecológica, la Xunta de Galicia  y los alcaldes de los municipios afectados. Además, ya ha comunicado la situación al embajador español de límites con Portugal, Francisco Montalbán, para que se organice una reunión urgente entre todas las partes implicadas.

Su llamamiento es claro: «Hace falta una acción conjunta, decidida e integral entre todas las administraciones con competencias.

La Comandancia Naval del Miño está dispuesta a mediar, organizar y actuar en lo necesario. El Miño no puede esperar más.«Si no actuamos ahora, lo perderemos para siempre tal y como lo hemos conocido», insiste.